Scarlet

21

El sábado el chofer pasó por ella a su apartamento, Scarlet se despidió de Leslie y de Jacob, ella se veía triste, Jacob la abrazó, después le agarró por la mejilla y le dijo:

—Recuerda que lo haces por una buena causa, no debes sentirte triste.

—Gracias Jacob, intentaré estar tranquila.

—Un año pasa rápido. No dejes de escribirme y mantenerme al tanto de como estés.

—Todos los días te enviaré textos.

Scarlet abrazó a Leslie

—Gracias amiga, espero verte pronto.

El chofer la llevó directo al aeropuerto, allí la esperaba Rodrigo en su avión privado, Rodrigo con aires de indiferencia la mandó a sentarse en el asiento del frente, durante el viaje se dedicó a leer algunos papeles que tenía por firmar junto con su asistente. De vez en cuando se acordaba de ella y le dirigía algunas palabras, y le ordenó a la azafata que la atendiera.

Minutos más tarde el avión aterrizó en Ciudad de México, cuando bajaron ella observó a todas a partes, era la primera vez que iba a esa ciudad.

Dos autos estaban esperándolos, Rodrigo le ordenó a uno de sus hombres que llevara a Scarlet un lujoso apartamento ubicado en usa zona de alta categoría. El hombre la llevó hasta la puerta y le entregó las llaves.

—Este es el apartamento donde se hospedará, cualquier cosa que necesite sólo debe tomar el teléfono fijo y marca numeral 3, yo la atenderé, mi nombre es Humberto.

—Gracias Humberto.

—A sus órdenes señorita.

El hombre se marchó, Scarlet entró al apartamento y cerró la puerta, era precioso, cargado de lujos, decorado con muy buen gusto, aunque a Scarlet no le importaba eso. Sus ojos aún estaban descubriendo el lugar cuando de pronto recordó a su padre, entonces recorrió con su ojos para ver dónde estaba el teléfono y marcó a al celular de su hermano.

—ya tengo el dinero para la operación de papá.

—¿Cómo lo conseguiste tan rápido?

—Me salió un jugoso contrato con una casa de modas en Ciudad de México.

—Ya veo, con razón y veo un código internacional.

—Me saludas a mamá, que trate de estar tranquila.

—Si hermanita.

El resto de la mañana Scarlet estuvo sola en el apartamento, se instaló en una de las habitaciones, encendió el tv, leyó una revista; buscaba en que entretenerse en su nueva vida dónde no sabía nada de lo que iba a suceder, en ese momento se sentía en Stand by.

Rodrigo llamó al antiguo estilista y diseñador de imagen de su esposa.

—Hola Polo le habla Rodrigo Salvatierra.

—¡Qué sorpresa escucharlo señor Salvatierra! ¿Qué se le ofrece?

—Tengo una chica que quiero que te hagas cargo, ella se parece a mi esposa, posee muchos de sus rasgos, quiero que usted la haga aún más parecida a ella. La chica es muy corriente, sé que usted podrá convertirla en una dama, necesito que la eduque, que le renueve su guardarropa, y su cabello se lo tiñe horrible, quiero que la vuelvas una princesa de pies a cabeza, enséñale protocolo, no sé si me entiende lo que quiero decir.

—Si claro, usted desea que convierta una chica corriente en una dama.

—Sí, aunque en general tiene buen porte, solo que… el color de su cabello es lo único que me incomoda y no he visto su ropa, pero me imagino que necesita comprar nuevos atuendos, quiero que su cabello se vea como el de Ángela.

—Como usted mande.

—Otra cosa Polo.

—Si dígame.

—No hagas preguntas a la chica, quiero mucha discreción.

—Está bien señor Salvatierra por eso no se preocupe que soy una tumba.

—Está bien, hoy le llevaré de compras y al salón de belleza.

Al medio día Rodrigo llamó a Ana Julia a su celular:

—En unos minutos llegará tu almuerzo, y a las 2 irá por ti Polo, es un diseñador de imagen, él te llevará al Salón de belleza y a comprar ropa y te mostrará lo que quiero que uses mientras permanezcas conmigo.

—Ok.

A las dos en punto sonó el intercomunicador, era Polo:

—Estoy aquí mi reina que no conozco, baja que te estoy esperando.

Ella bajó de inmediato, Polo cuando la vio se sorprendió del parecido que ella tenía con Ángela, eran sus mismos rasgos, pero su vestuario no era para nada parecido a su refinado guardarropa, el tono de su cabello era de un color rojo horrible nada comparado al de Ángela,

—Hola soy Polo y tú ¿cómo te llamas?

—Soy Ana Julia.

—¿Lista para ir de compras?

—¡Claro!

Polo llevó a Ana Julia a las tiendas más caras y exclusivas de la ciudad, le compró todo un guardarropa con atuendos para toda ocasión, prendas, bolsas, zapatos, perfumes y maquillaje. Scarlet poseía muchas cosas costosas en su apartamento de New York, pero no presumía de poseerlas, mantenía su vida en probado, prefería que Rodrigo la creyera una corriente muchacha sin recursos ni buenos gustos, pues Ana Julia era la poseedora de todo ello, y en ese momento ella era tan solo Scarlet, una mujer que se acostaría porto con dos tipos por dinero.

Después que compraron de todo en las boutiques de la ciudad, Polo le dijo:

—Todo eso es tuyo muñeca, ahora vámonos al salón de belleza.

Minutos después Ana Julia estaba en la silla del estilista, y Polo le daba las indicaciones:

—Quiero que le quites ese horripilante color zanahoria; ¿nena que marca de tinte usas? te hace ver vieja y cansada.

A Scarlet le cambiaron su color de cabello rojizo a rubio medio y le aplicaron un tratamiento completo de pies a cabeza, la dejaron como o que era realmente, una modelo de pasarela.

Polo llevó a Ana Julia de regreso al departamento.

—Nos veremos mañana linda, te prepararé para ir a la mansión de la familia del señor Rodrigo.

—Te esperaré Polo, gracias, me hiciste sentir como un princesa.

—No hay de que querida, me encanta aplicar magia.

Cuando Scarlet quedó sola en el apartamento encontró sobre la cómoda de la habitación una nota de Rodrigo que decía:

“Esta noche paso por ti a las 8:30, usa un vestido de gala, vamos al casino”




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