Sanando a Violet

Capitulo 8

Narra Alejandro

 

Tenía un montón de sentimientos encontrados. Me he pasado toda mi vida siendo un buen hombre, porque realmente el mundo así me necesita. No voy a decir que no he hecho cosas malas, claro que sí. Todos hemos hecho travesuras y nos hemos desviado del buen camino en algún momento de nuestras vidas, pero, yo estaba convencido de que quería ser ese chico bueno que se merecía Violet y no me hacía falta conocerla de hace años, no tengo que tener toda una vida tratándola para saber que mi corazón late muy fuerte cuando estoy con ella.

 

-Te noto algo ido, ¿te sucede algo? - escuché a mi colega Patrick preguntarme

 

Lo miré sacudiendo mi cabeza

 

Negué de inmediato

 

-No, para nada- dejé sobre mi escritorio la libreta y el bolígrafo que usaba para mis consultas.

 

Miré la hora en mi reloj.

 

-Si, te noto como nervioso o algo desesperado. ¿Qué es lo que te pasa? - volvió a preguntarme

 

-Faltan diez minutos para mi consulta con Violet- le contesté

 

Me miró y se cruzó de brazos

 

- No puedo creerlo, ¿acaso no te basta con el darle empleo también? - me cuestionó

 

-Que tiene de malo? ¿Eso te afecta en algo? - le pregunté

 

-No, para nada. Tiene el día de hoy y la he visto desenvolverse muy bien, es solo que creo que te has obsesionado con ella- me habló

 

-No utilices la palabra "obsesión" porque es tóxica y no es lo mío. No opines en esto, es lo mejor -

 

-Pero que dices? ¡Somos amigos de toda la vida y nos contamos todo! - me habló ofendido

 

-Creo que este tema sólo traerá problemas en nuestra amistad, además, no tengo por qué decirte nada sobre ella fuera de lo laboral. Eso no es de hombres- le contesté

 

Yo siempre he sido muy reservado con el tema de las mujeres e instruyo a todo jovencito que vea en plena adolescencia. Lo que haces o hablas con una dama no se cuenta más hacia delante.

 

Es una regla de oro.

 

-Vas a dejar que una mujer rompa nuestra costumbre? ¿Y más ella? - tuvo la desfachatez de decirme

 

-Ten mucho cuidado a lo que te refieres cuando hables de Violet. ¿Qué pasa con ella? ¿No que tu querías ayudarla también al principio? Tu solo querías fama en este pueblo, Patrick- le enfrenté

 

-No te vayas por ese lado, Alejandro. Es solo que te veo demasiado hundido en ella, ¿qué dirá la gente? -

 

-Que me importa lo que diga la gente, eso eres tú que vives del que dirán- le contesté

 

Negó con su cabeza

 

-Sal de mi consultorio- le ordené antes de que hablara otra estupidez.

 

-Claro. Se me olvida que tú eres el jefe de este hospital y puedes hacer lo que gustes, contratar y despedir personas cuando quieras- dijo antes de salir cerrando la puerta muy fuerte.

 

Respiré profundo. Él no acabaría con mi paciencia.

 

A veces pienso que me habla con rencor o cierta envidia, desde niños puedo sentir que de vez en cuando cree que nuestra vida se trata de una competencia, suerte o favoritismo, y no es así.

 

Me asomé a la puerta, justo estaba solita sentada en los asientos de espera.

 

-Violet, no tienes que esperarme ahí sentada. Simplemente pasas y ya- le dije no pudiendo evitar sonreír

 

Ella me devolvió la sonrisa apenada

 

-No sé si estabas ocupado- me contestó en su defensa

 

-Eres mi secretaria, podías pasar sin problemas - le dije mirándola entrar a mi consultorio

 

-Ya mi hora de trabajo pasó, ahora soy su paciente- me dijo con ese no sé qué en sus ojitos. Era nuevo en ella.

 

-Tienes razón, ¿cómo te ha ido hoy en tu primer día de trabajo?, cuéntame cómo tu doctor que soy- le dije sentándome frente a ella.

 

-Creo que me ha ido bien, he sabido brindarles una sonrisa a todo el que me pide ayuda y he anotado todo a la perfección para que no me olvide - me contestó entusiasmada

 

-La gente al parecer no se recuerda de mi- emitió

 

Negué con la cabeza

 

-No todos son chismosos aquí, otra cosa es que solo algunos te juzgan por lo que pasó, por eso siempre te he dicho que lo que digan dos o tres no tiene por qué importarte- le dije mirándola a los ojos

 

-Lo sé, ya lo he memorizado- me contestó

 

Asentí

 

-Muy bien y como te has sentido hoy? Tu ánimo. ¿Como se siente tu corazón? - le pregunté poniendo mucha atención

 

-Me he sentido más llena de vida de lo normal- hizo una pausa

 

-Como debe de ser. Tu estabas acostumbrada a vivir sumergida en una depresión, en pensamientos malos y negativos que solo te hundían más. A medida que vayas soltando todo aquello que te arrastra y te hunde entonces te sentirás cada vez mejor. Comenzarás una vida nueva, Violet- le dije sintiéndome entusiasmado porque veía en ella un pequeño cambio.

 

Aquí abrimos un paréntesis para recalcarles que siempre se debe dejar ir todo eso que nos provoca infelicidad e inseguridades. La madre de Violet a pesar de que es la mujer que le dió la vida no hacía más que hundirla en sus propias lágrimas, en un vacío inmenso del que no iba a poder salir sin ayuda. Todo por aquellas doctrinas y pensamientos arcaicos con los que se han quedado mucha gente.

 

Por eso, es bueno saber elegir las mentes con las que compartimos nuestras ideas y emociones, ¿saben por qué? Porque es muy desagradable vivir rodeados de personas con el cerebro vacío que, en vez de sumarte, solo te restan.

 

-Te juro que me voy con otro ánimo hoy, me he vuelto a sentir viva otra vez, he soltado un poco eso que tenía guardado y me impedía ser yo-




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