Scarlet

61

Rodrigo bajó al comedor a desayunar. Braulio y Elena ya estaban comiendo con Jr.

—Buenos días. —Ellos también contestaron. Rodrigo comenzó a comer. Después Braulio le dijo:

—Hijo ayer me quedé esperándote, necesitaba hablar contigo.

—Perdona papá, es que me distraje con unos amigos.

—Antes de que te vayas vamos a la biblioteca, necesito ponerte al tanto de la reunión que tuve con los hermanos Bolttier. —Jr. terminó de desayunar y Lalita se lo llevó arriba. Elena en tono sarcástico le dijo a Rodrigo:

—Bien tarde y borracho que llegaste anoche, por lo visto estas volviendo a tus andadas de antes, ya te habías demorado.

—Eso en qué te afecta tía. —Braulio intervino.

—No empiecen otra vez. —Él miró a Elena—. Rodrigo ya está un poco viejo para tus regaños. ¿No te parece?

—Si claro, que comience de nuevo andar metiéndose quién sabe a dónde, mientras Jr. está aquí solo preguntando por su padre.

—Te dejo claro tía que yo hago con mi vida y con mi hijo lo que se me dé la gana. Y Jr. me contó que quería dormir con su madre, o sea, con Scarlet y tú no lo dejaste. —Braulio tiró los cubiertos y se paró de la mesa enfadado. Elena y Rodrigo continuaron discutiendo.

—No tengo porqué dejarlo dormir con esa desconocida, además sabes que la aborrezco.

—Te guste o no ella es quien está a cargo de Jr. es más, hoy y mañana voy a llegar tarde y borracho, y quiero que esos días Jr. duerma con ella. Te prohíbo que intentes impedirlo.

—Y si lo impido ¿qué?

—Me largo con Jr. de esta casa, nada me cuesta llevarlo de nuevo con los padres de Ángela. —Luego Rodrigo llamó a Lucrecia:

—Dígame señor.

—Lucrecia, de ahora en adelante las órdenes acerca de Jr. solo las doy yo, y quiero que a mi hijo se le complazca en todo. Y si él pide dormir con Scarlet, que duerma con Scarlet, que juegue con ella y que coma si es eso lo que él desea. Y mi tía no tiene ningún derecho de cambiar la orden que yo acabo de dar.

—Lo que ordene señor.

Rodrigo se levantó de la mesa y se fue a la biblioteca. Lucrecia miró a Elena y agachó la cabeza por respeto a la señora.

Rodrigo se sentó a hablar con su padre.

—Ayer intentamos localizar a Renato Alcázar, y nadie sabe en dónde se encuentra, solo Alejandro conoce su paradero, descubrimos que le regaló a sus padres un año de vacaciones como regalo de retiro.

—Claro, se aseguró que nadie pudiera localizarlo, por lo visto ya lo tenía planeado. ¿Y la hermana de Alejandro?

—Ella y su esposo también se fueron con Renato. Esto me da muy mala espina, por lo visto él no quería que su familia supiera lo que pretendía hacer, fue muy astuto, creo que esto es solo el comienzo de quien sabe que tantas cosas que nos vendrán.

—Annie va a intentar sacarle información al hijo de unos de los sucios de Alejandro, si por lo menos descubrimos qué es lo que está ofreciendo a los inversionistas, nos será más fácil hacer algo al respecto.

—¿Cuándo se verá con él?

—Hoy en la noche.

—Espero y logre obtener esa información.

A media mañana Flavio uno de los choferes de la familia ayudó a Scarlet a bajar al jardín; el día era propicio para que Jr. saliera a correr con Snap. Al rato Lucrecia llegó con una bandeja.

—Aquí les traje jugo y galletas.

—Gracias Lucrecia. —Ambas se quedaron observando al niño corriendo y Snap lo perseguía, ese era uno de sus juegos favorito con la mascota. Lucrecia sonrió a la vez que sus ojos se cargaron de nostalgia; Scarlet no se percató, ella ignoraba aún la verdad acerca de la gravedad enfermedad de Jr. Lucrecia le dijo:

—Es un niño tan tierno y tan alegre.

—Sí, muy lleno de vida. —Lucrecia agachó el rostro por un momento, de pronto sintió que no podría contener las ganas de llorar, entonces decidió irse para no hacerlo delante de Scarlet.

—Con permiso. —Se retiró rápidamente para no dejar que le viera los ojos aguados. Se fue a su habitación, allí tenía colgado un crucifijo, se quedó observándolo. Después le habló con sus pensamientos:

"Se supone que sabes muy bien lo que haces, ¿pero por qué permites que haya tanto dolor en esta familia? primero la muerte de la señora Amanda cuando sus hijos eran aún unos niños, después Rolando, mi muchacho que ahora vive encerrado en esas cuatro paredes lleno de amargura, cuánto no daría por verlo vivir, verlo sonreír como antes, pero está como muerto en vida; después la muerte de la señora Ángela que dejó devastado a Rodrigo, y ahora Jr. Hasta cuándo podrá soportar esta casa tanto dolor. Perdóname Dios mío, por atreverme a decir que no es justo; creo que ya debería suceder algo en esta familia que acabe con tanta desgracia".

Por la noche Annie fue al apartamento de Frank. El ascensor la dejó directo en la sala.

—Pasa querida amiga, esperé con ansias tu llegada. —Annie observó el apartamento.

—¡Vaya! qué hermoso apartamento tienes.

—Gracias. Ya sabes que me encanta el lujo y la elegancia.

—¿Y tú cómo estás Frank? —Él se fue al centro de la sala y abrió sus brazos, llevaba puesto un traje azul oscuro y una corbata de color rosa claro con rayas azules.

—Muy bien como podrás ver. ¿Qué te parece este traje que acabo de comprar?

—Muy elegante, ¿Estas en plan de conquista que andas tan coqueto?

—Aun no, pero me preparo para ello. —Annie sonrió.

—¿Y a quien le tienes clavado el ojo si se puede saber?

—Sabes que solo tengo ojos para una persona. —Ella suspiró.

—Si claro, Israel Salvatierra. —Ambos se sentaron.

—Sí, y tengo entendido que hoy llegaba de Miami.

—No lo sabía. Qué raro que su tía no me lo había dicho.

—¿No has vuelto a hablar con él?

—Sí, hace como dos meses estuvo aquí.

—Si eso lo sé, pero por mala suerte yo estaba de viaje, pero esta vez estoy preparando mi artillería de reconquista, y tú me vas a ayudar.

—¿Por qué yo?

—Porque puedo salir contigo y encontrármelo de casualidad en una discoteca o un restaurant. Annie por favor ayúdeme.




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