Salvación

Capítulo 6

                                                                  -L

Observo por la ventanilla del avión como aterrizamos. Todos los recuerdos llegan a mi mente de una forma abrumadora.

Inútil.

Invesil.

Me das asco.

Sacudo la cabeza tratando que los recuerdos se vayan. Pero nunca lo hacen, nunca se van.

Siento como tocan mi mano y volteo la cabeza encontrándome a Adam viéndome con preocupación, después noto que todos me están viendo igual. Suelto un suspiro y me digo mentalmente que debo relajarme.

— ¿Estás segura de hacer esto? — Me pregunta Thomás, lo observo. Thomás es el hermano del medio, es el más cariñoso de todos y el más sensible. Pero es uno de los mejores peleadores, hemos peleado juntos muchas veces y somos un gran equipo. Me acuerdo de la primera vez que le enseñé a pelear, tenía unos 8 años y un vampiro más grande que él lo estaba molestando. Ninguno sabía que ese vampiro tenía tiempo molestándolo, cuando ví que lo empujaba haciendo que cayera al suelo, no dude en acercarme. Cuando el vampiro me vió sus ojos se llenaron de miedo sabiendo quien era yo, me coloque al frente de este viéndolo fijamente, me pidió perdón y diciendo que no lo volvía hacer. Yo solo me quede mirándolo y este se fue corriendo. Me gire a donde un pequeño Thomás yacía todavía en el suelo, me acerque y me puse en cuclillas quedando a su altura.

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Observo como una lagrima se desliza por su mejilla, acerco mi mano y la limpio. Él solo se queda con la cabeza agachada viendo el suelo. Agarro su barbilla y hago que me vea.

— ¿Quién eres? — Le preguntó haciendo que me vea confundido. Levanto una ceja dejando entender que espero una respuesta.

— Thomás.— Susurra.

— Thomás ¿Qué? — Él me mira sin entender porque le pregunto eso. Porque obviamente yo se su nombre.

— Thomás Black.— Volvió a susurrar.

— ¿Qué? No te entiendo. — Me mira como si estuviera loca.

— Thomás Black.— Dice ahora un poco más alto.

— ¿Qué?

— ¡Thomás Black! — Dice gritando. Yo asiento conforme.

— Exacto, eres un Black. ¿Sabes qué significa eso?— Lo veo negar mirándome.

>>> Un Black es alguien fuerte, poderoso, un líder, un guerrero y alguien el cual deben respectar. Tú  eres todas esas cosas y más.— Él niega con la cabeza y agacha la cabeza de forma triste.

— Soy débil, no me sé defender. No merezco tener ese apellido.— Le vuelvo a levantar la cabeza y esta vez soy yo la que niega.

— Espero que nunca vuelvas a decir eso, porque tu eres todo un Black. Solo te falta entrenar y vas a ver que serás el mejor. Eres pequeño pero muy inteligente, yo te voy a enseñar ¿Te gustaría?— Veo como sus ojos brillan de emoción y asiente de forma rápida con la cabeza.

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Después de ese día, todos los día entrenabamos dos veces por día. Le enseñaba nuevos movimientos y entrategias, convirtiéndose en unos de los mejores luchadores que hay.

— Sí, estoy bien.  Digo mientras me levanto y voy directo a la salida. Siento las miradas de todos en mi y solo me limito a ignorarlas.

Bajar del avión y sentir la brisa de Londres me hace sentir un escalofrío en todo mi cuerpo. Observo mi alrededor y veo como un hombre alto se acerca a nosotros con una amable sonrisa. Es castaño de ojos grises, piel blanca y tiene puesto un traje de color azul oscuro. Nos observa con curiosidad. Mientras se va acercando su sonrisa va disminuyendo y sus ojos se encuentran con los míos, su cuerpo se tensa y aparta la vista rápidamente.

* Me tiene miedo*

Sonrío internamente. Causo ese efecto en la personas, mi aura con el pasar de los años se ha vuelto más pesada, fría y aterradora de lo normal. Dominic me dijo que cuando me encontraron mi aura ya era así solo que menos intensa.

Cuando el castaño llega a donde estamos nosotros, evita totalmente mirarme.

— ¡Buenos días, Señores Black! Mi nombre es Fran y seré el chófer encargado de llevarlos al castillo del rey.— Dice casi en un susurro. Dominic se limita asentir y el castaño llamado Fran, lo mira nervioso.

>>> Siganme. — Se da la vuelta y nos guía al auto. Nos abre la puerta y yo soy la primera en entrar.

Cuando ya estamos todos dentro del auto, Fran arranca y me quedo observando por la ventana. Veo como la ciudad va quedando atrás y nos adentramos en el bosque, mientras veo los árboles me es inevitable que un recuerdo llegue a mi mente.

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Tomo una gran respiración antes de que mis párpados se abran y encontrarme con el cielo azul. Siento el viento mover las hojas de los arboles, oigo el sonido de los animales que habitan en el bosque y siento entre mis manos el césped mojado por la lluvia.

Volteo mi cabeza hacia la derecha y observó una rosa blanca. Abro los ojos sorprendida, nunca había visto una de ese color. Levanto mi mano y la acerco para sentir la suavidad de sus pétalos, acerco mi nariz para oler el maravilloso olor que desprende. Suelto una risa por la cosquillas que me causan sus pétalos.

Es tan hermosa, delicada y pura que me hace anelar ser ella. La admiro hasta que un recuerdo de la señorita Elisa cuidando de las flores del jardín llega a mi mente. Con mucho cuidado la arranco y la observo detalladamente para ver si no la dañe.

— Perdón por herirte Bella Flor, pero necesito llevarte conmigo.— Sonrío sintiendo una gran emoción en todo mi cuerpo, con el pensamiento que a la señorita Elisa le guste y me deje dormir en un cuarto o me de algo de comida.

Con ese pensamiento salgo corriendo hacia la iglesia y me escabullo por un agujero que descubrí hace una semanas atrás. Voy al jardín y ahí veo a la señorita Elisa, está regando las flores. Me acerco lentamente con Bella Flor escondida en mi espalda hasta llegar donde la señorita Elisa.



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En el texto hay: vampiros, hombreslobo, dioses

Editado: 23.10.2021

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