El barco se movía con las olas y el viento, mecía sobre unos movimientos oscilantes llevándoles hacia el este, el mar estaba en calma y había bastante claridad. El barco era enorme, hecho de madera de ébano. El viaje iba a ser largo hacia otra isla para seguir reclutando gente, ahora tocaba Vilcoof, pero eso no era el punto importante, Robert debía de aclararles la historia a Riet y Joan, que se presentaron ante el grupo de amigos que tenía.
—Bueno, cuéntanos Robert, ¿Por qué ir a Dilciet y querer utilizarnos como un arma? —preguntó Riet crítico con la situación.
—Primero, no sois un arma, sois humanos, os protegeré tanto como a mis compañeros, y no sé cuál es tu pasado o porque no decides confiar en mí, y en parte lo entiendo. Yo también he sido traicionado, pero al igual que yo deposito mi confianza en ti en mi barco, quiero que me correspondas también.
—Perdón por ser grosero entonces, pero es que no me fío mucho. No sé quién eres y que sepas de lo de Minerva me resulta extraño.
—Eso tiene su explicación, ya que en Narcóndez, Xeliok es conocido, temido y buscado por la seguridad de la gente y el pueblo nerconiano. Ha hecho cosas horribles, experimentos a niños, secuestros, asesinatos, masacres, violación de leyes, intrusión a la justicia, intrusión en casas, agresiones físicas, traumas psicológicos... Y mucho más —Robert hizo una pausa—. No es un digno nerconiano a recordar, pero sé que no todos somos así, al igual que no creo que todos los dilcitienses sean anarquistas radicales por mantener a su país manipulado por el miedo y el control.
—Más que anarquía, Robert parece un reinado que doctrina a la gente a seguir un reglamento y que todo lo que tengas no es tuyo sino de todos, y al parecer no les funciona —comentó uno mirando a Robert desde el timón.
—Ya, pues un reinado que no funciona, es como no tener nada, por lo tanto para mí es como si no mandara nadie, por lo tanto es una anarquía para mí.
—No deja de ser que funciona para ellos porque están engañados, por lo tanto no saldrá de donde están hasta que se harten o se den cuenta que están manipulados.
Riet se quedó pensando por un momento en los argumentos de Robert y decidió preguntar:
—¿Entonces vamos a por ese amigo tuyo que te traicionó y que quiere conquistar los tres países?
—Sí, pero no creas, te devolveré el favor algún día, no te preocupes. Pero, sí iremos a por mí amiguito Javier que quiere conquistar el mundo para hacer lo mismo que Ferehan, engañar a la gente tras sus mentiras solo por poder y que todo el mundo obedezca sus leyes...
—¿Te arrepientes de haber sido su amigo? —preguntó curioso Joan.
—Mucho, y todos los días...
Entonces Riet y Joan se dirigían a Vilcoof para ir en contra de un amigo del nuevo compañero y amigo Robert de veintidós años, el cuál protegería a los chicos junto a sus compañeros, y esta pequeña historia de Dilciet y de su comienzo es parte de solo el principio, todo esto solo acaba de empezar, y una breve poesía de un nerconiano famoso os voy a contar, para dar introducción a la historia de Vilcoof.