Samurai Mariachi

RELÁMPAGOS EN LA OSCURIDAD

Para Juu la noche que se aproximaba prometía grandes acontecimientos, sus amigos le habían insistido en participar en una fogata en la playa, la intención de todos era que su relación con Yumiko progresara, aun podía recordar las palabras que esta mañana le habían dicho sus amigos “es hora que dejes esa relación platónica y la lleves otro nivel”, “es tu prometida… tienes que hacerla entender”, y ellos tenían razón, desde que se había decidido que Yumiko sería su prometida las cosas habían cambiado, se habían puesto muy tensas entre los dos, Yumiko no desaprovechaba ningún momento para hacer quedar mal a sus amigos, le molestaba mucho la forma en que trataban a sus novias y su forma de comportarse, en realidad él no entendía como era que había llegado a ser su novia, pero sus amigos tenían razón, era hora que ella entendiera de una buena vez que el ahora y para siempre seria su dueño.

Al llegar a la playa la fiesta había comenzado hacía ya bastante tiempo, como de costumbre sus amigos departían alegremente al calor de la fogata, si algo le agradaba de ellos era su notoria despreocupación por el futuro, aprovechaban su juventud y la Vivian al máximo “no pienses en el  mañana… vive hoy” ese era el lema de sus amigos, en realidad se había convertido en su lema también, en su mantra, lejos de las preocupaciones, lejos de lo que todos esperaran que fuese o de cómo comportarse, ya llegaría el momento en que debería ocuparse de los problemas del pueblo pero ese día no era hoy, no era ahora.

Al llegar al calor de la fogata sus amigos lo recibieron con un poco de sake[1] hecho en casa por alguno de ellos, desde que se había integrado con ellos siempre era la bebida oficial de cualquier evento y hoy en particular parecía que habían destapado el “cofre del tesoro” por la cantidad de barriles que veía en el piso, creo que todos en el fondo esperaban que esta fiesta fuese inolvidable.

Al verlo llegar todos lo saludaron y le invitaron un poco de sake, mientras la música en los carros llegaba a un nivel casi demencial, pronto Juu se encontraba departiendo alegremente con todos, varios de sus amigos se acercaron a él animándolo para que siguiera con lo convenido y le mostraban como debían comportarse las novias,  observando las novias de sus amigos y como se aferraban al cuerpo de sus novios de manera tan insinuante que Juu solo con ver aquel espectáculo sintió como el sake se le iba a la cabeza, y es que si comparaba a Yumiko con las novias de sus amigos, la diferencia era del cielo a la tierra, Yumiko era tan conservadora que lo más lejos que le permitió en público fue tomarse de las manos, mientras que ellas le permitían todo a sus novios, besos, abrazos y caricias por debajo de la blusa y en  algunos casos de la falda, era cierto Yumiko debía aprender cómo ser buena novia y pronto, ya que él no sabía cuánto podría aguantar teniendo a la chica más bella del pueblo como su novia sin siquiera haberla podido besar. Pronto Juu sintió como la ira se iba acumulando en su mente, era hora de cambiar las cosas, de ser fuerte, de ser ¡el hombre! Con cada trago de sake su determinación crecía, la ansiedad lo consumía su interior haciendo desear que Yumiko llegase rápido.

Al llegar Yumiko la recibió alegremente y la invitó a integrarse a la fiesta, pero bastó con ver su rostro para entender el desapruebo que ella tenía por lo que ahí estaba pasando. La alegría de sus amigos fue recibida por la prepotencia de aquella chica que se creía superior a todos los demás. Ni las atenciones de sus amigos o las invitaciones de sus novias sirvieron para que Yumiko entrara en ambiente, era claro que seguía siendo la “princesa de hielo”, pero eso cambiaria de una buena vez aquella noche, solo tenía que calmarse, pensar muy bien lo que arria y lograr de una buena vez que Yumiko fuera “una buena novia”.

Había transcurrido poco más de media hora desde que Yumiko llego a la fiesta y no había conseguido nada de ella, fueron inútiles los halagos o los intentos por que se relajara un poco, nada  parecía lo suficientemente bueno para la “princesa de hielo”, Juu pudo notar como las miradas de todos los presentes lo confrontaban y lo llamaban a una acción más directa. Así que se decidido a actuar para evitar ser la burla de sus amigos, sin previo aviso la abrazó con fuerza, con determinación, con violencia, dejando las cosas claras de inmediato; Diciéndole  quien es el que manda, a quien debe respetar de ahora en adelante, pero de inmediato sintió como su costilla se rompía de un solo golpe con un dolor punzante que no lo abandonaba, como ex capitán del club de kendo de la escuela tenia perfecto control de sus emociones y guardar las apariencias le fue en extremo fácil, pero aquel dolor seguía en su  costado izquierdo. Los minutos pasaron sin que hubiera mayor cambio en la situación, Yumiko no daba su brazo a torcer y pese a que ahora la abrazaba con fuerza era como si abrazara un poste de teléfono, las rondas de sake iban y venían cada vez más rápido cada vez más fuertes al igual que las escenas protagonizadas por las parejas en aquella reunión.

Juu no aguantó mucho tiempo más y en un descuido de Yumiko le robó un beso en sus carnosos labios, recibiendo como recompensa un segundo y más doloroso puño en sus costillas, pero al parecer  Yumiko también intentaba mantener las apariencias pues aparte del golpe en sus costillas no hizo ningún otro ademan. En aquel  momento Juu se prometió a si mismo que no habría un tercero, de una u otra forma esta relación de novios  platónicos terminaría aquella noche, pues ya en los rostros de sus amigos se podía observar lo patético que era en aquellos momentos, disimulando algo que era más que evidente, estaba abrazando un témpano de hielo que jamás se derretiría ante a él.




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