Alejandro fue arrestado. En la madrugada su abogado logró sacarlo de la estación de la policía. Renato lo estaba esperando, cuando lo vio Alejandro estaba con la cara llena de moretones, despeinado y sucio. Aparte de ello tenía muy mal semblante. Renato con enojo le dijo:
—¿Qué carajos te sucede? primero golpeas a Ángela delante de sus padres, ahora también golpeas a su esposo delante de toda su familia, ¿acaso perdiste la cabeza?
—¿Te parece justo que Rodrigo haya embarazado a mi mujer?
—Ella fue la que decidió meterse con él en la cama. —Alejandro comenzó a lloriquear.
—Me traicionaron papá; mi mujer y mi mejor amigo me traicionaron. ¿Cómo crees que me siento por dentro? me quiero morir.
Renato se compadeció de Alejandro y le dijo:
—Ya hijo, esas cosas a veces pasan, pero hay que superarlo.
—No lo voy a superar nunca. —Renato le dio un par de palmadas en el hombro.
—Lo superarás hijo, con el tiempo conocerás a una buena mujer. Por el momento he decidido que te alejes de ellos, por lo tanto te enviaré a Alemania a encárgate de nuestros negocios, en unos años que te sientas capaz de vivir aquí en paz, regresaras con tu frente bien en alto.
Ese mismo día volvieron a Miami, Alejandro se encontró con Chaustre y le contó todo.
—No puedo creer lo que Rodrigo fue capaz de hacerte.
—Los dos me la hicieron.
—Me extraña verte tan tranquilo. —Alejandro se agarró la barbilla.
—No estoy tranquilo, nunca lo estaré hasta vengarme de ellos.
—¿Qué piensas hacer?
—Mi papá me quiere enviar por un tiempo a Alemania a encargarme de los negocios que tiene allá. Pero lo estuve pensado, y sé cómo me voy a vengar de Rodrigo, voy a arruinar a toda su familia.
—¿Cómo le vas a hacer?
—Seré el presidente del grupo Alcázar.
—Pero te falta experiencia, además no puedes remover a tu padre.
—Lo sé, por eso pienso volver a Harvard, me voy a especializar aún más en el campo de los negocios, seré el mejor, así convenceré a papá de retirarse y de dejarme a mí la presidencia.
—Se te irán algunos años.
—Mejor, así llevaré a cabo mi venganza cuando menos se lo esperen.
EL PRESENTE.
Los Salvatierra se reunieron a almorzar a mitad de semana, en tema de conversación fue el incidente de Alejandro y Rodrigo en la reunión de los distintos grupos inmobiliarios.
—Entonces ahora debemos esperar la guerra. —Dijo Willy, Braulio agregó:
—No creo que Renato permita que Alejandro utilice la empresa para hacerle la vida imposible a Rodrigo.
—No lo sé suegro, la verdad a mí no se me ha olvidado el juramento que hizo Alejandro el día que Ángela y Rodrigo se casaron.
Rodrigo agregó:
—Si Alejandro quiere guerra, guerra tendrá.
Braulio algo molesto le dijo:
—No estoy de acuerdo contigo Rodrigo, los negocios nada tienen que ver con lo que sucedió entre ustedes.
Willy sonrió.
—Suegro, parece que ya olvidaste como es Alejandro.
***
Rodrigo llamó a Miami para saber de su hijo, Regina atendió la llamada.
—Jr. está con Scarlet en el jardín jugando con el perro.
—¿Y cómo lo ves con ella?
—Feliz, Scarlet es muy cariñosa con él y muy atenta, en verdad parece que fuera su madre. —Rodrigo sonrió y sus ojos se llenaron de alegría.
—Qué bien Regina, por favor me le das un beso a Jr. de mi parte, dile que el viernes iré a verlo.
—Si claro.
—También me saludas a Scarlet.
—Con gusto.
Después de esa llamada Rodrigo se sintió satisfecho, pensó en que su decisión de contratar a Scarlet había sido lo correcto. Su hijo estaba feliz.
Pasaron seis semanas desde que Jr. se fue a vivir a Miami con los padres de Ángela. Llegó a víspera de la navidad, Scarlet participó como un miembro más de la familia en la decoración árbol junto con Jr.
La felicidad era reinante en la casa, tanto que ni los Robles ni Scarlet se acordaban de las penas pasadas o de los problemas que cada uno tuviera en ese momento. Eran tan solo cinco sujetos que compartían sus vidas en una linda casa, Jr. era la fuente de la alegría para todos.
Rodrigo viajaba todas las semanas a Miami, y cada vez que volvía a México lo hacía con el corazón lleno de satisfacción, la alegría de su hijo lo era todo para él, y por supuesto, ver a Scarlet todas las semanas ayudaba bástate en la felicidad del joven magnate.
Hacía más de dos meses que Rodrigo no salía con sus amigos ni con Annie como lo hacían antes, casi todos los fines de semana se dedicaban a visitar lugares en busca de aventuras sexuales. Pero ahora él solo tenía cabeza para Jr. y en secreto para Scarlet, solo con verla le bastaba para sentirse satisfecho, aunque no pretendía dar con ella un paso más allá de lo profesional.
Inconscientemente el vació que sentía desde la muerte de Ángela había desaparecido, ya no necesitaba experimentar cosas extremas para medio vivir y se le había quitado la amargura. Todos comenzaron a notar el cambio, él había vuelto a ser el Rodrigo de antes, el joven alegre, amable, educado, aunque de vez en cuando tenía su mal genio, eso ya era natural en él, pero era innegable que el antiguo Rodrigo había regresado.
Annie por supuesto que también notó el cambio, también se percató que Rodrigo estaba más lejos que nunca de ella, no la pelaba para nada, todo el tiempo estaba ocupado en los asuntos de negocios y los viernes se marchaba a Miami y regresa el domingo en la noche o el lunes en la mañana cuando podía. Ella se dio cuenta que estaba perdiendo el poco terreno que había ganado en la vida de Rodrigo, entonces decidió proponerle una salida en busca de aventuras, ya que ese era el único modo que él había accedido a salir con ella.
El jueves por la tarde le llegó a la oficina y tocó la puerta.
—¿Se puede? —Él concentrado en unos papeles que estaba revisando respondió:
—Si claro pasa.
—Necesito hablar contigo.
—Si dime. —Ella se le acercó por atrás y le agarró los hombros como para masajearlo, con una voz seductora le dijo: