Sabor Vainilla.✓

41.–Solo él.

La primavera llega tan pronto como los exámenes de fin de año y las cartas de universidades.

Así que, para el 2 de abril que es la fecha actual casi hemos acabado con todos los exámenes, y ya varias universidades están dando respuestas, excepto la de nosotros.

Juego con el diseño de pastel que tengo en mi cuello. El mes pasado le he regalado a Patrick un collar de un pequeño libro y yo tengo el de un pastel. Idea que me ha dado su madre contándome una linda historia acerca de ella y el señor Alan. Me gustó bastante así que lo he copiado.

Mi hermano, papá, mamá y yo estamos frente a una computadora, con Liam en el centro entrando a la plataforma de Columbia.

Los juegos de la temporada no han terminado, pero un entrenador ha hablado con mi hermano y tuvo que ir hasta la universidad para que otras personas lo vieran jugar.

Hoy salen los resultados para los becado en el equipo de fútbol de Columbia y a Liam le tiemblan las manos.

El timbre suena, pero dejamos que la señora de servicio abra.

A mis espaldas siento como entran Charlie y Patrick a la sala.

—¿Que pasó?—Pregunta Charlie posicionándose a mi lado.—¿Ya está?

—No, está muy lento—le contesta mi padre porque Liam hace rato que no habla.

Miro a Patrick quien se acerca a mí con una de esas lindas sonrisas, me da un corto beso en los labios y otro en la punta de la nariz.

—Buenas tardes—me habla al odio. Eso hace que tenga muchas sensaciones.

Suspiro por todas las emociones que tengo reunidas. Pero Patrick tiene el ceño un poco arrugado, eso no es buena señal, él siempre está relajado, algo me hace pensar que está sucediendo otra cosa que la gran noticia.

—Okey, ya lo voy hacer—Liam me saca de la pequeña burbuja.

Mi hermano nos mira a todos en la habitación y sonríe. Sé lo que pasa por su mente; Tiene a todas las personas importantes ahí con él, y eso es suficiente.

Le da al botón Enter de la computadora, la página empieza a cargar, rápidamente aparece el formulario de correo, para que en letras grandes, subrayadas y verdes la palabra «Aceptado» resalte en la pantalla.

El primero en reaccionar es mi hermano quién grita y salta de la silla con entusiasmo.

La alegría y orgullo que siento por mi hermano me hace abrazar a Patrick con mucha fuerza.

—¡Soy el mejor jugador de la historia!—exclama mi hermano lanzándose a los brazos de mi madre.

Mamá está llorando de la alegría y papá tiene sus ojos cristalizados.

Liam me mira para lanzarse a mis brazos y darme vueltas en el aire.

—¡Y yo soy la hermana más orgullosa de la historia!—suelto entre carcajadas.

Me doy cuenta que Charlie estuvo todo este tiempo grabando el momento.

Nuestros padres se acercan a nosotros para darnos un abrazo grupal, papá hace que Charlie y Patrick también se unan al abrazo, total ellos son familia.

—Bien, ahora a celebrar—habla mi madre secándose las lágrimas.—He hecho una rica cena para todos.

Sí está así ahora que solo lo han aceptado en la universidad no me quiero ni imaginar cómo se pondrá cuando se gradue, o cuando nos graduemos.

Me separo de Liam y lo observo, la felicidad le sale por los poros. Y por un momento, solo por un microsegundo me siento celosa de él.

A mí ninguna universidad me ha enviado algún correo, o la que más me importa: Harvard.

Aunque aún no han publicado su lista de aceptación, entro cada día a la plataforma para revisar. Es como cuando abres la nevera, no encuentras nada interesante, pero aún así la vuelves abrir con la intención que aparezca un pastel de chocolate frente a ti.

Pero esto no va a eclipsar el momento de mi hermano.

—¿Pasa algo?—me detiene por el codo Patrick cuando vamos a el comedor.

Lo miro. Él también lo hace con duda, hay algo más en esa pregunta.

—Nada—le doy una sonrisa de boca cerrada. Patrick arruga sus cejas e inclina un poco la cabeza.—Es solo que me siento un poquito celosa.—le confieso.—Ya sabes, eso de las universidades.

Patrick me mira para acto seguido abrazarme y acariciarme la espalda. Hace unos días le han quitado el yeso que le cubría el brazo.

—Relajate, Charlotte.—me dice en susurros.—Nadie merece más entrar a Harvard que tú.

Mi corazón da un vuelco, no le he dicho a Patrick  cual es la universidad que de verdad me preocupa y que él lo sepa me encanta.

Cenamos entre buenas vibras y conversaciones vanales. Aunque en un momento me doy cuenta de una mirada significativa entre Charlie y Patrick, junto con una negación de cabezas de ambos, lo ignoro.

A mis padres se les nota el orgullo hasta en los ojos y eso me alegra aún más. Cómo me encantaría hacerlos sentir tan orgullosos como mi hermano.

Luego de la cena subo a mi habitación un momento a buscar mi celular, mientras que mis padres, Liam, Charlie y Patrick se quedan en la sala.

Pero me percato que vibra mucho. Me siento en la orilla de la cama para desbloquear y ver los mensajes, llamadas perdidas y notificaciones de una cuenta de Instagram y tiktok que no tenía conocimiento.

Las llamadas son de Nina, Mike y Link. También tengo algunas de Maya.

No entiendo nada hasta que me meto a la cuenta de Instagram que ahora tiene miles de seguidores y la mayoría son de la escuela, incluso de escuelas cercanas, la cuenta que se denomina: LíaCooperBastarda. Tiene fotos y videos, todos referentes a mí.

Mis manos empiezan a temblar, mis orejas se tornan calientes mientras que mi corazón se acelera al punto de la taquicardia.

Esto no puede estar pasando.

El primer video que tiene es el de Hudson y yo cuando estábamos teniendo sexo en el baño de Patrick con la descripción: Puta.

Después hay una fotografía de mis amigos y mía en la cual aparece Abby, que tiene de pie: Tan odiosa y patética que todos la abandonan.




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