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Ayer, Lyuba pasó otra noche en sitios de citas en línea. La soledad, el vino, los sitios de citas: quizás sean las únicas consolaciones para las mujeres solitarias. Llegó un mensaje. Un joven llamado Vlad de 20 años escribió. Apenas un niño, pensó ella.
- Hola.
- Hola. -respondió de inmediato.
- ¿Eres de Donetsk? - preguntó el chico.
- Sí, por supuesto. ¿Y tú? Diez minutos sin respuesta. Luego, su teléfono sonó.
- Soy de Volgogrado. Oh, maldita seas, que tu alma sea maldecida, que un rayo te golpee en Navidad, maldijo Lyuba en sus pensamientos.
- ¿Qué estás haciendo aquí? - escribió enojada, por supuesto, él vino a salvarla, ella sabía perfectamente bien qué demonios podía estar haciendo ese maldito niño aquí.
- Vine con el ejército. Oh, basura, que tú y tu familia ardan en el infierno, Lyuba continuó maldiciendo en su mente, luego escribió apresuradamente:
- ¿Eres soldado? Y cómo deseaba escribir que se muriera, que los demonios lo llevaran al infierno, deseaba escribir "Gloria a Ucrania". Pero ella, ella no lo hizo.