Sabor Vainilla.✓

54.— El ultimo juego.

El final de las clases, los exámenes, las últimas cartas de universidades y el juego del final de la temporada llega todo en la misma semana.

Estas ultimas semanas fueron muy pesadas debido a los exámenes, sin embargo, nos ayudó a pasar tiempo juntos ya que nos reuníamos muy a menudo a estudiar en grupo y cuando todos aprobamos, la emoción fue incluso mayor. Porque sí, incluso hasta Mike aprobó.

Luego de este juego solo quedaría el baile, la graduación y todo acaba.

Estoy en los vestidores de la escuela frente a un espejo de cuerpo completo mirando el uniforme de animación, este momento será la última vez que lo llevaré. Siempre me ha encantado el diseño del uniforme de animación, y me pone un poco nostálgica saber que luego de hoy le espera un perchero en el closet de mi habitación.

Llevo la vista hasta mi rostro bien maquillado y mi cabello está medio recogido con una cola y la parte de abajo suelto, está adornada con un lazo color azul.

El momento ha llegado.

—¿Estas bien? —me pregunta Maya apareciendo detrás de mi.

Efectivamente luego del viaje de último año ella está más unida a nosotros.

Hace unos días nos dijo que no iría a la universidad, si no que asistiría a una academia ya que la chica quiere ser diseñadora de modas.

Y eso está bien, no es obligado que vayamos a la universalidad, si ese no es nuestra mayor meta está bien. Hay muchos sueños que no son necesarios unos estudios universitarios. Eso lo aprendí de Mike.

Lo que nos alegró es el hecho que será la misma academia donde también asistirá Mike.

—Sí—le sonrío mientras me volteo. —Solo tenía un poco de melancolía.

La rubia me da una sonrisa genuina.

—Te entiendo, yo también siento lo mismo. Fueron varios años portando este uniforme cada semana y se va a sentir raro.

Suspiro porque ella me entiende a la perfección. Le agradezco a la animación mi buena coordinación, agilidad, espíritu competitivo, dotes para el baile y sobre todo crearme una seguridad que dudo la habría conseguido sin esto.

Aunque al principio elegí entrar al equipo por tener alguna actividad extracurricular para la universidad, me terminó gustando muchísimo.

La entrenadora nos informa que es nuestro momento de entrar a la cancha de futbol para darle inicio al juego.

Maya y yo nos miramos sonriendo y nos damos cinco.

Ha llegado el momento del último juego.

Por los altavoces del estadio empieza a sonar Hollaback Girl de Gwen Stefani, esa canción que me sé a la perfección. Salimos a la cancha y puedo sentir lo que será por última vez la alegría y emoción de todas las personas en las gradas.

Nos ponemos en posición para empezar la rutina, y justo cuando la música llega al punto donde debemos empezar, me muevo al ritmo de la  coreografía que se me de memoria, la misma coreografía con la que perdió el equipo en los nacionales.

Terminamos conmigo en la cima de una pirámide humana.

Justo cuando dos de mis compañeros me sujetan abajo y mis pies tocan el piso veo como el equipo de nuestra escuela empieza a salir por detrás de las gradas donde se supone que deben estar sus vestidores.

Todos empezamos animarlos.

Liam pasa por mi lado y me da cinco para seguir su camino. Charlie hace lo mismo, en estos días he hablado un poco más con el chico y creo que sí podríamos tener una bonita amistad.

Patrick al contrario de sus amigos se acerca a mí con su casco a un costado, se ve tan hermoso que mi corazón salta en el pecho.

Él me toma por la mandíbula para darme un beso rápido en los labios.

—Siempre me ha encantado como te queda esa falda. —susurra en mi oído para seguir su camino al campo.

Luego de la vez que estuvimos en su restaurante ha estado un poco más atrevido conmigo y con comentarios sexuales cada vez que puede. ¿Y para que mentirles? Eso me encanta.

Agito mis pompones mientras sonrío.

Siento las miradas de muchas personas a mis espaldas, no me importa, ya las chicas deben superar que Patrick está conmigo y no lo voy a dejar.

Miro a Anaí quien está con el resto del equipo y me mira mal. Las cosas entre la chica y yo no han mejorado, tampoco me interesa. Me siento tranquila, muchas veces no es obligatorio arreglar las cosas con todo el mundo, no es necesario perdonar a alguien solo para cerrar ciclos, porque al momento de irme de aquí, todo lo que pasó solo será un mal recuerdo.

Llego a dónde está mi grupo para seguir con lo nuestro: Animar a todo el mundo.

Cuando fijo mi vista a las gradas me percato de Nina, Link y Mike están mirando a mi dirección con una sonrisa en el rostro, por excepción del segundo mencionado, él solo me mira y me da una sonrisa sarcástica.

El juego comienza con el primer silbato y todos nos sumergimos en una tensión increíble. Para todos los jugadores este momento es importante.

Al pasar los minutos sorprendentemente ninguno de los dos equipos anota nada.

Cuando Patrick intenta abrir camino, uno del equipo contrario lo derriba haciendo que caiga muy fuerte en el césped. Mi corazón se agita y lucho con las ganas de correr hasta dónde está mi novio. Observo como Liam se acerca a él, le ayuda a levantarse y le dice algo que ambos sonríen.

Para el descanso de medio tiempo ambos equipos van empatados.

Nosotros hacemos nuestra rutina de medio tiempo, termino y me siento un poco agotada, he drenado tanta energía como para dos años.

Dejo mis pompones en la banca para dirigirme hasta donde esta Patrick sentado tomando algún energizante.

—Estas jugando demasiado mal—le comento en broma mientras me paro frente a él con las manos en las caderas.

Patrick me mira y me da una sonrisa divertida mientras alza una de sus cejas.

—¿Eso crees? —se levanta dejando el casco en la banca con la botella de energizante en la mano.




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