Introducción

Conocí a Fátima en la universidad, fue la mujer más hermosa que había visto en mi vida y de inmediato caí por ella y su atractiva personalidad. Era mi novia, la mujer con la que quería pasar el resto de mi vida y eso le dije a mi mamá. 

Mi progenitora no estaba de acuerdo con nuestra relación, decía que Fátima no era la mujer correcta para mí, que su intuición le gritaba que ella no me merecía. Yo era un joven ingenuo que estaba cegado por el enamoramiento e hice oídos sordos hasta que fue tarde; fotos de ella besándose y acostándose con otro hombre me fueron entregadas. 

Cuando la confronté, quiso darme excusas baratas, pero ya el daño estaba hecho y mi confianza fue traicionada. La evité el resto de la universidad y ni así pude sacarla por completo de mi mente, nuestra relación se convirtió en un alto y bajo. Cada vez que nos encontrábamos la ropa desaparecía y dejábamos que la pasión tomara las riendas. 

Sin embargo, uno de esos encuentros tuvo fruto y seis años más tarde me enteré de la existencia de mi hija. Fue por esa pequeña que dejé que Fátima regresara a mi vida, yo tenía que estar cerca de la niña. Ella permitió que otro hombre la criara como suya, y mis oportunidades de ser su padre eran escasas, pero no nulas. 

Estaba listo para quitarle la custodia e iba a usar todo mi poder para ello, pero entonces lo conocí y supe que no podía hacerlo. Silas era un buen hombre y un muy buen padre, y mi hija lo amaba; y yo supe que no podía separarlos. 

Le hice creer a Fátima que estaba de su lado y cuando ella menos lo pensó, la traicioné y logré que Silas se quedara con su hija, nuestra hija. Todos éramos felices, pero la promesa de Fátima de vengarse de mí era un peso en mis hombros, uno que aumentaba cada día que pasaba sin recibir noticias sobre ella. 

Antes de que mamá muriera, me advirtió lo vengativa que puede ser una mujer dolorida. Fátima no parará hasta que me haga daño o yo la detenga primero. El único medio que tiene para lastimarme es Nayla y ella está bien protegida. 

Así que yo seré el ganador, ¿cierto?