Sabor Vainilla.✓

52.—Tus sueños.

Lía.

"—Lo siento, hablamos luego."

Es lo único que se repite en mi mente desde ayer en la noche.

¿Qué paso? ¿Hice o dije algo?

La frialdad de Patrick al decirme esas palabras retumba en mi cabeza como tambores.

Anoche no contestó mi mensaje, en las primeras horas no lo vi, ni siquiera sé si vino a la escuela hoy.

—Cooper. —llama mi atención Maya cuando estoy saliendo de la clase de Inglés. —La entrenadora Dawson me avisó que quiere hablar contigo.

Arrugo mis cejas sin entender, desde que me sacó de la competencia nacional no he vuelto a los entrenamientos y mi banda de capitada se la pasé a Maya.

—¿Por qué? —le pregunto a la rubia.

—No sé—se encoge de hombros. —Solo me dijo que te espera en su oficina.

—Está bien, gracias. —le doy una pequeña sonrisa. —Le dices a los chicos que llego en un rato.

Maya solo asiente mientras me sonríe y se va caminando al comedor.

Yo paso el pasillo principal y luego el gimnasio para tocar la puerta de la entrenadora.

—Pasa—escucho la voz apagada de la señora.

Entro primero asomando mi cabeza, pero cuando se percata que soy yo me hace señales para caminar hasta su escritorio.

La oficina de los entrenadores están todas en un solo espacio grande con varios escritorios alrededor.

—Me dijo Maya que me buscaba—me paro frente el escritorio sin querer sentarme.

Aún le tengo un poco de recelo a la entrenadora por sacarme como si nada del concurso luego de dar siempre lo mejor de mi.

—Sí, quería hablar contigo y disculparme por lo que hice. La verdad no tuve opción, Lía. Los organizadores me estaban presionando.

Me encojo de hombros.

—Ya pasó, no importa.

La entrenadora me da una sonrisa y yo arrugo mis cejas.

—Lo que no se escapa de mis manos es que vuelvas a los entrenamientos y cierres el último juego de la temporada como lo que eres: La capitana del equipo de animación. —todo esto me lo dice sin dejar la sonrisa de su rostro.

Y la emoción crece dentro de mí. Desde que comencé con esto me encanta muchísimo animar, es mi pasión y lo podría hacer como hobbie por siempre

—¿Es en serio? —pregunto tratando de ocultar me emoción, pero es casi imposible.

—En serio—confirma. —dentro de unos días es el juego final y tú mereces estar ahí. Los Cooper merecen estar juntos.

Por primera vez en mucho tiempo no me molesta que nos llamen así a Liam y a mí.

—Nos vemos esta tarde, entonces.

Me despido de la entrenadora con toda esa emoción que ahora está por todo mi ser. Sí voy a poder estar en un último juego animando a mi hermano y a quien ahora es mi novio.

Cuando pienso en Patrick una presión vuelve a mi pecho. Como si lo hubiese llamada con la mente, mi teléfono empieza a sonar.

Es Patrick.

—Buenas tardes. —me saluda el chico. —Estoy en el comedor y no te veo por ninguna parte.

Al escuchar su voz mi corazón se acelera, sin embargo, no puedo evitar recordar todo lo de anoche y me estomago se contra ¿Qué le pasa?

—Estoy... ocupada. —hablo con seriedad.

El chico no dice nada por un instante y yo suspiro.

«Si estaba todo bien ¿Por qué te comportas así, O'Brien?»

—Hoy tengo entrenamiento, pero quería saber si después podrías salir conmigo, debo hablar algo importante.

Al escuchar estas palabras mi corazón cae al piso y crece la angustia en mi pecho. Trago grueso sin saber muy bien que decirle.

—Está bien ¿Dónde nos vemos? —pregunto.

—Paso por ti a tu casa a las seis. —cuelga sin decir nada más.

Un "Te quiero" se queda atorado en mi garganta.


**********


A las seis con diez minutos estoy en la sala de mi casa vistiendo un jean celeste junto con una camisa negra de tirantes.

Me siento y paro varias veces del sillón individual de la sala un poco nerviosa por lo que podría pasar hoy.

Estoy mil por ciento segura que Patrick terminará conmigo.

Liam quien está sentado frente al televisor viendo el futbol, me mira de reojo sin querer decir algún comentario al respecto.

Mis miedos se están cumpliendo y no sé qué hacer al respecto. Esto era lo que no quería, odio esta sensación de que pierdo a alguien que me importa, es tan feo.

Mi celular anuncia que me acaba de llegar un mensaje, es Patrick quien me avisa que ya está en el frente de mi casa.

Le doy una última mirada a mi hermano antes de tomar una chaqueta de cuero del perchero y salir.

Patrick no se molesta en bajar del auto ni para saludar y eso me pone aún más nerviosa. Es una acción que es pequeña y siempre me pareció tonta, pero ahora me hace falta.

—Buenas noches—saluda apenas entro al auto y abrocho mi cinturón.

—Buenas noches—contesto.

Decido que pase lo que pase no perderé mi dignidad y dejaré que decida. Aunque teniendo en cuenta todo lo que hemos pasado estos ultimo meses, incluso todos estos años ¿Por qué simplemente terminar?

Trago grueso para evitar suspirar pesadamente delante del chico y vuelvo a sentir que la situación se escapa de mis manos, que entregué todo por nada y esto me asusta.

Patrick tampoco dice nada en todo el camino a ¿El Central Park?

Lo miro con las cejas arrugadas y él sigue concentrado en la carretera. No creo que el Central Park sea un buen sitio para terminarle a tu novia ¿o sí?

—Llegamos. —me informa el pelinegro cuando estamos en un establecimiento que por dentro esta oscuro.

Bajo del auto para ver el cartel apagado del lugar que tiene como nombre "Sabor Vainilla" con letras celestes y grandes, con un fondo blando y muchas palabras transparentes que le dan originalidad al título. Tiene varios floreros grandes a los costados y todo es de espejos cubiertos por cortinas que no permiten que se vea nada para dentro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.