Sabor Vainilla.✓

26.–Plan "B"

Lía.

La pelinegra tiene el rostro muy blanco pero las mejillas rosadas, sus ojos a pesar de ser de un gris intenso los tiene apagados y con algunas ojeras.

—Primero que nada—le habla la chica a Patrick.—No cantes que lo haces horrible.

Aún se escucha la canción de Ed Sheeran en el televisor y por un momento siento vergüenza. Pero no de la mala, si no de esas que dan como si te estuviesen descubierto apunto de tener relaciones con tu novio. Aunque no es el caso, así me siento.

—¿Qué haces aquí?—Patrick me da una mirada rápida para caminar hasta la pelinegra.

—Necesito tu ayuda.

—¿Por qué hoy?—Patrick susurra supongo para que yo no escuche, pero lo hago.

—¿Por qué no me contaste que harías esto hoy?—la chica le contesta con el mismo tono.

Yo solo estoy ahí parada sin saber que hacer, que decir ni a donde ir.

—No imaginé que vendrías hoy, Ellen, en serio ¿Qué haces aquí?

Ella me mira con sus ojos grandes y grises.

—Lo siento mucho—me habla a mí.—Si quieren espero que terminen.

—No.—le contesto.—Tranquilos, yo... Creo que ya es hora de irme a casa.

Patrick camina de nuevo a mí

—Disculpa—me habla bajo. Yo niego con la cabeza.—Por favor déjame llevarte a casa.

Admito que me siento un poco decepcionada, la noche estaba siendo casi perfecta. Estaba prácticamente en un sueño y me hubiese encantado que durara un poco más.

Pero por el rostro de la prima de Patrick se nota mucho que está preocupada por algo y supongo que sí hizo un viaje desde donde vive hasta acá no debe ser bueno.

¡Claro! Él va a estar ocupado con Ellen.

—Tranquilo—le digo—Habla con tu prima, puedes llevarme después.

—¿En serio?—arruga sus cejas.

—Sí, ¿Puedes prestarme un momento tu celular?—saco el celular de mi abrigo y finjo ver la pantalla— Para decirle a mis padres que llegaré un poco tarde, el mío se quedó sin batería.—miento.

Patrick se queda observando mi rostro por un momento.

—¿Segura?—pregunta.

—Sí, no te preocupes.—hablo con calma.

—Toma.—Él saca su celular del bolsillo delantero del pantalón para desbloquearlo y dármelo.

—Gracias.—agarro el celular y me siento en el sillón para abrir el teclado de llamadas.

Me percato por el rabillo de mi ojo cuando ambas personas salen de la sala rumbo arriba.

Perfecto, esta es mi oportunidad.

Busco la aplicación de galería, pero para mí sorpresa no hay nada, solo tiene una carpeta con algunas fotos de tareas. Esto no puede ser. Busco en cada aplicación del celular, pero no hay otra carpeta de imágenes o vídeos.

»—No, no, no ¿Por qué?—me hablo a mí.

Hasta que lo noto, tiene dos calculadoras, tiene dos putas calculadoras.

Suspiro con frustración.

La aplicación de la segunda calculadora es una protección a todos los archivos del celular.

»—Estúpido astuto, O'Brien.—susurro.

Vuelvo a las llamas para marcar el número de mi madre pero colgar casi enseguida simulando que llamé pero nadie contestó.

Recuesto la frente en la palma de mi mano ¿Ahora qué hago? Se supone que estoy aceptando salir con él y todo esto para poder borrar este video, pero no tengo como hacerlo.

¿Tengo que dejarlo pasar? ¿Tengo que olvidarlo?

Mi última opción es su computadora, pero no tengo forma de entrar a su habitación, mucho menos entrar a su laptop así como así.

Miro a la dirección de las escaleras, él tiene que ir hacer una prueba a Boston, lo más probable es que se lleve su computadora, si nos quedamos en el mismo sitio o nos conseguimos allá tal vez pueda entrar en su computador.

Esta es la última oportunidad que tengo para deshacerme de Patrick.

Me levanto del sillón para subir las escaleras y poder conseguirme a Patrick en su habitación con la prima. Toco la puerta.

—Pasa—escucho la voz de Patrick del otro lado.

Cuando entro está él en la silla de su escritorio y Ellen acostada en su cama.

—Mamá no me contestó.—le extiendo su celular.—Creo que si debería de irme.—él toma el aparato para dejarlo encima de su escritorio.

Mira a Ellen para luego mirarme a mi.

—Vamos.—me habla.—Ahora vuelvo, espérame, por favor —le dice a su prima.

Bajamos las escaleras en silencio, me coloco el abrigo que me he quitado cuando llegué aquí mientras que Patrick toma las llaves del auto.

Lo miro, está bastante serio.

—Todo estuvo muy bonito.—le digo antes de salir.—Me gustó mucho todo lo que hiciste para mí—le doy una pequeña sonrisa.—Gracias.

Su rostro serio se suaviza un poco.

—Nuevamente discúlpame por esta interrupción.

—No hay problema.—le sonrío aún más

Él me mira con tanto cariño que mi corazón da un vuelco inesperado.

Se acerca a mí para darme otro beso en los labios, toma mi rostro en una de sus manos para acercarme a él. Yo me quedo en mi posición. El beso es tan suave y dulce, tan fascinante.

Nuestros labios sincronizan sus movimientos para darle un toque de delicadeza. Podría acostumbrarme a sus besos y eso no está bien.

¿Y sí me enamoro de él? No puedo permitirme esto. 

Me separo de él luego de darle unos pequeños besitos para finalizar.

»—Salgo a Boston el sábado por la tarde.—le digo de repente.

Él arruga sus cejas sin comprender mi comentario.

—¿Cómo así?—pregunta con curiosidad.

—Que me iré a Boston el sábado en el vuelo del medio día, supongo que tú te irás antes o después así que te enviaré la dirección de la casa de mis padres por mensajes.—le digo.

Patrick por un momento se queda mirándome con las cejas arrugadas procesando la información. Luego su rostro cambia por completo y me da una sonrisa amplia.

—Yo compré el boleto de avión para el sábado en la mañana, supongo que nos veremos allá.




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