Yuuri estaba actuando extraño, más misterioso y más distraído que de costumbre, eso era extraño a los ojos de Víktor y no se quedaba tranquilo con las respuestas que recibía, ese día tenía un almuerzo con los principales jefes de cada piso, le rogó a Yuuri porque lo acompañara sin embargo este se negó rotundamente a ir. Para Yuuri fue muy especial su cumpleaños y aunque a él no le gustaban las fiestas eso no quería decir que Víktor fuera igual, planeo todo con detenimiento y cuando el mayor se fue al almuerzo comenzó a cocinar, una gran tarta de puro chocolate con el numero veintiséis hecho con pedazos de fresa, los amigos comenzaron a llegar y a ayudarlo con toda la decoración, Yuuri hablo con los padres del mayor pero estos ya tenían planes y no los iban a suspender, total unos más unos menos Víktor iba a estar lleno de amor esa navidad.
Sabía que el mayor tenía un gusto por los duraznos y con ayuda de Phichit logro conseguir unos muy jugosos y hermosos, con todo listo solo faltaba esperar a que el mayor llegara. Víktor dio un suspiro al bajar del auto, extraño a Yuuri mucho durante el almuerzo, ya había pasado a ser parte de su vida cotidiana, le pareció extraño ver la motocicleta de Otabek y el auto de Chris en el lugar, ademas estaba el auto de sus suegros, se quedó pensando un momento lo que podría pasar y su mente no dio ningún resultado por tanto subió las gradas corriendo, al entrar sonrió de oreja a oreja.
- ¡Sorpresa cariño!- dijo Yuuri con el postre en manos y su más hermosa sonrisa.
- Por eso estabas así...- dijo pasando la mano por su cabello.
- Vamos, no llores y sopla las velas. - dijo Chris burlón.
El soplo y sus dos amigos saltaron sobre el tumbándolo al suelo mientras le reventaba huevos de confeti en la cabeza.
- Ustedes dos van a barrer ahí.- dijo Yuuri al ver el reguero.
- Son un par de demonios.- se sacudió el cabello.
A escondidas Yuuri les dio los platos llenos de crema batida a Yurio y Phichit, el único que se lo pudo embarrar en la cara fue el rubio ya que se alejó rápidamente.
- ¡Yuuri no pude! - dijo el tailandés.
- ¡Con que fue tu idea!- dijo Víktor limpiándose un poco.
- Te amo bebé...- sonrió inocente y salió corriendo.
Víktor le quito el plato a Phichit y salió tras Yuuri perdiéndose por el pasillo, el chico pensó que no iba a ser seguido y cuando volteo su cara quedo llena de crema, lo pego a su cuerpo y ambos rieron, estaban dejando un reguero en el patio trasero, uno que makkachin limpiaría después con mucho gusto.
- Eres malo.- dijo Yuuri limpiándose.
- Estamos iguales...- Víktor sonrió- Por cierto, yo también te amo.- ambos se besaron.
El sabor de la crema fue un plus en el beso, al cortarlo se limpiaron y volvieron a la fiesta, todos la pasaron muy bien y además se pudieron dar el lujo de engordar tres kilos con todos los postres que Yuuri había preparado.
- ¿Que te pasa?- pregunto Yuuri al ver el rostro serio del mayor.
- Solo estoy pensando.- sonrió de lado y salió por un poco de aire.
El corazón de Víktor estaba acelerado, las manos le temblaban igual que las piernas y mientras más lo pensaba más nervioso se ponía, en definitiva, Yuuri era el ser que quería a su lado por toda la eternidad y estaba dispuesto a todo porque eso fuera así, ya lo habían hablado y quería hacerlo.
- ¿Te sientes mal?- Yuuri estaba preocupado.
- No... Yuuri esto no es fácil, bueno si lo es, pero los nervios me matan.- suspiro tomándolo de las manos.
- ¿Qué cosa?- estaba muy confundido.
- Yo pensé que no estaba listo para tener a nadie en mi vida y ahora no quiero que te separes de mi vida.- puso una rodilla en el suelo.
Todos que estaban escuchando se emocionaron al verlo hacer eso y Yuuri estaba estático frente al mayor.
- ¡Vitya!- chillo viendo como saco la cajita.
- ¡Mi lindo Yuuri! ¿Quieres casarte conmigo?- pregunto abriéndola.
- ¡Si! - grito emocionado.
Todos gritaron emocionados, compartiendo la felicidad de la pareja que en eso momentos se abrazaban y compartían muchos besos de amor sincero, el anillo era muy hermoso, plata con un rubí en medio y con diamante incrustados, muy discreto, pero a la vez sumamente hermoso y valioso, tenía el mismo valor que puede llegar a tener uno de plástico para Yuuri, un valor infinito y por el cual daría todo por nunca perderlo.
La fiesta termino temprano pues los padres de los prometidos los iban a esperar para la cena navideña de ese año, aunque al final decidieron hacer la cena en casa de Chris, con todos. La pareja se quedó sola para prepararse, Víktor comía otro pedazo de pastel cuando fue asaltado por un beso apasionado de parte de Yuuri.
- Eres el hombre más perfecto que he conocido.- dijo abrazándolo.
- Señor Yuuri Katsuki de Nikiforov... se escucha tan sexi.- lo tomo de los muslos y lo sentó en la mesa.
Aun tenían un par de horas antes de ir a la cena, horas que iban a aprovechar de la mejor manera, Yuuri no tardo en quedarse sin ninguna prenda, era magnifico ver su abdomen plano y como este se hundía con cada gemido o jadeo que se escapaba de su boca, a pesar de la inocencia de Yuuri había llegado a la vida de Víktor como una llama ardiente que derritió su suelo y lo dejo sumergido en las olas del amor, el peli plata agarro con fuerza la cintura mientras lo veía curvar la espalda por el ritmo aumentado de las embestidas, a ese ritmo arruinarían la mesa, pero eso era lo de menos cuando el estrecho canal apretaba su miembro y lo mandaba a la gloria.