― Por fin los encuentro ―exclama Julián entrando al baño de hombres―. Pensé que se habían escapado del examen.
―Eso harías vos, pero como sigues acá entendemos que has estudiado ―dice con sarcasmo Juan que se estaba lavando las manos.
― ¿Qué gracioso! ―dice entre risas su amigo pechándolo―. No me hagas alterar.
― ¿Ya afilaron las uñas, par de gatas? ―pregunta Tyler que escuchaba la conversación desde uno de los baños―. No peleen sin mí.
Los tres rieron a carcajadas. Era casi imposible que cuando ellos charlaran no usaran el drama y el sarcasmo para joderse el uno al otro.
―Ya deberíamos ir al aula. En unos minutos arranca el examen.
―Sí, tú no deberías preocuparte ―apunta Juan a Tyler―. Nunca estudias y siempre sacas diez en inglés.
―Es porque me gusta la materia y presto atención en clase.
Desde que arrancó la secundaría, Tyler se sintió muy cómodo con el nuevo idioma. Sus notas eran altas y nunca estudiaba para las pruebas. Rita, es su profesora desde tercer año y aunque ella no se lo diga, él sabe que es su alumno favorito.
Julián hacía de espectador entre sus amigos, pero estaba más atento a su celular. No sabía si contarles lo que estaba pasando. Dudó unos instantes y lo soltó de sopetón.
―Voy a salir con una chica.
―En hora buena ―ironiza Tyler―. ¿Quién te hace el favor de sacarte a pasear?
―Adivinen ―juguetea Julián
Juan entrecerró los ojos con sospecha y miró a Tyler que se masajeaba la barbilla, pensativo.
― ¿Es alguien que conocemos? ―interroga Juan.
―Danos pistas ―se queja Tyler ―. Soy pésimo para las adivinanzas.
―Andrexa ―Vociferó la respuesta que sus amigos no encontraban―. Ustedes nos son buenos con las adivinanzas y yo no soy bueno con la paciencia.
― ¿Andrexa? ―pregunta Tyler incrédulo con una necesidad terrible de que sea una mala broma.
―La misma ―dice inflando el pecho.
―Yo sabía que algún día te le ibas a lanzar ―señala Juan con picardía―. Hijo e ‘tigre.
¿Andrexa? ¿Justo ella tenía que ser? No caía aún en lo que estaba escuchando, ni siquiera se entendía así mismo. ¿Otra vez le afectaba? ¿Por qué? Era un sentimiento desagradable que no podía soportar. Le molestaba que su amigo saliera con Andrexa y a su vez quería aceptar que no tiene por qué sentirse así. Apenas que empezó a hablar con ella, no la conoce y admite que tampoco se dieron lugar a conocerse. Malditas reglas que todo lo hacían más difícil. Estaba celoso y aunque lo negara no lo podía evitar, pero lo que lo estaba volviendo loco era no comprender las razones que lo llevaron a eso. Fue de un día al otro. En realidad, fue cuando la vio entrar por primera vez por la puerta del aula 1B tan angelical y tierna. Se había puesto entre ceja y ceja que no debía mirarla, así como lo hacía, pero reaccionaba cuando sus ojos ya estaban en ella, en su pelo castaño que caía en cascada por su esbelta espalda, en sus ojos que cada vez que se cruzaban con los de él, su corazón empezaba a latir fuerte, en su sonrisa que lo derretía. Nunca se había enamorado de nadie ni tampoco estaba en sus planes, al contrario, su plan es no permitirse amar. Además, no estaba seguro de que eso sea amor, no la conoce. Sólo conoce que en ese momento todo se está desmoronando dentro de su pecho haciéndole daño. No quiere imaginarse a Julián haciendo de las suyas con Andrexa. No quiere, pero es inevitable no hacerlo y causar un dolor que lo irrita.
―Que bueno, me alegro por ti ―mintió Tyler dirigiéndose a la salida del baño ―. Si no nos apuramos la profe nos va a echar la bronca.
―sí, vamos ―cerró Juan la conversación al mismo tiempo que la puerta del baño se cerraba tras ellos.
El pasillo que los conducía al salón se hacía eterno ante los pensamientos de Tyler. Tenía un nudo en el pecho y su mandíbula se tensaba cohibiendo el enojo que sentía en ese momento. Estaba enojado con él mismo por sentir lo que sentía y con Andrexa por hacerlo sentir así. Parecía una estupidez, pero ¿No podría haberle dicho que no? ¿Tan ingenua era la piba que no se daba cuenta de las intenciones de su amigo? ¿O el tonto era él, por celar algo que no es suyo? Un poco de las tres. No importaba, ya estaba molesto.
Andrexa por su parte se reunió dentro del salón con Tomás Lautaro y Sofía. Juntos repasaron las actividades y eso les daba tranquilidad. Les sacaba los nervios por la evaluación que tendrían en breve.