Lía.
Mis manos tiemblan de los nervios, el corazón late en mis oídos y mi respiración es bastante irregular.
¿Que hice?
¿Por qué lo he hecho?
Solo me dejé llevar por el momento, lo sentí tan personal, cómo si de verdad fuésemos buenos amigos, cómo si Patrick se estuviese abriendo a mí, yo solo seguí lo que sentí hace unos minutos.
Lo único que pasa por mi mente es el hecho que Liam me va a odiar por esto, va a dejar de hablarme hasta que seamos muy ancianos y solo me perdone para poder ir al cielo sin rencores.
Los únicos que saben esto son Mike y Nina. Cuando les dije los hice prometer por sus vida que no se hablaría más del tema.
Respiro profundo para tratar de calmar mis nervios.
Okey, no hay problema. Ya esta dicho, está bien, Patrick sabe mi más grande secreto y probablemente yo sepa el de él.
Es inevitable aceptar que tal vez si seamos cercanos.
—Sí, ambos lo somos—confirmo—A Liam lo adoptaron cuando teníamos cuatro años y volvieron por mí dos años después. Somos de la misma casa hogar—susurro—Eramos muy unidos, así que los Cooper decidieron no separarnos para el resto de nuestra vida—me encojo de hombros—supongo que somos hermanos del alma. A los meses de llegar yo a casa nos mudamos a Nueva York.
Suspiro.
—Pude imaginar cualquier cosa de ustedes, menos eso—Patrick me mira a los ojos—Sí supe que su familia no los quería ¿Pero esto?—trago grueso.—Es que se parecen.
Trato por un momento de descifrar cualquier pensamiento o sentimientos por parte del pelinegro, pero su cara de póker me lo impide.
—Solo tenemos características iguales, que si el color de cabello, ojos y piel, pero si nos miras detalladamente no tenemos la misma forma de ojos, o de nariz, no nos parecemos—le doy una sonrisa de boca cerrada.
—¿Por qué Liam no nos ha dicho nada?—pregunta. Por un momento puedo ver decepción en sus ojos.—Charlie y yo somos sus amigos.
—No tengo idea—miento. Yo sí sé perfectamente porque mi hermano no dice nada, pero eso no me corresponde a mí—Solo dale un poco de tiempo—no dice nada más—Llevame a casa, por favor.—le pido.
Sin hablar prende el motor y pone el Audi en marcha.
Me causa un poco de ansiedad que Patrick sepa algo tan personal, él no dice nada y eso hace que aumente. No sé lo que pasa por su mente.
Por otra parte tengo que decirle a Liam lo que acabo de hacer. Le acabo de decir a su mejor amigo su secreto, que también es mío, pero es su amigo.
En la boca del estómago crece un nudo terrible.
Gracias al cielo el camino a casa no se hace eterno.
Trato de bajarme lo más rápido que puedo, pero Patrick me toma por la muñeca justo antes de abrir la puerta.
—Relájate—me habla con una voz gruesa que eriza mis vellos.—No le voy a decir nada a Liam, no pienso moverle el tema hasta que él esté listo—me da una pequeña sonrisa.—Lo tomaré cómo si nos estuviésemos acercando un poco más. Cómo si la chica que me gusta acaba de contarme un secreto importante, pero para ella.—su mirada taladra mi alma.—lo tomaré como tú secreto.
Patrick está a punto de entrar en mi por completo y yo se lo estoy permitiendo.
»—No importa de donde vengas—continua—eres la misma que me vuelve loco. Eres la misma Lía de catorce años que me miró una vez y fue suficiente.
¿Catorce años?
Por un momento no entiendo.
¡No puede ser!
“Mi piel está un poco bronceada ya que acabamos de llegar de las vacaciones de verano en las islas del caribe.
Mis padres solo se dan un tiempo libre al año y ese es cuando Liam y yo estamos de vacaciones.
La verdad no puedo dejar de agradecer la fabulosa familia que tengo.
—Mamá, Patrick y Charlie vienen hoy ¿Sí?—le habla mi hermano a nuestra madre quien está sentada en el comedor con su laptop.
—Claro, bebé. No hay problema.—Marian le da una sonrisa cariñosa.
Yo por mi parte estoy escuchando música mientras me preparo un pan con jamón, tengo mucha hambre.
Siento el timbre de la puerta justo cuando me he sentado a comer mi pan en la barra de la cocina.
Observo cuando Liam entra junto con Charlie y Patrick a buscar lo que creo será algo de comer.
El pelinegro está aún más guapo, ha crecido unos centímetros en estas vacaciones. Trago grueso mientras me llevo un poco de jugo por la resequedad del pan.
—Hola, Cooper—Patrick me da una reluciente sonrisa.
—¿Qué tal, O'Brien?—le contesto con la boca llena de pan.
Él y yo no nos llevamos mal, pero tampoco tenemos una buena relación. Es solo el mejor amigo de mi hermano y un amigo de la infancia. Ahora estoy bastante unida con Nina, Mike y Abby.
—¿Cómo les fue?—me pregunta.
Me percato que Charlie y Liam ya no están por todo esto.
—Preguntale a Liam—me encojo de hombros.—Creeme que él se la pasó mejor que yo.
Sonrío mientras recuerdo a un Liam más activo, de los cuatro él tenía más energía. Desde que vio un documental fastidió a nuestros padre para ir a esas playas.
En lo personal no me gusta mucho la playa, pero estas vacaciones le tocaba a él elegir.
—Quiero saber cómo la pasaste tú—habla al mismo tiempo que inclina la cabeza un poco a la derecha. Cómo un perrito confundido.
Mi corazón late con fuerza en mi pecho ¡No lo puedo creer! ¡Patrick está preguntando por mí!
Este chico desde hace un año para acá me gusta muchísimo, pero nunca he tenido la valentía de decírselo, él es tan guapo y yo soy tan insegura.
—Bien—sonrío—me broncee bastante, las playas son muy hermosas e hicimos muchas actividades buenas.—cuento con entusiasmo.
Él sonríe.