Sanando a Violet

Capitulo 22

Narra Violet

 

Creo que no me puedo sentir mejor, después de todo las cosas marchaban muy bien, me gustaban los cambios que a medida del tiempo iban sucediendo y todo gracias a la ayuda de Alejandro que fue el quién me dió esos empujoncitos para que hoy en día yo estuviera más suelta, me sintiera en plena confianza conmigo misma y en cierto punto me abrió los ojos en muchas cosas con las que estaba errada.

 

Puedo contarles que nadie me cuida como él. Ahora entiendo lo que realmente significa una relación, no solamente son besos y cariñitos, todo se basaba en el respeto mutuo, en el apoyo, en la comunicación, en que tu pareja te diera ánimos y te alentara a ser mejor, de eso se trataba.

 

Otra cosa que no se me puede olvidar mencionar es lo que hizo el sábado después que llegamos de la playa, se atrevió a subir mis fotos y también publicó en su perfil una de nosotros dos, colocándole a la descripción "mi florecita"

 

Ahora entiendo lo que realmente es tener paz, porque él me brinda armonía, seguridad y sobre todo estabilidad. No me llena de celos, ni de preguntas obsesivas, tampoco se ve controlador ni mucho menos de estos que les gustan prohibirle a la mujer cosas que quieran hacer. Se mostraba libre, y sobre todo muy abierto, me dejaba ser quien verdaderamente soy, sin necesidad de tener que cohibirme.

 

Me alentaba a que actuara como quisiera ser, y sobre todo le gustaba de la manera que yo deseara escoger, si era tímida le gustaba así, pero si también optaba por ser traviesa, se reía cuando hacía de las mías, me dejaba hablar mucho sabiendo que a veces puedo marear de tanto platicar, me celebra mis locuras y si no estaba de muy buenas, entonces buscaba la manera de ponerme feliz, sin poder olvidar mencionar que cuando me equivocaba, no me juzgaba, al contrario, me hablaba, me orientaba pero no me regañaba.

 

De verdad que me sentía en las nubes con él y ahora soy consciente de que estos hombres no solo se encuentran en las novelas, que solo es saber buscar. Aprendí que no podemos confiarnos tan fácilmente de otra persona, que primero tenemos que conocernos, y analizar cada detalle del individuo con el que estamos tratando, esto que les digo no solo sirve para una relación amorosa, sino también para una amistosa, no todo el mundo tiene las mismas intenciones que nosotros, tal vez la tuya es simplemente conocer gente nueva, aprender otras costumbres, y divertirte, pero te terminas encariñando y entonces luego cuando sucede el problema o la situación te das cuenta que no conocías a fondo esa persona y que su intención era dañarte, te enteras por otros que acostumbraba a eso y te quedas como una tonta, porque no fuiste con calma, porque a la primera te entregaste y te pasa como a mí. Se burlan en nuestras caras y quedamos deshechos sin entender que fue lo que hicimos mal cuando desde un principio nos equivocamos al no ser medidos, cautelosos y por pasarnos de confianzudos.

 

Y como dicen por ahí no cometemos errores para volver a tropezar con ellos, aprendemos para la vida.

 

-No quieres entrar me imagino- escuché a Alejandro decirme.

 

Les comento que ahora habíamos creado una costumbre, todos los días Alejandro me pasaba a recoger a mi casa para irnos a la clínica juntos, también me regresaba cuando terminaba nuestra jornada.

 

Simplemente no había temor alguno, no me tomaba ni siquiera un segundo para pensar en lo que diría la gente y ya me encontraba nuestra unión, la más normal y corriente.

 

Claro que hubo unas cuantas en la clínica que me hablaban anteriormente y ahora a penas me miran con cierta indiferencia. Creo que sienten que les he quitado oportunidad con el jefe. Piensan que me apresuré más que ellas, sin imaginarse que aquí entre Alejandro y yo, las cosas surgieron de la nada, sin planes y sin mucha habladera.

 

Ahora nos encontrábamos en frente a la casa de Patrick, quien se había escondido todos estos días. Demostraba lo poco hombre que es, no dio la cara después de haber querido continuar dañando mi imagen.

 

Alejandro había venido a entregarle su liquidación y también a darle la noticia de que tiene que presentarse para la cancelación de su licencia médica.

 

-Claro que no quiero. Ni siquiera me quiero topar con su cara - le contesté.

 

Asintió levemente

 

-Espérame aquí, no me pienso tardar, amor - me dijo mientras tomaba la carpeta con los documentos que tenía que entregarle a Patrick.

 

-Está bien- le dije mirándolo bajarse de la Jeep.

 

Le seguí con la mirada cada paso que daba a punto de estar frente a la puerta y ¿que creen? Alejandro ni siquiera tuvo que tocar. Mucho antes de estar cerca del timbre salió por la puerta una persona a la que tal vez nunca pensé en volver a ver, esa que me había causado tanto dolor, la misma que se había desaparecido después de lo sucedido.

 

Me volví como loca al verlo salir de esa casa y detrás de él, estaba Patrick. Ambos se miraban como discutiendo.

 

Fue en ese momento donde no lo pensé dos veces y abrí la puerta de la Jeep y me bajé de esta casi corriendo hacia donde se encontraba ese funesto tipo.

 

No me importó absolutamente nada. Pude sentir su mirada, me enfocó de inmediato quedándose tieso, sin pestañear, y creo que sin respirar también.

 

-Sabía que tenía que volver a verte algún día! - lo encaré captando la atención de los tres en ese momento.

 

Alejandro me miró sorprendido y se interpuso entre él y yo mientras que Patrick también hizo lo mismo.

 

-Que sucede? ¿Lo conoces? - me preguntó mi novio.

 

-Como que si lo conozco? - le dije mirándolo fijamente a los ojos, podía sentir su terror, su cuerpo totalmente inmovilizado con la mente en blanco.




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