Sabor Vainilla.✓

19.—Intenciones.

Patrick.

Mi cabeza duele muchísimo. El pensar tanto más el hecho que no dormí nada me está pasando factura ahora, no debí venir a la escuela hoy.

Anoche luego que salí de mi casa recibí muchos mensajes y algunas llamadas de mi papá. Supongo que luego que los señores Cooper hablaron con él se calmó, porque no recibí un mensaje hasta esta mañana.

Lía tenía razón, necesitaba pensar las cosas y relajarme un poco antes de hablar con mis padres.

Tuve suficiente tiempo para pensar en todas las razones por la cual mis padres me podrían mentir. Y llegué a la conclusión de que solo ellos pueden darme una respuesta.

No los culpo, tal vez lo han hecho por algo. Ellos son muy buenos, y han sido unos padres extraordinarios, ahora sé qué tal vez lo hicieron por mí bien.

La única parte buena de mi noche fue pasar esos minutos con Lía. Me sorprendió muchísimo todas las cosas que recuerda referente a mí. Pero me decepcionó el saber que todo lo que recuerda son cosas malas.

Lo sé, soy inmaduro y tonto, pero por primera vez quiero hacer las cosas bien. Quiero tomar buenas decisiones tanto para mi futuro como para con la chica.

El profesor de ciencias entra al salón y empieza con ponernos en trío para un trabajo en clases.

Mi dolor de cabeza se agudiza cuando me entero que Link y Mike son mis compañeros.

Michael no me importa, es un chico bastante agradable, pero el fastidioso me hace tener mal humor con solo verle la cara.

—Ya deja de molestar, Anderson—comenta Link.

Por mi parte tengo la frente pegada a la mesa.

Ellos apenas se están sentando frente a mí.

—No te estoy molestando—escucho decir a Mike—Solo te digo la verdad. Además, no te dejes llevar por los rumores, no te imaginas la cantidad de chicos que han dicho haberse acostado con Lía y no ha pasado nada.

Está bien, está conversación si me interesa.

Levanto la cabeza para recostar mi mejilla en la palma de la mano.

—No me importa lo que ella haga con su vida ni los rumores.—el chico siempre parece estar aburrido.

—Solo digo—Anderson se encoge de hombros.

¿Rumores? Me ha puesto de un mejor humor saber sobre eso. Yo estoy muy consciente que muchos de los rumores no son ciertos, lo sé porque yo también soy centro de ellos.

Pero saber que Lía no ha estado con todos esos chicos a los que se le atribuye me pone contento.

Cuando estoy sacando mis cosas de la mochila algo me sobresalta.

Es Lía y me acaba de golpear en el pecho con una hoja.

Alzo la vista para darme cuenta que está sumamente furiosa.

Arrugo mis cejas y agarro la hoja para darme cuenta que son mis notas.

¡Mierda! ¡Y mil veces mierda!

—¡Eres el ser más miserable que he conocido en mi vida, Patrick O'Brien!—vuelve a golpearme.

Yo me levanto de la silla para tenerla frente a mí.

—Cooper...—trato de explicarme.

—¡No me hables!—alza la voz—¿¡Cómo pudiste hacer eso!? ¡No quiero tenerte cerca de mi más nunca, no quiero verte!

Sus palabras me causan algo dentro de mí, pero ella tiene toda la razón.

—¡Señorita Cooper!—se acerca el profesor hasta donde estamos nosotros.—¡Señorita Cooper, si no deja de golpear a su compañero la llevaré a dirección, eso es agresión!

Yo la sostengo por las muñecas y con un gran esfuerzo hago que se quede inmóvil.

—Necesito que me escuches—le susurro en el rostro.

—¡Ya no quiero escuchar tus malditas mentiras!—sigue gritando.—¡Mentiroso! ¡Me engañaste y me humillaste! ¿¡Para qué, Patrick!? ¿¡Para qué!?

Suspiro tratando de tragarme la poca molestia que crece dentro de mí.

Pero es molestia conmigo mismo, por no ser franco y directo desde un principio, por acudir a algo tan bajo para estar cerca de ella ¿Acaso no pensé el hecho que ella podría odiarme? Ahora he creado todo un enredo que no estoy seguro pueda resolver.

La agarro por una de sus muñecas y salgo del salón para que nadie vea esa escena.

—¡O'Brien! ¡Cooper!—escucho al profesor llamarnos pero no presto atención.

Camino rápido a los vestidores ignorando las quejas de la chica. Estoy muy seguro esa es la única parte en toda la escuela que debe estar sola.

¿Qué voy hacer? Justo estaba apunto de decirle toda la verdad, comenzar de nuevo con ella, ganarme su corazón a lo bien, pero ella tenía que enterarse por su cuenta y esto arruina todo.

Entro a los vestidores y por suerte si están vacíos.

La suelto luego que cierro la puerta con seguro.

—¡Déjame ir! ¡Esto es secuestro!—trata de salir pero se lo impido.

—¿¡Podrías escucharme!?—la sostengo por los hombros.

Me mira con desprecio y eso me duele más que cualquier palabra que ha dicho.

—No seas imbécil.—baja su tono de voz.—¿Qué explicación podría tener esto?

Tomo aire, de un momento a otro me he puesto nervioso. Muerdo mi labio porque no sé si decirle justo en este momento o no, no se qué hacer, estoy seguro que si se lo digo ahora no me va a creer.

Sonrío lo que hace que ella se ponga aún más furiosa. Trago grueso.

—Porque me gustas, Lía—suelto.

Ella arruga sus cejas y luego suelta una risa irónica.

—No intentes jugar conmigo, O'Brien.—susurra.—Ya no te lo voy a permitir. Tengo muchas cosas en la cabeza para también venir a lidiar con tu mierda.

—No te estoy mintiendo—la miro a los ojos—Me gustas desde hace tanto tiempo que ya no recuerdo hace cuanto. Pero soy un cobarde e inmaduro que no sabe cómo lidiar con sus sentimientos, que no sabe como acercarse a ti y he cometido un grave error.

Ella me mira atónita. Lo único que hace es pestañear.

»—Todo este tiempo solo he querido ser parte de tu vida, de tus días.—trago grueso, estoy un tanto nervioso—Desde que murió Abby construiste unos muros tan altos que me era imposible destruirlos.  Lo del vídeo y las notas era mi forma perfecta de acercarme a ti.




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