Sanando a Violet

Capitulo 31

Narra Alejandro

 

-He sido tan egoísta contigo, me he comportado muy mal, y sobre todo he mordido tu mano después de que me la has brindado. Te pido disculpas por dejarme influenciar de la maldad de mi madre y creer que tú tienes la culpa. Siempre has sido todo un caballero conmigo, me sacaste miles de sonrisas, me limpiaste muchas lágrimas y cada palabra que me has dicho me ha dado fuerzas. Has hecho el papel de tantas personas que no existen en mi vida, en un solo ser, mi mejor amigo, mi papá, mi hermano, mi primo, mi tío, mi abuelo. Personas que no existen pero que tú las englobas todas, porque he comprobado que quien no lleva mi propia sangre, puede hacer mucho más que aquel que si la lleva. No te importó lo que dijeran de mí, tampoco mi pasado, siempre me miraste con otros ojos y me brindaste tu hermosa y radiante sonrisa. No me juzgaste y me diste la libertad de ser quien soy sin miedo alguno. Siempre me has querido como soy, me has llenado de un amor sano y verdadero, de esos que la gente cree que ya no existen, pero solo es saber buscar. Aunque en realidad ninguno de los dos nos buscamos, simplemente nuestras vidas chocaron y nos complementamos. Estoy enamorada de ti Alejandro, y puedo gritar a los cuatro vientos lo mucho que te amo - me habló con el alma, pude sentir sus palabras aliviar mi corazón, un poema para mis oídos y unas caricias para mi dolor.

 

-Eres un sol, mereces una mujer que te represente y que sea muy madura, porque eres una estrella de hombre, un completo caballero y yo me he comportado como una niña malcriada. Tus palabras retumban dentro de mí, "La comunicación es fundamental para solucionar todo tipo de conflictos. Es importante hacer frente a los problemas y encontrar una salida; de lo contrario, pueden empeorar y no tener retorno " y es que yo no quiero que esto empeore, entiendes? Amárrame a la cama si es necesario cuando se me crucen los cables, jamás me volveré a comportar así. He aprendido del mejor que, el objetivo no es no discutir, sino resolver la situación de confrontación considerando los planteamientos y las emociones de la pareja. Siento mucho si herí tu corazón, te prometo sanarte con muchos besos, y amor del bueno. Tu florecita no se puede quedar sin su regador -

 

No tuve que hablar. No tenía palabras para responderle, no le cuestionaría ninguna actitud y mucho menos la haría hablar más.

 

Sin darme los besos y envolverme de su amor del bueno ya me había endulzado el alma, otra vez.

 

Sus palabras fueron como acetaminofén para mi dolor, como azúcar para mi café, fueron las que necesitaba escuchar, así que la abracé y la acuné en mis brazos mientras la apretaba con fuerza.

 

Cuando estás enamorado de alguien, quieres a esa persona, la creencia de que este ser humano es tan maravilloso que quieres que él o ella sea una parte de tu vida, una parte de ti. Cuando te enamoras, sientes un impulso intenso de consumir a ese ser de cualquier manera posible.

 

La podía sentir temblar en mis brazos y en sus ojos pude notar que la había pasado mal y que estaba arrepentida.

 

-Te perdono, mi florecita -

 

Después de todo ella es la persona que adoro, y me ha demostrado todo este tiempo lo mucho que ha aprendido, es imposible hacerme el orgulloso y aparentar continuar herido cuando en realidad deseo esto demasiado.

 

Después que la conocí, nunca me he querido ir de su lado, ella se ha convertido en mi todo y no solo yo le he regalado múltiples sonrisas, ella también lo ha hecho conmigo. Me ha llenado de momentos felices y ambos hemos cometido faltas como seres humanos que somos.

 

-Entonces quieres volver a ser mi novio? - me preguntó haciéndome reír.

 

Quité de su rostro algunos mechones que se habían apegado a su cara por las lágrimas y la besé.

 

-Si, si quiero volver a ser tu novio - ambos nos sonreímos, sintiéndonos más que enamorados.

 

Los dos nos marchamos de aquel aeropuerto, cada uno más contento de lo que llegó, porque para nadie era un secreto que entramos con caras tristes y nos íbamos con los dientes que no los podíamos mantener dentro por la emoción.

 

Al llegar a mi casa, me consintió de muy bonita forma cocinando para mi uña lasaña con ensalada verde y unos tostones, lo que acompañamos con una soda.

 

-En realidad te ibas a ir? Me ibas a dejar? - la escuché preguntarme mientras se apoyaba de la mesa y me miraba muy atenta.

 

-Si me iba a ir. Pensé que una forma de amansar mi dolor era estando ocupado en otro país. Pero no entiendo, por qué llegaste tarde por mí? - le pregunté

 

-No vi el correo que nos enviaste, fue Elliot quien me avisó al verme en la clínica esperando por ti. Me pasé toda la noche practicando lo que te diría frente al espejo y estaba ansiosa porque llegaras. Cuando Elliot me dijo que tu vuelo salía al mediodía me quise volver loca y salí corriendo de la sala para el parqueo, donde mi auto no me quiso encender. Te juro que quería llorar en ese instante, pero me dije a mi misma que no podía dejarme vencer. En ese momento el motor encendió y ahí supe que la vida me estaba dando otra oportunidad para que fuera por ti. Que no debía echarla a perder. Todavía cuando llegué al aeropuerto corrí como desquiciada por todos lados, pero me avisaron que tu vuelo ya había partido y ahí me eché a llorar hasta que me encontraste - me contó haciéndome sonreír ampliamente

 

-Crees tú que la Violet que conocí al principio hubiera hecho todo eso? - le pregunté

 

La vi negar con la cabeza

 

-No, la vieja Violet ni siquiera hubiera ido a trabajar, se hubiese quedado en la cama a llorar y vuelto a encerrarse, pero se me hacía imposible cometer ese mismo error, no podía caer en el mismo abismo del cual me sacaste. Por eso te busqué, porque de los errores se aprende - me robaba el aliento cuando me habla de esa manera, enseñándome que finalmente había cumplido mi objetivo.




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