Scarlet

14

Annie le contó a Raiza que Rodrigo la había invitado a cenar la semana anterior:

—Me alegra mucho que mi hermano y tu hayan arreglado las cosas. Como no habías vuelto ni a escribirme pensé que de pronto seguían enojados.

—No te había escrito porque no estaba en la ciudad, ya sabes, tuve una viaje de negocios.

—Que dicha la tuya, como me encantaría viajar así como tú.

—¿Y por qué no lo haces, deberías decirle Rodrigo que te de un cargo en la empresa, eres una mujer preparada, no entiendo por qué no lo haces.

—No Annie, Willy no me lo permitirá jamás, él dice que debo cuidar de los niños.

—Pero puedes contratar una niñera y ya, pareces una sirvienta limpiando tu propia casa, eso déjalo a las mujeres con carencias económicas, pero tú, un hereda de los Salvatierra, por Dios Raiza, deberías verte a un espejo, desde que te casaste empezaste a dejar de vivir, ya ni vas al salón a arreglarte y usas la misma ropa de hace diez temporadas.

Raiza sonrió y agregó:

—Ya Annie, esos son cosas superficiales.

—No los son, has cambiado mucho Raiza, si eras de las chicas más populares en la prepa y cuando estudiamos en la universidad, malo que lo conociste a él.

—Willy es un buen hombre, es estricto sí, pero es la forma como lo criaron sus padres, es un hombre de principios y normas, hoy en día es muy difícil encontrarse con alguno así.

Annie blanqueó los ojos y dijo:

—Por mí que se extingan todos.

Scarlet que aún estaba extasiada y soñando con Rodrigo, para fortalecer aún más lo que sentía corrió a una tienda de música y se compró el CD de Chayanne, cuando llegó al apartamento buscó el reproductor, se lo llevó a su habitación y cerró la puerta, pues esperaba soñar aún más oyendo “un día sin ti” metió el disco en el reproductor y lo puso a andar, después se tiró boca arriba en la cama, la canción comenzó a sonar de inmediato, Scarlet tenía una mirada soñadora y una sonrisa de princesa en su boca, la melodía le hacia el amor en el corazón y lo recordaba a él, parecía que el tiempo se había detenido para ella y seguía bailando con Rodrigo.

Esa misma mañana Rodrigo le contó a Andrés lo que tenía pensado hacer.

—Amigo me parece que es una locura que quieras meter a tu casa a una prostituta, tu tía Elena de seguro se opondrá, ya sabes cómo es de católica, jamás querrá tener a una mujer de esa calaña cerca suyo.

—Todos tendrán que aceptarla, ella no va a prostituirse en mi casa, va a cuidar de mi hijo.

— ¿En verdad Jr. se comerá el cuento que es Ángela?

—Claro que sí, es un niño de seis años, además tiene más de un año que no la ve, si acaso nota alguna diferencia será que esta es siente años más joven que Scarlet, eso lo justificaremos con la felicidad que vivó en su supuesto viaje por el mundo.

—Bueno y a todas estas ¿cuándo piensas contratarla?

—El jueves pienso viajar a Los Ángeles, le haré la propuesta, ya tengo diseñado el contrato.

—¿Cuánto le vas a pagar?

—Israel investigó, el promedio de ganancias de una prostituta de alta categoría como ella es de ocho mil a doce mil dólares mensuales, eso significa que al año son unos ciento veinte mil, le voy a ofrecer millón y medio de dólares.

—¡Vaya!

—¿Será poco?

—¿Te parece poco saltar de ciento veinte mil a un millón y medio? Yo como que me voy a meter a prostituto.

—Bueno, ¿Me podrás acompañar el jueves?

—Por supuesto, me muerto por conocer a la doble de tu esposa.

El teléfono comenzó a repicar, la asistente de Rodrigo le dijo que tenía una llamada de su tía y que era urgente.

—Bien Luisa, pásame la llamada.

-¿Qué sucede tía? —Ella con la voz angustiosa le dijo:

-Jr. está encendido en fiebre otra vez.

-¿Llamaste la ambulancia?

-Sí, también llamé a Annie, ella se adelantó a la clínica.

-Bien tía, yo también me voy directo a la clínica.

Rodrigo colgó el teléfono y corrió por su saco, Andrés preocupado preguntó:

—¿Le sucede algo a Jr.?

—Tiene otra vez fiebre, me voy a la clínica, por favor encárgate de todo aquí.

—Si claro, ve tranquilo.

Más tarde en la clínica Rodrigo, Annie y la tía Elena estaban en la sala de espera cuando el medico fue con ellos:

—Ya le hemos controlado la fiebre, le estamos suministrando suero.

—¿Se pondrá bien Dr.? —Preguntó la tía Elena, el Dr. Serrano bajó la mirada por algunos segundos, después le dijo:

—Jr. está muy delicado, con cada día que pase se pondrá peor, solo podemos darle calidad de vida, siento decirles de nuevo esto, pero es mejor que estén preparados, en unos meses los signos de la enfermedad se hará evidente, el tumor irá invadiendo todo su cerebro.

Elena abrazó a Rodrigo y se puso a llorar mientras decía entre sollozos:

—Dios mío salva mi nietecito, es una criatura inocente y sin culpa de nada.

El Dr. Serrano Agregó:

—Si desean pueden pasar a verlo de a uno por uno, en este momento el niño está dormido.

—Yo iré primero, —Agregó Rodrigo—. Quiero estar con él.

—Si ve tu primero. —Dijo Annie—. Mi madrina y yo iremos a rezar a la capilla, vamos, Jr. necesita mucha oración.

Rodrigo entró a la habitación donde tenían a Jr. profundamente dormido.

Él tomó la silla que había y la puso cerca del niño, antes de sentarse se quedó mirándolo, entonces se agachó y le besó la frente, despacio sin dejar de míralo ni por un segundo se sentó, la tristeza se adueñó de los ojos de Rodrigo, en ese momento recordó las desesperanzadoras palabras del Dr. Serrano

“Es mejor que estén preparados, en unos meses los signos de la enfermedad se hará evidente, el tumor irá invadiendo todo su cerebro.”

Una lagrima brotó de pronto de sus ojos, miraba a su pequeño, Jr. estaba durmiendo tan tranquilo, el niño ignoraba su propia enfermedad, así como también ignoraba que su madre estaba muerta, Rodrigo le había hecho creer que ella estaba haciendo un largo viaje por el mundo, no quería entristecer a su pequeño, no sabiendo que sus días estaban contados.




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