― ¿Qué onda, hermanos? ―vociferó Tyler acercándose a la mesa donde estaban sentados sus amigos―. ¡Banda sin verlos!
Se sentó en una de las sillas desocupadas junto a Juan, Julián, Lautaro, Sofía, Anahí y Laura. Él prefería almorzar con Andrexa, pero ella había quedado con Tomás y no quería molestarlos. Podía verla charlando y riendo a carcajadas unas mesas más adelante.
―Pensé que te habías olvidado de mi ―dijo Juan haciendo pucheros.
―Sabes que jamás podría hacerlo ―siguió Tyler―. Fueron dos semanas movidas.
―Yo lo llamaría vacaciones. O me vas a decir que no eras tú el de las fotos por Carlos paz ―comentó entre risas Lautaro.
―Fue apenas un día. Me lo merecía.
Tyler les contó con detalles todo lo vivido con Andrexa. Cómo su amistad creció pasando los días, incluso con total soltura y amor les reveló su fe en Jesús. Sus amigos se miraron unos con otros. Tyler no era Tyler. Sin duda era una versión buena de él y no sabían cómo reaccionar. Julián pensando que era una estrategia para tener a Andrexa lo felicitó por el esfuerzo que podría requerir fingir ser alguien extremadamente bueno para poder llevar a la cama a una chica tan difícil como ella.
―No sé qué tiene de gracioso. No es lo que ustedes piensan.
―No puedes estar hablando enserio ―dijo Juan enarcando una ceja―. ¿cristiano? ¿Tú? El que se llevaba el mundo por delante sin importar nada, el que fumaba hasta que se le salían los pulmones y vivía de joda en joda tomando hasta el agua de las cunetas. Perdón, pero es increíble.
―Yo tampoco me lo creía, pero pasó. De un día al otro mi vida dio un giro de 180°. Veo con claridad muchas cosas y me arrepiento de mi pasado. Estoy feliz, incluso en medio de las dificultades ―le respondió esbozando una sonrisa de satisfacción―. Hoy soy diferente y se lo debo a Dios. Y sí, Juan, soy yo, Tyler. El que fumaba, pero ahora no fuma más. Eso sí que fue increíble de fumar casi un paquete al día me extrañé cuando pasó el primer día, el segundo y el tercero y no lo necesitaba. Yo solo no habría podido.
― ¿Fue Dios o fue Andrexa la que generó ese cambio? ―interrogó Julián―. Convengamos que una persona enamorada puede dejar todo por una mujer u hombre en el caso contrario y todos sabemos que estás enamorado de ella.
―Andrexa es mi mejor amiga ―se apresuró a decir Tyler. La pregunta lo tomó por sorpresa―. Fue una casualidad encontrarla en el lugar a donde se suponía que yo iba a buscar de Dios. Desde ese día pudimos limar nuestras asperezas, conocernos mejor y ser amigos.
―Sí, porque viendo el caso te va a ser difícil ser otra cosa.
― ¿Por qué lo dices?
―Porque está a la vista que ella tiene más onda con Tomás que contigo ―interrumpió Laura con la esperanza de dar en el clavo.
―No, en realidad eso no ― la corrigió Julián―. Lo que quiero decir es que ella tiene otra forma de ser y si tú quieres estar con ella antes tienes que casarte. Al menos eso me dijo una vez.
― ¿Qué? ―preguntó asombrado Lautaro que recién se enteraba del chisme―. ¡Huye Tyler! Es todo un compromiso por un rato de placer. No entiendo cómo puedes casarte primero sin conocer a la persona. Después, ¿Si no te gusta? Te pierdes el casamiento en …
―Eso me parece una locura. No hay necesidad de estar casados para estar en pareja y hacer cosas de pareja ―opinó Sofía.
― Yo no quiero compromisos por eso es un partido perdido pensar en ella como una sana opción ―siguió Julián.
― ¿Qué tiene de malo esperar a casarse para estar con alguien? ―explotó Tyler con firmeza y mansedumbre―. No sólo estaría guardando su cuerpo para la persona correcta, sino que también estaría cuidando su corazón de ser lastimado por la persona incorrecta ―tomó aire―. Yo soy un claro ejemplo. Yo caminaba saciando mis deseos y tampoco quería compromisos y sin embargo terminaba dañando a personas que creían que lo hacía con algún sentimiento. Hoy me arrepiento de todo eso y entiendo que la decisión que tomó Andrexa es sabia. La persona que algún día esté con ella y tenga potestad sobre su cuerpo va a ser aquella que la ame lo suficiente como para esperarla y casarse con ella.
―Te lavaron el coco ―se burló Anahí―. O sea, es una realidad que nadie quiere sufrir, pero tampoco te vas a casar para tener relaciones con alguien. Si no funciona sufrís el doble sin contar el lio que es un divorcio.
―Me parece una estupidez. Perdón que lo diga de esa manera, pero es totalmente ilógico ―espetó Laura―. Para mí es una farsa. Primero, ¿A quién no le gustaría ser el primer hombre de una mujer? Segundo, eso de casarse antes lo veo más a querer asegurarse todo lo demás. Prácticamente es como si pusiera en venta su virginidad. ¿Me quieres? cásate conmigo y casarse es una responsabilidad de mantener una familia ―soltó un suspiro de enfado―. ¿No es más fácil que se busque un trabajo? Porque si sigue así no dudo que ponga realmente en venta su virginidad para terminar sus estudios ―soltó una carcajada haciendo reír a los que estaban junto a ella.