Por la noche Scarlet tenía mucha tristeza, sus temores e inseguridades acerca de su relación con Rodrigo se habían agudizado, por ello sentía ganas de cortar la relación antes de que todo se hiciera más difícil para ambos, tenía claro que las cosas que Rodrigo pensaba que ella había hecho con los hombres durante el tiempo que trabajó como bailarina serían un gran tropiezo para que su relación perdiera avanzar sin percances.
La verdad Scarlet no se sentía segura de que Rodrigo en verdad pudiera superarlo como lo aseguraba, no lo conocía del todo, pero si sabía el carácter que poseía, que era volátil y que se enojaba con facilidad. Su experiencia con él en Los Ángeles hablaba claramente de lo que él pensaba de las mujeres que trabajaban como lo hacía ella de bailarina nudista, y, aunque no dudaba de su amor, si dudaba que estuviera preparado para afrontar en público su relación con ella cuando creía que había sido prostituta.
“Cometí un grave error en aceptar tener una relación con Rodrigo, debí seguir mi lógica, me dejé llevar por mis sentimientos, estoy segura que habrán consecuencias negativas, lo presiento muy dentro de mí. Creo que debo desde ya alejarme de él”
Más tarde ella llevó a Jr. a la cama y se puso a leerle un cuento para antes de dormir; estaba por terminar cuando de pronto llegó Rodrigo, Scarlet ni lo miró ni le sonrió como siempre solía hacerlo. Él por supuesto notó que seguía molesta. Ella se fue a la habitación y dejó que Rodrigo terminara de dormir al niño.
Luego que Jr. se quedó dormido y los Robles ya se habían retirado, no había nadie por el pasillo, entonces Rodrigo buscó a Scarlet en su habitación.
Ella ya se había puesto su ropa de dormir cuando él tocó la puerta, ella abrió y cuando lo vio se fue hacia la cómoda y se puso a guardar las prendas en su lugar. Rodrigo se acercó despacio y se paró a su lado, después con cuidado le agarró la mano, y se vieron a los ojos, Rodrigo notó que ella estaba triste, entonces le acarició la mejilla derecha, con una voz suave le dijo:
—Sienta mucho lo que hice, siento haberte causado esa tristeza que traes ahora.
Ella volteó la cara para otro lado, después se alejó de él, se fue a la cama y comenzó a doblar el cobertor, Rodrigo no se atrevió a seguirla y se quedó junto a la cómoda en silencio y solo la observaba. Pasados Algunos segundos le preguntó:
—¿Sigues enojada? —Ella se tardó un poco para responder, luego con una voz apagada que denotaba desilusión le dijo.
—No estoy enojada... solo me di cuenta que estas dos semanas hemos estado dormidos soñando con un cuento de hadas, pero lo que sucedió esta tarde es una señal de que ya se nos está acabando el cuento.
—¿Qué estás queriendo decir?
—Quiero decir que un sueño por más hermoso que parezca siempre resulta ser algo falso, y hay que despertar para ver la realidad.
—¿Acaso quieres acabar con lo nuestro?
—Si quiero, esto nunca debió ser. —Él acercó y la agarró de los hombros mirándola a los ojos.
—Nos amamos, no es un sueño y lo sabes perfectamente, no dejaré que termines porque tienes miedo o porque dudas de mi amor.
—No dudo de ti.
—¿Entonces?
—Hoy me demostraste tus dudas acerca de mí, y no te culpo, tienes toda la razón, la profesión que he ejercido hasta hace algunas semanas no es compatible con la mujer que se supone que debería estar contigo.
—Ya te dije que eso quedó atrás, solo me importa nuestro futuro juntos.
—Tu actitud y tus inseguridades me demostraron lo contrario, y siempre vas a dudar de mí. Eres un hombre celoso y sé perfectamente que vas a ver cosas donde no las hay y mi pasado será la mejor referencia que tendrás de mí.
—Tiene razón, soy celoso, pero no soy d ese tipo de hombres que ven cosas donde no las hay.
—Tus celos te harán dudar. Ya tuve una mala experiencia con un novio celoso y sé cómo es, cómo piensan y se comportan.
—Pues te equivocas conmigo, no soy así, no soy de los que persiguen o golpean a las mujeres.
—No he dicho que me vayas a golpear, solo pienso que seguir juntos nos hará mucho daño. Tal vez haya momentos en que nos tratemos mal, nos insultemos o peor aún, puedes llegar a odiarme.
—Eso nunca.
—Por eso te pedí que nos diéramos tiempo para conocernos más, para estar seguros si en verdad podemos superar juntos todo esto, también quiero tiempo para demostrarte quien soy en realidad, para que más adelante no sientas que te equivocaste conmigo.
—No puedo y no quiero esperar, ya lo hice, estuve mucho tiempo solo esperando que aparecieras en mi vida, eres la única mujer con la que he desarrollado sentimientos desde que mi esposa murió, y no voy a dejar que te alejes de mi por tus tontos miedos prejuiciosos. Y quiero que lo nuestro se formalice, mañana le diré a los Robles y también a mi familia.
—No Rodrigo por favor no hagas eso.
—¿Por qué no?
—No siento que sea el momento, ya te dije que debemos parar esta relación.
—¿Pero por qué?
—De verdad quiero que pase algún tiempo, que nos conozcamos más y que veamos si en verdad podemos superar todo juntos.
—¿Hasta cuándo?
—No lo sé, creo que deberíamos dedicarnos a Jr. a su operación y después veremos como salen las cosas.
—Pero pasará al menos ocho meses para eso, no quiero estar apartado de ti, no lo soportaré.
—No digo que nos separemos, pero tampoco quiero que hagamos pública nuestra relación, primero quiero que estamos seguros que podremos estar juntos.
Rodrigo se quedó mirándola a los ojos y meditó por unos segundos lo que ella había dicho.
—Está bien, lo mantendremos en secreto. Pero quiero dejar claro que confió en ti, por eso estuve pensando en que si deseas puedes ir a cenar mañana en casa de Michael.
—No es necesario que me lo demuestres de esa manera. Prefiero quedarme aquí, ellos piensan que me voy a México contigo, después iré a casa con mi familia, si ellos desean verme que lo hagan en tu casa.