Samurai Mariachi

AL CALOR DE UN ASADO

Para la señora Hisui el levantarse antes del amanecer había sido rutina desde sus días de infancia pero solo hasta hace unos días esperaba el amanecer alegre, ella sabía perfectamente cuál era la razón para esto, pero más que una persona era la esperanza que había resurgido con ella, sin embargo nada era seguro tan solo tenía suposiciones y un amargo sentimiento en su pecho, algo olvidado enterrado en lo más profundo de sus memorias que ahora resurgía con cada palabra que Julián le compartía y ahora otro día llegaba para recordárselo nuevamente y como de costumbre la puerta se abrió para dejar pasar a un joven a una casa que no era la suya pero que se había convertido en su cómplice, en su aliada. Pero hoy el rosto de Julián lucía un esparadrapo en la frente y algo de sangre en él.

  • Llegas tarde, que te hiciste ¿te cortaste el cabello?
  • Ja, creo que Yuto se puso serio el día de hoy con el entrenamiento la verdad no estuve a la altura.
  • ¿a la altura?  Por lo que he visto tú eres más alto.
  • De cualquier forma creo que hoy seré regañado por la señora Mian, Salí de nuevo a las carreras escasamente alcancé a despedirme.
  • ¿por lo de la frente?
  • No en realidad, creo que quería continuar una conversación un poco incómoda de la noche anterior.
  • Hombres… ¿Por qué los hombres se ponen así cuando se les pregunta de sus sentimientos?
  •  ¿Y por qué las mujeres quieren conocer algo así? De cualquier forma no es lo que ella piensa.
  •  ¿Y qué piensa?
  • No lo sé.
  • ¿Entonces por qué corres?
  • Se enfriará el desayuno.
  • Cobarde.
  • Tan solo elijo mis batallas y mis contrincantes y estoy seguro que frente a usted perdería irremediablemente.

Al final el viejo reloj de la sala les recordó a los presentes que las siete de la mañana se acercaba y debían terminar aquella conversación para continuar con sus actividades diarias. Julián como de costumbre aquel día se despidió a las carreras preguntándose si aquello era por miedo a  llegar tarde a trabajar o por querer evitar una conversación que no sabía qué consecuencias podría traerle a futuro. Mientras tanto la señora Hisui sacaba sus propias conclusiones de aquella particular charla y a su vez se preguntaba en que se estaban metiendo estos dos chicos ahora.

Mientras caminaba con rumbo a la tienda del señor Mika Julián volvió a recordar todo lo sucedido desde que se levantó, como de costumbre esperaba ser el primero en estar de pie pero el día de hoy le deparaba una sorpresa, Yuto se encontraba en el dojo practicando desde muy temprano lo cual lo sorprendió pero aún más lo sorprendió ver el rosto de aquel muchacho ya que más que concentrado en las practicas lucia distante, distraído, encolerizado. Julián no entendía por qué estaba así pero conocía perfectamente ese sentimiento, sus intenciones estaban tan claras para él que simplemente no pudo ignorarlo.

  • Si te has decidido entonces enfréntame.
  • Que dices, no te entiendo.
  • Reconozco esa mirada buscas valor para poder enfrentarte a algo, pero escucha muchos caminos no tienen regreso.
  • No sé de qué estás hablando.
  • Entrenemos, pero te advierto que esta vez voy en serio.
  • Yo te advierto una cosas si decides enfrentarme esta vez te matare.
  • Me parece bien.

En aquel momento los dos se colocaron uno en frente del otro dispuestos a enfrentarse y aunque los dos sostenían en sus manos una shinai se sentía en el ambiente como si fueran espadas reales con un  filo capaz de cortar tanto el cuerpo como el alma. El primer golpe lo lanzó Julián fue un golpe directo sin miramiento destinado a medir la fuerza de su oponente pero este no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente y rápidamente devuelve favores con una estocada inversa la cual Julián evita fácilmente y se coloca a la espalda de su contrincante colocándole su shinai en el cuello “creí que irías en serio”. Yuto no podía creer a qué horas se había colocado a su espalda, pero  rápidamente logra separarse de él y regresa dispuesto a terminar con esta pelea de un solo golpe “eso está bien, por fin estas tomando las cosas seriamente” mientras dice esto Julián golpea con su shinai los pies de Yuto haciéndolo caer y rodar varios metros por el piso al levantarse se encuentra nuevamente con el shinai de Julián en su cuello “pero igual morirás como un perro”. Yuto corre para resguardarse mientras es consumido por un odio inmenso y un deseo de evitar que Julián siguiera hablando estupideces así que con todas sus fuerzas se lanza sobe él sin pensar en nada más, en aquel instante su mente se llena con los recuerdos de aquella noche cuando lo conoció, aquella vez también estaba dispuesto a matar aún puede recordar la energía que le impartió a su espada y el sonido que hacia la carne desgarrándose al paso del metal cuando regresó en si su mano recibía el impacto del shinai sobre Julián y un hilo de sangre lo recorría hasta llegar a su mano  “lo maté” fue el pensamiento que heló su sangre, desde ahora y para siempre su futuro se terminaría, había tomado la vida de otra persona, estaba marcado. Cuando por fin vuelve los ojos a Julián este se sostiene la frente tratando de contener la herida.

  • Lo entiendes ahora, entiendes lo que se requiere para tomar una vida y más importante aún ¿entiendes la fuerza que se requiere para no hacerlo? No tomes esa decisión a la ligera.
  • Que… tú…
  • Rayos mira la hora, menos mal que hay un botiquín bien equipado, debo irme la abuela me está esperando. En la tarde nos vemos en la playa Yumiko nos invitó.




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