Ingresaba a la empresa láctea más grande del país apenas era un joven de veinte y cinco años desenvolviéndome en el mundo empresarial y fue una fortuna lograr conseguir este puesto como director del departamento de marketing esto era para lo que siempre, me prepare y estaba tan convencido de poder llegar a lo más alto. Ahí fue donde la vi por primera vez, su mirada perdida y triste parecía un zombi sin vida, pude notar que en su momento ella irradia una luz de todo su cuerpo, pero ahora estaba apagada.
La quede observando un poco más por alguna razón me llamaba la atención.
–¿Qué tanto miras imbécil? –dice el hombre que más odio en este mundo. El hombre que me arrebato la sonrisa más hermosa que había visto en mi vida –no te atrevas a mirar a mi mujer –me toma con brusquedad del cuello mi buzo y me estampa con fuerza contra la pared.
–Oscar suéltalo –dice la mujer con miedo.
–Lo defiendes –la tira al suelo de forma brusca y ella se queda ahí.
Esto hace que mi corazón se tense, siento una gran ansiedad al ver a tipos como este tratar a las mujeres, pero acabo de comenzar a trabajar y no puedo permitirme perder mi trabajo. Sé muy bien quién es este sujeto.
–Discúlpeme señor –digo con tranquilidad.
El tipo es Oscar Rey el dueño de las empresas lácteas. Lácteos Rey. Me suelta y de pronto me propina un fuerte golpe que me envía directo al suelo. Mi mirada se conecta con la de mi ángel y en sus ojos miro el gran temor que tiene por este hombre que es su esposo.
–Levántate –tomo con brusquedad a mi ángel –no vuelvas hacerlo y tu –se dirige a mí –la próxima vez que mires a mi mujer te sacare los ojos.
Lleva con brusquedad a mi ángel hasta el ascensor despareciendo de mi vista. Esto no lo esperaba mi primer día de trabajo y ya tengo problemas con mi jefe, pero no dejo de pensar en la mirada de su esposa, parecía dos estrellas ardientes de desesperanza. Como si me dijera ayúdame, sálvame de este monstruo.
Mi relación con Oscar Rey nunca fue buena en los tres años que trabaje para él, mis ideas, proyectos nunca fueron de su agrado siendo las misma que usaba pasa salvar varios productos nuevos de la empresa láctea. Nunca reconoció mi trabajo ni el de mi departamento era el quien se llevaba el crédito por todos los logros obtenidos para la empresa. Incluso se robó la idea de Ester de mi ángel, una idea que salvo a la empresa de la quiebra.
Nunca entendí porque ella estaba casada con un bastardo como él, porque seguía con él a pesar de lo mal que la trataba. Sera que lo ama ciegamente o no tiene el valor para liberarse de él. Llego hasta su oficina para presentarle el nuevo proyecto para la siguiente campaña de nuestro nuevo producto no veo a la secretaria en su lugar, pienso que se fue al baño así que sin anunciarme abrí la puerta y mis ojos se abren al ver al jefe y la secretaria teniendo sexo sobre el escritorio.
–¿Qué haces aquí? lárgate –grita con furia.
–Lo siento señor –salgo de la oficina.
Camino hasta el ascensor dejándome ver a mi ángel con la mirada de siempre vistiendo un jean una blusa blanca con una chaqueta gris de terciopelo con su cabello recogido iba a ingresar a la oficina de su esposo. No podía permitir que eso sucediera.
–Buenas tardes señor –la intercepto –si viene a ver a su esposo, no se encuentra hace poco acaba de salir a una reunión.
–No importa lo esperare en su oficina –me cruza en lo que la tomo del brazo deteniéndola.
–La oficina está cerrada, pero puede ayudarme con el nuevo proyecto de la empresa. Si me ayuda seguro será un éxito –digo sonriendo.
Ella suelta un soplido –de acuerdo –dice y me siento más aliviado –ven vamos a un lugar más agradable.
Salimos de la empresa llegamos a una cafetería donde se puso a revisar el proyecto dándome sus puntos de vista, y algunos aspectos que puedo mejorar.
–¿Estudio marketing? Es realmente impresiónate sus criterios –digo con asombro ella siempre me asombra. Estoy seguro que ella puede dirigir mejor la empresa. Más que el imbécil de su esposo.
¿Cómo no se da cuenta de la joya que tiene delante de él?
¿Por qué no la valora?
–No estudie, nunca fui a la universidad –contesta.
–¿Entonces? –cuestiono mientras caminamos por la playa.
–Oscar tiene una gran biblioteca en casa. Leí los libros y aprendí.
–La verdad es increíble. Supongo que usted espera poder dirigir la empresa un día ¿ese es su sueño?
Llegamos hasta la playa donde tomamos asiento y el tiempo con ella se pasa tan rápido, que no me doy cuenta estar con ella se agradable.
–Mi sueño –noto tristeza en su mirada que la baja –mi sueño era ser religiosa –revela y la miro con más asombro. Lágrimas empiezan a brotar de sus ojos y eso hace que mi corazón se estruje –no se porque te cuento esto a ti. Ni siquiera te conozco.
–Tranquila. No tiene…
–Me secuestro –dice y mi asombra va en aumento –yo iba en un bus hasta el convento junto a otras novicias y unos autos interceptaron el bus. Nos obligaron a irnos con ellos y yo termine con Oscar que fue el responsable de todo, porque estaba obsesionado conmigo –más lágrimas y juro. Tengo tantos deseos de ir a matarlo recuerdo ver esa noticia en la televisión.
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Editado: 14.10.2023