Rodrigo se fue con ellos a la oficina, allí se calmó. Al mediodía cuando llegó a su casa a almorzar, Braulio estaba furioso y discutieron en la sala.
—¿Cómo se te ocurre golpear a Alejandro delante de todos los ejecutivos del ramo inmobiliario? ¿Es que ya no tienes vergüenza?
—Él fue el que empezó papá.
—Y tú como un gallito fino decidió enfrentarlo delante de todos.
—Se burló de la muerte de Ángela, ¿Tú qué habrías hecho en mi lugar?
—Mantenerme dentro de mis cabales, cuando se es el representante de una empresa como la nuestra hay que tener nervios de acero y las emociones al margen.
Rodrigo puso una expresión de tristeza y agachó la cabeza, Braulio comprendió lo que su hijo sentía en su corazón, entonces se acercó a él y le puso la mano sobre el hombro y le dijo con voz calmada:
—Debes ser muy fuerte de ahora en adelante, Alejandro usará toda su artillería para destruirte, intentará desprestigiarte a ti y a todos los Salvatierra. No permitas que sus ofensas te quebranten, haz oídos sordos, enfréntalo de otra manera, por nada del mundo permitas que dañe la imagen de nuestra empresa o la de nuestra familia, debes ser astuto y controlar tu carácter y tus emociones.
—Si papá, eso intentaré hacer.
—Tienes tres años dirigiendo con éxito el grupo, eres uno de los mejores ejecutivos del país, Alejandro no solo desea vengarse, sino que desea ocupar tu lugar.
—Me controlaré papá, tendré presente tus palabras cuando Alejandro intente provocarme.
***
El padre de Alejandro suspendió el agasajo que su esposa había organizado para celebrar que su hijo era ahora el presidente del grupo Alcázar. Sabía que lo sucedido entre él y Rodrigo iba de boca en boca, eso lo tenía encolerizado con el par de jóvenes ejecutivos.
Por la noche Alejandro se vio con Mónica, una de sus amantes en su apartamento. Después de tener un apasionado encuentro sexual se quedaron un rato desnudos en la cama conversando acerca de lo sucedido con Rodrigo.
—Rodrigo y tú andan de boca en boca, dicen que parecían un par de gorilas dándose golpes.
—Ni tanto, solo nos dimos un par de golpes y ya, no nos dejaron darnos más. Por mi lo hubiera matado.
—Pero mi amor, ahora eres el presidente del grupo Alcázar, no puedes andar con ese tipo de comportamiento en público.
—Si muñeca lo sé. —Él le besó la boca y puso una sonrisa de complacencia—. Pero él fue el que empezó… a darme golpes, yo solo le dije cosas para enfurecerlo, es que lo conozco muy bien y sé cómo sacarlo de sus cabales. —De pronto puso una expresión dura—. Aunque no conocí a tiempo que era un vil traidor.
—¿Por qué no me has querido contar lo que te hizo? Ya tenemos un año saliendo, creo que merezco que me tengas confianza, soy tu amiga.
—Sabes que soy muy reservado con mis cosas.
—Pero no se lo diré a nadie. Anda cuéntame ¿qué fue lo que sucedió entre ustedes dos?
—Está bien te contaré, pero sabes que soy muy vengativo, y si se lo cuentas a alguien…
—Ya, ¿algunas vez me has visto chismeando?
—Pues no, eso me gusta de ti, que eres discreta, voy a contarte lo que ese desgraciado me hizo.
Alejandro le contó a monica lo que sucedió entre Angela y Rodrigo cuando ella era aun su prometida.
8 años antes.
Alejandro Alcanzar era un joven apuesto, alegre, con grandes expectativas en la vida. Por sus cualidades físicas y por ser heredero de una gran fortuna, muchas jóvenes de su círculo social se fijaban en él y deseaban ser tomadas en cuenta; pero él solo aspiraba a disfrutar de la vida de soltero y no se tomaba en serio ninguna relación. Desde niño conocía a Rodrigo, pues sus padres eran amigos, además asistieron al mismo colegio hasta que terminaron la prepa. Luego él se marchó a realizar sus estudios universitarios en Harvard, Rodrigo por algunos años estudió en Alemania, después regresó a México.
Alejandro permaneció más tiempo fuera del país porque trabajó un tiempo en una importante empresa de inmobiliarias en Miami. Allí conoció a la hermosa Ángela Robles, ella era la hija de uno de los principales socios de los padres de Alejandro en Estados Unidos.
Desde que la vio por primera vez se sintió atrapado por ella, Ángela era hermosa y encantadora. Al poco tiempo la invitó a salir, luego se hicieron novios por algún tiempo y él le pidió matrimonio, ella aceptó.
Ambas familias estaban de acuerdo con la unión y se celebró el compromiso, luego comenzaron los preparativos de la boda. Como Alejandro debía en un futuro asumir el lugar de su padre en el grupo inmobiliario Alcázar, planificaron vivir en Ciudad de México.
Meses antes para la boda, Alejandro viajó a México a buscar una casa para vivir con su futura esposa, además comenzó a trabajar con su padre. La boda se iba a realizar en Miami, luego los dos se irían a Ciudad de México.
Alejandro se reencontró con Rodrigo, ellos siempre habían estado comunicándose por teléfono, a pesar de la distancia mantuvieron su amistad y se veían una o dos veces al año, cuando lo hacían no desperdiciaban el tiempo para salir de farra a embriagarse y con mujeres.
Pero en este reencuentro las cosas fueron distintas; Alejandro estaba muy enamorado, había perdido el interés de salir como siempre lo hacía, todo el tiempo estaba pensando en su novia, hasta tal punto que Rodrigo y otros de sus amigos notaron que estaba más que enamorado obsesionado. Todo el tiempo hablaba de ella, la llamaba cada vez que tenía chance, la presionaba para que viajara los fines de semana a México. Rodrigo ya estaba borracho de tanto oír su nombre:
—Ángela es tan hermosa, me encanta todo de ella, es alegre, sencilla, ama a los animales.
—Sí, ya veo, se enamoró de un animal.
—No bromees, estoy hablando en serio. Ella es una mujer aparte de bella, inteligente.
—Oye amigo ¿no será que esa mujer te hizo brujería? Es increíble que te quieras casar, ya ni miras a otras mujeres.