Por la tarde el portero llamó a la casa anunciando que afuera estaba el señor Israelí Salvatierra.
—Sí que pase. —Dijo Regina. Después con entusiasmo le informó a Rodrigo:
—¿No te imaginas quién está por entrar?
—Ni idea, ¿de quién se trata?
—Tu primo Israel. —Los ojos de Rodrigo se pusieron como un par de platos.
—¿Y a qué viene? —Preguntó con cierto tono de molestia pensando en Scarlet.
—Me imagino que debe saber que tu estas aquí y viene a saludarte.
—Si a lo mejor. —Él pensó en sus adentros:
"Conozco muy bien a mi primo, seguro viene a verla a ella, porque para verme a mi puede hacerlo en México".
El timbre sonó, Regina iba a abrir pero Rodrigo no la dejó:
—Deja, yo voy. —Cuando abrió vio a Israel, estaba hecho todo un galán con el traje que tenía puesto, además muy bien perfumado, era evidente según a los ojos de Rodrigo que este andaba en plan de conquista como siempre.
—¡Rodrigo! ¿Cómo estas primo? —El con cara de póker respondió:
—Bien Israel, no esperaba verlo por aquí.
Israel con una gran sonrisa le dijo:
—Ah, es que vengo a invitar a Scarlet a cenar con unos amigos.
—¿Y en dónde? Si se puede saber. —Preguntó todo serio.
—En casa de mi socio Michael, no sé si lo recuerdas.
—Si cómo olvidar a Michael. —Se dijo así mismo en sus adentros:
"Claro, el otro casanova, andan como buitres detrás de ella".
Regina lo saludó a Israel con cariño y un abrazo.
—Qué alegría verte Israel, ¿qué te trae por aquí?
—Como ya le dije a mi primo, busco a la señorita Scarlet, ¿ella está?
—Por supuesto, siéntate con Rodrigo, ya la voy a buscarla arriba. —Rodrigo interrumpió.
—No te preocupes Regina, yo la busco.
—No cómo crees, atiende a tu primo.
Regina sencillamente subió las escaleras sin escuchar más a Rodrigo, desde el último escalón llamó a Scarlet.
—Scarlet tienes una visita. —Scarlet estaba extrañada.
—¡¿Que tengo una visita?!
—Sí, ni te imaginas de quién se trata.
Israel se sentó en una de las poltronas, Rodrigo con las tres arrugas en la frente se sentó en otra que le permitía verlo de frente a él y a Scarlet si ella se sentaba en el sofá. Regina volvió a la sala.
Scarlet bajó las escaleras con la expectativa, pensó que tal vez Jr. y Regina le tenían algo preparado, cuando llegó a la sala iba sonriendo, primero voy a Rodrigo, él volteó la cara para no delatarse con su enfado. De pronto Israel se puso de pie, Scarlet volteó a mirar y se llenó de asombro cuando vislumbró su rostro, de inmediato recordó que para Rodrigo ellos se habían acostado. Los labios se le pusieron pálidos y las manos le empezaron a temblar y se quedó paralizada junto a la escalera. Israel se acercó para saludarla con un abrazo.
—¿Cómo has estado Scarlet? —Ella achantada contestó:
—Bien, ¿Y eso, qué te trae por aquí?
Israel regresó a poltrona, Regina notó que Scarlet estaba como atolondrada y le dijo:
—Siéntate Scarlet.
—Si Regina. —Ella tenía la expresión de su rostro como si hubiera visto un espanto.
Cuando fue a dar los pocos pasos que necesitaba para llegar al sofá sentía que los pies no le pertenecían, era como si ellos no le querían obedecer.
Estando allí quedó de frente con Rodrigo, entonces evadió su mirada, como si él no estuviera ahí presente; su presentimiento acerca de ellos se había hecho realidad en ese momento, era un pasado innegable, más que Rodrigo no debía conocer que Israel era gay, y en sus adentros se preguntaba:
"¿Por qué está aquí Israel hoy? justo hoy que también lo está Rodrigo".
—Scarlet, es que Michael quiere organizar una cena mañana en la noche con varios amigos, y me pidió que te invitara, es que quedó encantado contigo y te trajo regalos de Europa.
—Gracias. —Dijo ella por educación—. Pero no debió haberse molestado.
Scarlet se pasó un trago de saliva, mientras que Rodrigo se puso aún más serio y la miró con recelo pero ella escondía su mirada de él.
—¿Entonces irás?
—¿A dónde?
—A cenar a la casa de Michael.
Scarlet no sabía que responder, de pronto Rodrigo respondió por ella:
—Eso no es posible —Él trataba de disimular en enfado, pero se le notaba—. Mañana Scarlet debe viajar a México conmigo y con Jr.
Regina se sorprendió:
—Pensé que Scarlet no iría.
—Es que mi tía Elena me dijo que desean recibir a Scarlet en la casa.
—¿O sea que Jr. no regresará?
—Jr. extraña la casa, ayer me lo dijo delante de ustedes, quiere vernos a todos juntos.
—Bueno si es lo que Jr. desea me parece estupendo que Elena al fin haya entendido.
Scarlet miró a Rodrigo, esta vez ella era la que estaba enfadada, él apenas dejó que sus ojos se encontrarán por un segundo y quitó la mirada.
—Bueno —Dijo Israel—. Entonces deberías ir hoy mismo por tu regalo, de seguro Michael improvisará una comida.
Antes que Rodrigo hablara Scarlet le dijo:
—Me parece bien, no quiero hacerle un desplante a Michael.
—Entonces si quieres vienes conmigo de una vez.
—No, es que estoy haciendo algunas cosas, pero puedo ir después de las seis.
—Está bien, le diré entonces que te espere a cenar.
Scarlet se puso de pie y se agarró las manos.
—Discúlpame Israel, debo atender a Jr. por eso me retiró.
—Está bien, yo me quedaré otro rato con mi primo.
Después que Israel se marchó Rodrigo subió y fue al cuarto de Jr. allí estaba Scarlet ayudando al niño a pintar un dibujo
A Rodrigo le carcomían los celos que tenía, ella estaba enojada y no lo tomó en cuenta en todo el rato que estuvieron allí.
Al anochecer ella fue a vestirse para ir a la casa de Michael. Él en cuanto pudo llegó a la habitación, ella se estaba poniendo los pendientes. Muerto de los celos le dijo:
—¡No puedo creer lo que me estás haciendo! —Ella con un tono de voz imponente le respondió:
—Y yo no puedo creer que dispongas de las personas como si fueran objetos.