Salvando A Mi Ángel

Capítulo 3

Parado rente a mí se mantiene en silencio, su expresión no me dice nada. No ha respondido a mi pregunta, solo está ahí mirándome.

–Contésteme. ¿Quién es usted? ¿Dónde estoy? –pregunto.

Empieza a caminar y llega hasta mí que retrocedo unos pasos y el me sigue hasta que estoy acorralada contra la pared, fija su mirada. Mi cuerpo empieza a temblar. Su aroma ingresa por mis fosas nasales. Huele bien y de cierta forma me hace sentir tranquila. Llena de miedo, al no saber que lo me espera junto mis manos a la altura de mi pecho y bajo la mirada.

–No temas. No te hare daño. Estas a salvo conmigo –dice con una voz gruesa y ronca. –todo está bien.

Me aparto de cuerpo –¿usted me secuestro? –pregunto.

–Así es. Yo soy el responsable. Y, me gustaría saber si los que la trajeron aquí. La trataron bien –dice con tranquilidad.

–¿Está loco? –alzo la voz mirándolo y me detengo al notar las suaves facciones que su rostro tomo, con esa ligera sonrisa.

–Lo estoy. No lo niego –camina hasta mí.

–No se acerque –digo y se detiene.

–Tranquila Ester, ya te lo dije. No te hare daño –mis ojos se abren. Sabe mi nombre.

–¿Me estuvo investigando? –pregunto.

Asiente –de lo contrario no sabría su nombre.

–Acosador, pervertido –le insulto.

Hace una mueca y mira hacia otro lado –loco. Me sienta mucho mejor.

¿Qué le pasa? No tengo tiempo para esto, tengo que irme avisarle a mi mamá o la policía de donde estoy.

–Escuche –inicio hablar con la voz cortante –no sé, quien es usted.

–Cierto no me presente. Soy Logan Lombardi. Encantado –se presenta de forma natural lo que me deja en silencio unos momentos.

–Logan Lombardi, seria amable de liberarme.

–No –responde.

–Escuche no le diré a nadie sobre usted. Solo lléveme de regreso y todo está resuelto –digo tranquila. 

–Te voy a dejar ir. Pero no en este momento Ester. Es imposible –dice relajado.

–No puede retenerme aquí –digo furiosa y no dice nada esta callado –está bien. yo misma me iré de aquí.

–No lo permitiré y tampoco podrá. Este lugar está fuertemente custodiado, si intenta escapar la traerán de regreso y si lo logra. La encontrare y la traeré de vuelta a mi lado –dice el hombre.

No puedo creerlo sus palabras tienen mucha seguridad. En serio está decidido hacerlo.

–Tengo una mamá. Debe estar preocupada por lo que paso. Quiero decirle que estoy bien –suelto con tristeza.

–¿Su madre? –gira la cabeza –Alice –llama a alguien.

Las puertas se abren y en eso una mujer mayor se muestra tiene el cabello negro sujeto en un moño vestida con un largo vestido –por aquí señora –dice la mujer.

Mis ojos se abren es mi mamá –mamá –llamo.

–Hija –sale corriendo hacia mí y hago lo mismo la abrazo como si no hubiera visto en años –hija ¿Estás bien? –me revisa y besa mi frente abrazándome de nuevo. –Me alegro que estés bien.

–¿Qué paso? ¿Por qué estás aquí? –pregunto.

–Unos sujetos ingresaron a la casa cuando te fuiste. Me obligaron a subir a un carro y termine aquí –explica mi madre.

–Tú también eres el responsable –me dirijo a él.

Vuelve a confirmarlo –¿mis hombres la trataron con respeto señora? –pregunta.

Reviso a mi madre y no tienen signo de lucha esta tal como, cuando nos despedimos en la mañana.

–¿Quién es usted? ¿Por qué nos hace esto? –pregunta mi madre.

–Son muchas preguntas y las voy a responder mañana. Ahora, no gustan comer algo delicioso. Alice es una excelente cocinera. Estoy seguro que preparo algo delicioso, como siempre. –dice con suavidad.

–Por supuesto –dice la mujer saliendo de la habitación.

E hombre también camina –vamos –dice y avanza unos pasos y se vuelve a mirar –no van a escapar de aquí. Vengan a comer –avanza y se detiene en la puerta.

–Vamos hija –dice mi madre.

Nos levantamos y seguimos al tal Logan hasta llegar a un gran comedor, la señora de antes está sirviendo la comida –¡por favor! Tomen asiento.

–Se ve delicioso como siempre Alice –dice el hombre.

–Gracias joven.

Él nos mira y extiende la mano invitándonos a comer y la verdad tengo hambre y todo esto se ve delicioso. Tomamos asiento y llevo el primer bocado a mi boca y sabe muy rico, cenamos tranquilamente incluso la señora se sentó en la mesa. El hombre se levanta y agradece a la señora la comida.

–Alice. Llévalas a sus respectivas habitaciones –la señora asiente –buenas noches que descanse –dice saliendo del comedor.

–¡Hey espera! –intento detenerlo, pero me ignora.

–¡Por favor! Síganme –dice la señora.




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