Lía.
Mi corazón está acelerado, pero de rabia.
¿Que se cree el idiota de Patrick? ¿Por qué me saca así del salón?
—¡Patrick!—no me hace caso—¡O'Brien! ¿¡Te has vuelto loco!?—alzo la voz cuando ya estamos en el pasillo.
Me sobo la muñeca por el apretón que me ha dado. Alzo la vista y lo consigo con las cejas arrugadas.
—¡No es bueno que te vean tan cerca de un chico en la escuela!—él también alza su voz.
—¿Estas teniendo problemas?—sonrío con sarcasmo para evitar explotar.
Me percato que las personas de otros salones están atentos a nosotros.
—Eres una chica, no está bien.
¿Es en serio ese comentario tan sexista?
—Por favor, dime que no he escuchado eso—lo miro a los ojos indignada.
—Bueno, la verdad no me importa.—suelta con frialdad.
Su cambio repentino me toma fuera de lugar.
—¡Estamos en el puto siglo veintiuno! —exploto—Y una mujer puede ser sexualmente libre como los hombres, nosotras también tenemos derecho, no es un pecado y nuestro valor no depende de con cuántas personas estamos.
—Ante la Biblia tener relaciones sexuales sin primero casarse es un pecado—dice tan calmado mientras se cruza de brazos.
¿Esta jugando conmigo?
—Eres imposible, O'Brien—suelto antes de darle la espalda para ir al salón —¡Muevanse!—me dirijo a los chismosos de la clase.
—¿Que hacen todos ahí? —escucho a Patrick detrás de mí luego de unos segundos—Estudien, para eso sus padres pagan una escuela tan costosa.
Me siento en el pupitre respirando profundo.
—Hay tensión en el ambiente—me dice Mike cómplice.
Sé que recuerda la otra noche en una fiesta cuando me consiguió tan cerca del chico.
—¿Que fue eso?—pregunta Nina.
—Un ataque de locura de Patrick ¿Que más? —contesto.
—Pero que dramáticos y chismosos son en esta escuela.—habla el chico nuevo —No llevo ni dos horas aquí y he presenciando drama para todo el año escolar.—me volteo para mirarlo con fastidio—¿Que?—alza sus dos cejas.
—Entre ese chico y yo no hay nada, fastidioso.—le explico.
—Tampoco me interesa, murciélago. —me dice con aburrimiento.
—Nunca había pensado un apodo tan perfecto para Lía —Mike llama mi atención.
—Claro que no.—volteo a verlo.
—Te duermes hasta muy tarde siempre—defiende Nina.
—Aunque sería más como un búho, ya sabes por su color de piel.—comenta Mike.—Tu trasero debe ser bien blanco.
Su comentario me causa gracia.
La profesora entra al salón llevándose toda nuestra atención. Presenta a Link y comienza con la clase del día.
Historia no es mi asignatura favorita pero me gusta mucho, soy un tanto curiosa y saber sobre antepasados, fechas y guerras históricas me llama mucho la atención.
Cuando la clase termina recojo mis cosas y me dispongo a salir del salón.
—¿Que clase te toca?—logro escuchar a Nina preguntarle a Link cuando ya estoy cerca de ellos.
—Mmm—el chico saca su horario —Gimnasia.
—¿De verdad?—le arrebato el papel de sus manos.
Compruebo que sí le toca la misma clase que a mí.
—¡Ey!—me quita la hoja—Eso es de mala educación.
—Genial—sonríe mi amiga—A tí también te toca, llevalo, por favor. Yo me voy—la chica entra al salón de Ciencias.
Miro a Mike en busca de ayuda, pero él solo sonríe.
—Diviertanse—expresa antes de subir las escaleras.
Ellos saben lo difícil que es para mí llevarme con personas nuevas ¿Por que hacen esto?
—Eres fastidioso—le digo a Link rumbo al gimnasio.
—Claro, debe ser que yo soy el encargado de hacer los horarios —comenta con sarcasmo.
Luego de indicarle los vestidores de chicos, me voy hasta el de las chicas para poder cambiarme al otro uniforme.
—Lía—Maya se acerca a mí.
—¿Que tal?—le sonrío.
—He visto que estás con el chico asiático nuevo—me susurra asomando la cabeza por la puerta del pequeño casillero.
—Sí, es primo de Nina—me coloco la camisa de deporte.
—Lo sé, bueno, toda la escuela lo sabe.—cierro el casillero lo que me da una mejor visión de la rubia—El punto es que a una chica de mi clase de inglés le gusta.
Arrugo mis cejas mientras me siento en la baca de los vestidores para colocarme las zapatillas.
—¿Y?—pregunto.
— ¿Tienes su número?
¿Tengo cara de hacer favores últimamente?
—Yo también lo he conocido hoy—la miro —Y si tuviese su número tampoco te lo daría sin su permiso.
—Pero que aburrida eres—hace un puchero.
Maya es tan tierna que muchas veces parece una niña.
Después de Nina ella es la chica que mejor me cae.
—No tengo su número, en serio—me acompaña hasta el gimnasio.
—¿Me ayudas a conseguirlo?—insiste.
—Sabes que no hago favores—la miro—¿No serás tú la interesada?
—Lo sé. Es sólo que la chica me permitió copiarle en un examen y es mi forma de agradecer.
—Hazlo de otra forma.—pongo mis ojos en blanco.
—Por favor—hace una mueca con la boca lo que la hace ver aún más tierna.
Suspiro y me paro en seco.
Puede ser tan insistente como en las coreografías del equipo.
—Va a ser el único favor que te haré en la vida—le susurro.
La sonrisa de Maya se ensancha.
De verdad que me cae bien.
—Te lo pagaré —me habla bajo para ir hasta un grupo de chicas.
A pesar de que me cae tan bien nunca he podido acercarme a ella más que unas cuantas palabras. A veces me hace recordar a Abby por su personalidad tan alegre y a lo mejor eso es lo que me impide ver a Maya como una amiga más.
Tal vez en mi subconsciente la muerte de Abby me tiene con miedo a perder a las personas.
Cuando te encariñas con alguien la vida tiene un motivo más para dañarte, y es por eso que me limito a todo.
—Al parecer tu novio tiene muchas admiradoras—la voz profunda de Link me sobresalta.