Lucrecia mandó a llamar a cada uno de los sirvientes de la casa de los Salvatierra y los reunió en el jardín, después fue a la habitación de Elena y le avisó.
—Señora ya están todos en el jardín como usted ordenó.
—¿No falta ninguno?
—Están todos los del turno el día de hoy, mañana tocará reunir al otro chofer y al otro portero.
—Está bien Lucrecia.
—Señora, ¿usted piensa decirles a todos que esa muchacha es prostituta?
—Por supuesto que se los voy a decir, deben estar al tanto y permanecer muy alertas con los movimientos que esa mujer haga mientras permanezca en esta casa. ¿Por qué? ¿Acaso no estás de acuerdo?
—Es que tengo entendido que el señor Rodrigo firmó un contrato con ella, y no sé si sea confidencial.
—¿Para qué demonios iba mi sobrino a firmar un contrato de confidencialidad con esa prostituta?
—Bueno eso fue lo que oí que él le dijo al señor Braulio.
—¿Y a ti quien te pidió que anduvieras oyendo las conversaciones de los señores.
—Fue sin intensión, yo simplemente fui...
—Ay ya, mejor ve a jardín que ya te alcanzo.
Todos los sirvientes estaban en el jardín algo preocupados, ese tipo de reuniones solo se hacían cuando algo grave sucedía en la casa o cuando iban a despedir a varios a la vez por algún mal comportamiento. Elena llegó con la cara seria y los hombros erguidos, se paró frente a ellos que estaban con la expectativa.
—Se deben estar preguntando el motivo de esta reunión, iré directo al grano. Hoy en la tarde llega a esta casa una mujer que mi sobrino Rodrigo contrató para que cuidara de Jr. ella es algo así como una especie de niñera, pero tiene un alto parecido a Ángela, la difunta esposa de Rodrigo; cuando la vean no quiero que comiencen a decir que salió de su tumba. También quiero dejar en claro que esa mujer es una... prostituta, me da algo de vergüenza decirlo —Todos se miraron con asombro—. Y fue contratada solo porque se parece a Ángela, pero no quiero que se le trate como si ella fuera más que ustedes, porque en realidad es menos; ustedes son trabajadores decentes, en cambio ella se gana la vida seduciendo a los hombres bailando en un club nudista —Las muchachas de la limpieza y el chofer se quedaron boquiabiertos—. Los pongo al tanto para que tengan claro con quién vamos a lidiar por los próximos meses, les pido mucha discreción, también quiero que la vigilen y me informen de todo lo que hace esa mujer. Ella se hará pasar por la difunta Ángela delante de Jr. para el niño ella es su madre; Así que tengan cuidado con hacer algún comentario que nos delate delante de Jr. ¿entendido?
—Si señora. —Respondieron todos a la vez.
—Bien, entonces retírense cada quien a lo suyo.
Todos se retiraron en silencio, pero el revuelo se hizo sentir en la cocina donde Elena no los podía escuchar.
***
Scarlet ya tenía lista su maleta cuando Rodrigo llegó al apartamento a buscarla para llevarla a su casa, ella lo abrazó.
—Siento no haber venido a almorzar hoy contigo mi amor.
—No te preocupes, sé que eres un hombre muy ocupado.
—No sabes cómo me siento de feliz por dentro porque a partir de hoy te veré todos los días. —Él le tomó la mano y se la besó con cariño y sus ojos hablaban por sí solos de lo enamorado que estaba de ella.
Antes de salir del apartamento se besaron un rato. Después Rodrigo con una sonrisa tierna le dijo:
—Bueno, Jr. debe estar ansioso esperándote, así que vámonos.
—Si mi amor.
Cuando iban en el auto, Scarlet estaba muy callada y parecía que tenía la mente en otra parte. Rodrigo le preguntó:
—¿Qué tienes mi amor? te veo preocupada. —Ella puso una tenue sonrisa.
—No es nada no te preocupes. —Scarlet en sus adentros no podía evadir un sentimiento de preocupación, le aterraba convivir con la familia de Rodrigo.
"Dios mío, cómo me irán a recibir, soy una total extraña para ellos, si ahora me aceptan estoy segura que solo lo hacen por Jr. y por Rodrigo, pero me imagino que han de sentir hacia mi un fuerte rechazo. Diosito ayúdame, que yo pueda hacer bien mi trabajo y que me la pueda llevar bien con los Salvatierra como con los Robles.
Como desearía que todo continuará igual como íbamos en Miami, pero el destino me quiso traer hasta este lugar"
Scarlet seguía sumida en sus pensamientos cuando de pronto Rodrigo la interrumpió.
—Llegamos mi amor. —Rodrigo tocó la bocina y el portero se asomó por la ventanilla de la vigilancia. De inmediato abrió el portón. La casa estaba un poco retirada de la entrada de la propiedad y tenía un gran jardín.
—Es hermosa tu casa.
—Gracias, esta ha sido la casa principal de mi familia desde hace algunas décadas.
—Supongo que a Jr. le encanta correr por todo el jardín.
—Supones bien.
Rodrigo paró el auto frente a la casa, Lucrecia ya estaba esperando afuera, Flavio el chofer de turno y Albani una de las muchachas de la limpieza la estaban acompañando para ayudar a la nueva huésped de la familia entrar sus maletas. Flavio le abrió a Scarlet la puerta del auto, ella lo miró y le dio las gracias.
—No hay de qué señorita, estoy para servirle. —Rodrigo se acercó a Scarlet y le dijo:
—Señorita Scarlet él es Flavio uno de los dos choferes que laboran en esta casa, ella es Albani, siempre atenta para lo que se necesite, y ella es Lucrecia, la ama de llaves, además es como una miembro más de esta familia.
—¿Bienvenida señorita Scarlet, todos los que laboramos en esta casa estamos a su orden.
—Gracia señora Lucrecia.
—Bien entremos, Jr. debe estar esperando por su madre.
Cuando entraron en la sala no había nadie.
—¿Y dónde está Jr.? —Rodrigo le preguntó a Lucrecia—. Pensé que estaría aquí en la sala esperando a su madre.
—La señora Elena se lo llevó a su habitación a ver una película. —Rodrigo puso un semblante duro.
—Iré a traerlo para que salude a su madre. Siéntate Scarlet y nos esperas aquí.