Sabor Vainilla.✓

47.– Hawái I

Lía.

A pesar de que los últimos meses de mi último año en secundaria no han sido los mejores, he decidido dejar pasar todo y simplemente disfrutar.

Tengo que dejar de estar pensando en el pasado, tratar de vivir en presente, cuidar mi salud mental con mi terapeuta  y disfrutar el momento.

Mis padres siempre me lo dijeron, que aprovechara y eso es lo menos que he estado haciendo, pero eso acabó, realmente voy aprovechar todo momento, bueno o malo que se presente.

El viaje desde Nueva York hasta Hawái no fue tan largo y fastidioso como pensé a pesar de la hora en que salió.

Llegamos a la isla casi al medio día y el sol junto con la alta temperatura tuesta mi piel como cualquier verano. Aunque admito no me gusta mucho la playa, no me perdería este viaje por nada del mundo, y mucho menos ahora que le tengo una pequeña sorpresa a Patrick.

El Grand Hyatt Kauai resort & spa es un hotel tropical de lujo, que hasta ahora me encanta. Entramos en grupo al lobby, es bastante espacioso, grande y rodeado de jardines que me gustan, tiene una ubicación perfecta para la playa y varios lugares interesantes que visitar.

Nos han asignado 3 personas por habitación, como acaban de decir, dieron la libertad de poder escoger con quién.

—Profesora —Mike levanta la mano para que lo vean.—¿Podemos compartir habitación chicos y chicas?

La profesora de Matemáticas mira a Mike con cara de pocos amigo y eso me hace sonreír.

—No abusen de las libertades, eso está prohibido.

—Oh, vamos.—exclama mi amigo —Todos aquí saben que Nina y Lía no hacen que se me pare.

Todos soltamos carcajadas.

—¡Michael Anderson!—lo regaña la profesora, pero estoy segura también tiene ganas de reír.—La respuesta es no.

Finalmente Link y Mike terminan compartiendo habitación con un chico que no conozco el nombre. Mientras que Maya se acercó a Nina y a mí para dormir con nosotras, obviamente le dijimos que sí, preferimos compartí con ella que con cualquier otra.

Entramos a la habitación que compartiremos los siguientes días. Es bastante espaciosa, con tres camas lo suficientemente grandes para cada una, un pequeño refrigerador, un ventanal que cubre toda una pared, pero está cubierto por unas espesas cortinas y un televisor en la pared enorme.

—Wow, que lindo—comenta Nina llegando a la que supongo ha elegido como su cama.

Las maletas ya estaban aquí, así que agarro la mía para poder ponerme unas sandalias, las zapatillas me tienen los pies sudados.

Miro la hora, tengo que empezar a preparar la sorpresa de Patrick para esta misma noche. Para eso debo pedirle ayuda a Liam.


 


El primer día pasa sin muchos acontecimientos. Solo un almuerzo entre risas, la tarde en la playa y ahora que vamos saliendo de la cena me acerco a mi hermano para saber si ya todo está listo.

—¿Todo quedó bien?—le pregunto cuando vamos por el pasillo rumbo a las habitaciones.

Liam me sonríe y pasa su brazo alrededor de mis hombros.

—Todo quedó como a él le gustaría—me guiña un ojo.

Las emociones empiezan a crecer dentro de mí y doy pequeños aplausos. Mi hermano carcajea a mí lado, nunca me ha visto así, lo sé.

—¿Sabes que eres el mejor hermano del mundo?—le doy un beso en la mejilla

—Obvio que lo sé. Y cuando tú te marches a Boston y yo me quede aquí me vas a extrañar.—me atrae más a su cuerpo.

Me desilusiono un poco porque de Harvard aún no hay ninguna noticias, sin embargo, trato de no arruinar este momento con esto.

—Seguramente.—le comento con sarcasmo.

Liam se para para colocarse frente a mí.

—Patrick debe estar en nuestra habitación porque le dije que fuera a buscarme algo, pero ya debe de salir, así que date prisa.—me da un beso en la mejilla.—Y usan protección.—saca de su bolsillo trasero un preservativo para ponerlo frente a mí rostro.

—¡Liam!—le golpeo el hombro mientras sonrío.—Lo tomaré—le quito el preservativo de un manotazo y él sonríe amplio.

Guardo la bolsita plástica en el bolsillo de mi pantalón corto para empezar a caminar a la habitación.

Voy casi caminando en las nubes que cuando cruzo el pasillo y veo a las dos personas besándose mis orejas se calientan casi de inmediato.

Son Brat y Charlie besándose cómo si no hubiese un mañana. Charlie está contra la pared y las manos en el pecho de Brat, mientras que este lo toma por el rostro con fuerza, cómo si el beso fuese robado.

Siento está escena tan íntima que cuando intento marcharme sin ruidos mi estúpida sandalia resbala con el piso y caigo de culo haciendo un gran ruido y logrando que ambos chicos se separen de golpe.

Al mirarme Charlie tiene el rostro muy pálido mientras que Brat me mira con suficiencia.

Increíble momento para ser torpe, Lía Cooper. Me digo.

—¿Estás bien?—Brat se acerca a mí y me extiende su mano para ayudarme a levantar.

La tomo y me impulso.

—Yo... Estoy bien y ya me iba, así que sigan con lo suyo.—paso entre ellos para seguir a la habitación donde se supone debe estar Patrick.

Pero Charlie me detiene por el codo con bastante fuerza.

—Lía, por favor...—su mirada es de súplica y ya sé lo que dirá antes que lo suelte.—No le digas a nadie

—Y vamos otra vez con esto.—Brat mira con indignación a otro sitio.

Bien, aquí hay un problema entre parejas y yo no debería de meterme.

—Me conoces y sabes que no me importa lo que los demás hagan—me encojo de hombros.

Charlie suspira, pero a Brat aún se le ve el enojo en el rostro.

Cuando intento irme me volteo para mirarlo a los ojos.

»—Esto no está mal, ni tú eres diferente por lo que sientes.—le digo con toda la honestidad que podría salir de mi.—No sé lo que pasa por tu mente, pero esto no quiere decir que dejes de ser el Charlie que conozco desde pequeño. No te debes sentir mal por querer a alguien, sin importar quien sea.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.