XXV

"Mientras la miraba, entendí que ella no solo encendía una chispa en mi vida, sino que lograba que mi caos interno encontrara paz; con ella, incluso mi pasado oscuro, tenía propósito."

—Si. ¿Qué pasa? —pregunté mirándola directamente a los ojos, sintiendo mucha curiosidad por parte de mi Flamita.

—Bueno… veras… conozco a casi toda tu familia, incluso de cierta forma a Sr. Tran y Sr. Russo, por lo que me han contado, pero de lo único que los chicos nunca me han hablado es de tus abuelas. Cada vez que se mencionaba el tema cambiaban de conversión y siempre decían que no querían hablar del tema. Si no quieres decirme esta bien, solo que me da curiosidad —dijo nerviosa e intrigada.

—Es que para tus amigos debe ser muy difícil hablar del tema, especialmente para Nadeem y Cristian, no es fácil saber que el causante de la muerte de tu abuela es el abuelo de la persona a la que amas.

—¿A tanto llega su odio por el otro? Me arrepiento de haberles preguntado tanto… —su tono de voz era triste y apenado, por lo que le acaricie la mejilla para levantarle el ánimo.

—Era algo que no sabias, no tienes por qué sentirte mal por ello. Lo que pasó fue que mi abuela materna un día desapareció sin decirle nada a nadie, luego de que Russo se enterara de que ella era producto de una infidelidad que la hacia hibrida. Se cree que huyó antes de que él la matara o peor aún, la usara como un arma, igual que quiere hacer conmigo.

—¿Pero si ella era hibrida no se supone que toda su descendencia también lo seria?

—No, porque si reprimes uno de tus lados, lo suficiente, para que nadie se de cuenta, esos genes nunca pasan mas allá de ti. Es muy doloroso, pero no imposible, hasta donde conozco, ella fue una de las poquísimas personas que lograron hacerlo con éxito. Fácilmente podía pasar por una loba normal. Por eso tu querido Osmond, es un lobo puro, uno de los mas fuertes, debido a que al nuestra abuela, reprimir su lado vampiro, todo el veneno de este de a poco fue mezclándose con el del lobo, fortaleciéndolo. —Era algo bastante difícil de entender, de hecho, a mí me había costado anos, aunque creo que en mi caso fue más porque le había dejado de dar importancia.

—Y yo que pensaba que al dejar la escuela la Biología y la Química eran historia para mi —Se notaba mucho más confundida y perdida que antes. — ¿Y qué tiene que ver eso con la abuela de Cris y tuya? ¿Y con lo que habías dicho de que uno de ellos había matado a la esposa del otro?

— Russo pensó que Tran la había matado, al no encontrarla en ningún lado, y en venganza mato a su esposa. Según mi mama, Tran nunca se había visto interesado en la esposa de Russo y más que en el momento de su desaparición, estaba tan concentrado en el nacimiento de sus hijas que poco le importaba lo que pasaba en la vida de su enemigo. Si, como estas pensando, mi madre y la de Cristian a penas conocieron a la suya, tenían unos meses cuando Russo la mando a matar. Estoy seguro de que es por eso que muchos pensaron que quien ataco a mi manada fue Tran, pero lo cierto era que si bien quería a mi padre y a mí, muertos, el sería incapaz de hacerle daño a su propia hija, o eso pensaba mi mama. — Contar aquello no me afectaba tanto porque al no ser un tema que se tocara en mi casa, nunca cree una conexión emocional con él, solo sabía que era algo que afectaba a mis padres en gran medida.

—No sé qué decirte, cada cosa que descubro de tu familia me sorprende mas que la anterior — comentó en un suspiro, haciendo que riera por su conclusión. — Lo que no entiendo es por qué tu abuela dejaría a sus hijos solos, con semejante monstruo.

—Ya ellos eran adultos, podían escoger su propio camino y tomar sus propias decisiones. Los padres de Nadeem ya estaban juntos, los padres de Osmond se conocieron poco después y los cuatro se fueron a vivir a otro país, mientras que mi padre decidió irse de viaje, conocer otras manadas y culturas, durante varios años viajó, hasta que conoció a mi mama, cuando esta ya era una adulta y el resto de la historia te lo sabes. Y antes de que digas algo, la diferencia de edad entre mis padres para los humanos esta mal, pero en mi mundo una pareja se puede llevar cientos de anos y se sigue considerando normal, especialmente si es aquella persona que escogiste como tu destinada —le aclaré al ver la cara de horror que puso al darse cuenta de aquello.

—Si tú lo dices… —murmuró dándome un corto beso en los labios.

Pasamos el resto del día en la cama, entre caricias y risas. Yo quería evitar a toda costa tener que encontrarme con Elizabeth a solas y tener una conversación que sabia que no iba a terminar bien. Por la noche bajamos a comer algo, evitando encontrarnos, con mi abuela.

—Toma, tienes que beber mucho de esto, para que estes fuerte —dije con un vaso lleno de sanadvi para ella.

—¿Fuerte? ¿Quieres que este fuerte para que puedas tomar mi sangre? Eso suena a que me quieres engordar para el matadero —dijo en un tono divertido.

—No es eso, Flamita. Solo que voy a tener que tomar mucha sangre y quiero asegurarme de que después no te sientas mal.

—Muy lindo como lo dices, pero es lo mismo con palabras más lindas. —Se reía mientras intentaba hacer caras de obviedad.

—Eres una niña —Negué intentando no reír contagiado por su risa.

—Y tu un gruñón —Sacó la lengua para molestarme.

Así pasamos el resto de la cena y la noche, entre bromas y risas. Hasta que llegó la hora de dormir. Ella dormía plácidamente a mi lado, pero yo no podía, la preocupación de que cuando el momento llegara la pudiera lastimar o simplemente no poder contenerme, me carcomía. Ambas de mis partes también estaban preocupadas, sería la primera Luna de Sangre en la que estábamos en pareja y tener que seguir aquel ritual, días antes, era tentar al diablo. Nunca habíamos hecho algo así, por lo que no teníamos idea de hasta donde el instinto y la sed nos podía llevar. Había demasiado peligro en hacer el ritual ese día y más para ella, siendo en parte humana. Aunque por otro lado estaba feliz de completar la marca y de que ambas de mis partes se volvieran una para que no hubiera más peleas.