El resto de la semana pasa sin acontecimientos importantes.
Hoy es viernes y se retoma la temporada de fútbol luego de las vacaciones de invierno. Así que hoy el equipo de Regevi–loti quienes nos identificamos como Las águilas juega con otro instituto que el nombre ni recuerdo.
Los colores de nuestra escuela son azul rey, negro y blanco, por lo tanto casi todos los pasillos están adornados con ese color. Sí, el espíritu competitivo se siente bastante. Sobre todo los del equipo de fútbol y las porristas que en vez de llevar el uniforme diario, tenemos americanas del instituto con nuestros apellido bordados en la espalda.
En vez de estar pendiente de química, estoy mirando una pequeña mancha que acabo de darme cuenta en la manga de mi americana.
El profesor está explicando algo que no entiendo mucho. A mí lado izquierdo está Patrick y a mí derecha Liam quien está más concentrado que yo.
—¿Estás entendiendo?—escucho un susurro de Brat a mí espalda.
Niego con la cabeza mientras me recuesto en el espaldar de la silla.
—No mucho—susurro.—Pero es porque no estoy concentrada.
—Y yo que te iba a pedir que me explicarás.
Brat y yo reímos lo que llama la atención de los chicos a mis lados.
Mi hermano levanta la vista de sus libros pero nos ignora.
En cambio el pelinegro arruga las cejas en nuestra dirección pero no dice nada y sigue con sus apuntes.

Luego de la escuela paso por mi casa no más de tres horas ya que tengo que volver a la escuela a alistarme.
Así que, apenas terminamos de arreglarnos y ponernos el uniforme de animación para el juego salimos al campo hacer nuestra primera rutina.
Terminando entran los chicos trotando a la vista de todos en las gradas quienes gritan con entusiasmo. El juego es en nuestra escuela.
Le doy cinco a Liam justo cuando pasa a mi lado.
Pero al pasar los minutos me percato de algo; Patrick no está dando lo mejor de él y eso me llena de curiosidad, es el defensa y eso afecta a el equipo entero.
También observo cuando Charlie y Liam le dicen algo, pero le es indiferente.
Terminando la rutina de medio tiempo cuando las animadoras del otro equipo están en el medio del campo, camino hasta donde está el chico tomando agua.
—¿Qué te pasa, O'Brien?—pregunto cuando estoy cerca de él.
—¿De qué?—levanta su vista ya que esta sentado.
—El marcador—señalo el gran pizarrón digital a lo lejos—Vamos perdiendo por cinco.
—Ya el otro Cooper y Clarkson me armaron un drama. No necesito el tuyo.
Él sabe que odio cuando nos dicen a Liam o a mí 'el otro Cooper'.
Pero lo dejo pasar por la frialdad en su voz, es normal en él. Pero sé que pasa algo.
—Mira—me acerco un poco más a él con las manos en las caderas.—No sé lo que tienes ni me interesa. Pero todos los partidos que siguen después de este son importantes para la mitad del equipo y toda la escuela, trata de concentrarte, por favor, no seas egoísta.
—Mira quien habla de egoísmo—sus ojos azules taladran mi interior.
Sé que lo dice porque no le quise ayudar con sus notas, aunque la verdad no me gusta ayudar a nadie.
—Mi egoísmo contigo no tiene nada que ver.
Patrick solo me sonríe con ironía y camina lejos de mí.
Respiro profundo, todavía estamos en invierno por lo tanto mi nariz duele del aire frío a pesar de estar abrigada con chaquetas del instituto.
Luego de eso Patrick como que me hace caso y se pone las pilas así que terminamos ganando.
Y como es de esperarse por Brat Davis cada viernes por la noche su casa es el centro de festejo.
Muchas veces me pregunto si este chico no tiene padres.
—¡Llegaste!—me abraza Mike apenas cruzo la puerta—Hoy todas estuvieron divinas.—me habla al oído debido a la música.—Ven, en la cocina están las cervezas.
Me toma por la muñeca para caminar hasta la cocina donde hay mucha gente pero no tanta como el resto de la casa.
—Cerveza, por favor.—le hablo a mi amigo.
Este llena un vaso rojo con el líquido amarillo y me lo extiende.
—Algo pasa con Nina.—me comenta Mike preocupado.—Anda algo extraña.
Arrugo mis cejas mientras me quedo pensativa repasando toda la semana.
—Pensandolo bien, tienes razón, varios días ni almorzó con nosotros.
Le doy un trago a mi vaso de cerveza.
—Desde que llegamos de las vacaciones de Navidad está así.
Mi amigo tiene razón ¿Cómo no me dí cuenta antes?
—Mañana vamos hablar con ella.
Quedamos en ir a su casa y si es necesario quedarnos con ella todo el día aunque sea para darle apoyo.
No sé en qué momento Mike se va de mi lado y yo estoy frente al mesón de la cocina destapando otra cerveza.
Estoy bastante concentrada cuando siento unos brazos a cada lado de mí. No tengo que voltearme para saber que es Patrick, él siempre tiene un olor característico a perfume de hombre y un suave olor a vainilla, cómo yo.
—Hueles a Vainilla.—su aliento pega en mi cuello lo que para mí sorpresa me agrada bastante.
No me molesta para nada, aunque mi corazón es un caos dentro del pecho.
Un momento... ¿Por qué está haciendo esto?
—¿Qué haces, O'Brien?—me volteo para quedar de frente.
Pero es un error, está tan cerca de mí que su rostro queda a tan solo centímetros del mío. Yo soy alta, pero él tiene más centímetros que yo, así que su boca queda en mi nariz y casi me obligo a no reaccionar o mirar sus lindos labios.
Sonríe con arrogancia y eso hace que mi mente se nuble. Este chico es muy atractivo y no lo puedo negar, menos ahora.
—Nada.—se separa para mirarme a los ojos dándose impulso con el mesón a mis espaldas.
Esto hace que yo tenga la cadera pegada al mesón con sus brazos a mi alrededor y su rostro peligrosamente cerca.