Salvando A Mi Ángel

Capítulo 12

Mi madre y Alice se quedaron en silencio por la noticia, en eso Alice se fija en mí

–Voy a verlo quédense aquí. –dice dirigiéndose a la puerta.

–Espera, también quiero ir –dije sujetándole del brazo.

–Eso es imposible. Ustedes no pueden salir de la hacienda –dice Alice con firmeza.

–No te voy a dejar salir solo. Quiero verlo –dije con más firmeza.

–Escuche señorita…

–No. Escúchame tu. –la interrumpo –voy a ir y no me importa cómo –la suelto tomando la perilla de la puerta.

–No puede salir señorita. Si usted sale se expone al peligro –revela Alice.

–Hija –dice mi madre con un tono de preocupación.

Regreso a verla y noto la preocupación en su mirada, esa expresión solo la tiene cuando sabe que algo malo está sucediendo. Entonces ella porque estamos aquí. Hasta ahora nadie me ha dicho la razón, del porque estoy aquí solo me han dicho que estoy a salvo aquí.

–Tu sabes algo mamá. Me lo dirás, pero ahora quiero ver a Logan –digo saliendo de ahí.

–Hija –escucho decir a mi madre.

Llego hasta el garaje no me importa, si los guardias me siguen voy a ver dónde está Logan. Necesito verlo, saber que está bien, que su accidente no paso a mayores. Ingreso dentro del garaje y miro el auto el, Mercedes que mi madre y yo usamos, cuando intentamos huir ya está completamente reparado, e intento abrirlo sin lograrlo.

–No es necesario señorita Ester. La voy a llevar con él –dice Alice en la entrada del garaje. Desbloqueando el auto.

Ingresamos dentro y Alice enciende el auto y le agradezco que me deje ir con ella.

–No iremos solas, iremos acompañadas –arranca el auto.

La miro y veo a los autos negros de los guardias que nos empiezan a seguir. Alice conduce con gran habilidad y en un parpadeo ya estamos en el lugar del accidente. Quito el cinturón y bajo del auto.

–Logan –digo abriéndome paso entre los oficiales.

–No puede pasar –dice uno de los oficiales.

–Es un familiar –interviene Alice.

Eso hace que me deje pasar y lo veo muy herido su cara del lado derecho es cubierta de sangre, conectado a un respirador tiene abierto la camisa mostrándome una herida abierta que ha sido tratada. El auto donde venía está volcado, parece que dio una vuelta de campana.

–¿Cómo está? –pregunto. Alice llega junto a mí.

–Por fortuna está a salvo, pero tiene la clavícula rota y otras lesiones que pudieron ser controladas –dice el paramédico.

Lo suben a la ambulancia y Alice yo la seguimos hasta el hospital del pueblo es la primera vez que salgo y llego a este lugar desde que llegue a la hacienda los últimos dos meses solo eh permanecido en la hacienda. salimos del estacionamiento, corriendo llegamos hasta la recepción donde preguntamos por Logan.

–Logan Lombardi, acaba de entrar a cirugía –informa la enfermera.

Estoy muy nerviosa, ha pasado mucho tiempo y todavía no tengo noticias de Logan. Mi mamá no ha venido, pero estoy segura que está a salvo en la hacienda miro hacia mi lado derecho y veo a dos de los guardias de la hacienda custodiándonos. El doctor sale al fin.

–Familiares de Logan Lombardi –dice.

Nos levantamos –¿Cómo está? –pregunto.

–Está fuera de peligro. Las heridas que pudieron comprometer su vida, afortunadamente fueron controladas. No obstante, le tomara algo de tiempo recuperarse de la lesión de su clavícula –nos informa retirándose.

Siento gran alivio por escuchar que se encuentra fuera de peligro. Mi corazón está más tranquilo después de escuchar al doctor.

–Hay que volver a la hacienda. Debe descansar –dice Alice.

–Me quiero quedar, no lo dejare solo –respondo.

Alice sujeta mi brazo –estaremos aquí mañana a primera hora, lo prometo, pero debe descansar.

Asiento ya es pasado la media noche pasamos por los dos guardias y Alice baja ligero su cabeza y los dos guardias caminan en dirección contraria a nosotras.

–¿A dónde va? –pregunto.

–Harán guardia en la habitación del joven Logan –responde Alice.

Al llegar al auto el resto de guardias que vinieron con nosotras, nos siguen porque tanta seguridad. Es necesario que los dos guardias se queden a cuidar a Logan, entiendo que es un hombre millonario, pero eso no razón para dejar a dos guardias. Algo ocurre y debo averiguarlo.

Llegamos a la hacienda mi madre se ha mantenido despierta esperándonos –hija –me abraza –¿estás bien? –me revisa.

–Quiero que me digan la verdad –hablo directa, la miro a ella y luego a Alice. –Bien las escucho.

–Sera mañana. Ahora deben descansar –dice Alice.

–No quiero esperar más. díganmelo ya –demando.

–Mañana a primera hora se lo diré, pero ahora ¡por favor! Vaya a descansar –dice Alice dejándonos en las escaleras.




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