Scarlet

64

Marina bajó del auto.

—Hijo ¿qué sucede con la muchacha? —Él le dijo a Scarlet.

—Vamos a mi casa y te tomas un té, después me dices a dónde deseas ir y te llevo.

Dentro del auto Juan Carlos le presentó a Marina, Scarlet no estaba de humor para conocer a nadie y menos tenía ganas de hablar con vecinos de los Salvatierra que de seguro ya debían saber todo sobre ella.

Cuando llegaron a la casa Marina le preparó un té y se lo llevó a la sala. Scarlet estaba con Juan Carlos y con Gema que aún no se había ido a dormir.

No había que ser psicólogo para darse cuenta que Scarlet estaba muy deprimida, ellos lo notaron, Marina sintió compasión por la muchacha. Por su carácter intrépido no vaciló en preguntar:

—¿La arpía de mi amiga Elena te echó de la casa a estas horas? —Gema sintió vergüenza y apretando los dientes le dijo:

—Mamáaa

—Ay, todos conocemos a Elena como trata a la gente. Mañana le voy a jalar las orejas. ¿Y Rodrigo sabe que te echaron? —Scarlet se quedó callada por un momento, no deseaba responder pero sintió que debía hacerlo.

—Nadie me echó, yo decidí marcharme.

—Pero algo bien horrible debió haberte hecho Elena.

—Ella no hizo nada, es solo que yo no debo seguir en esa casa. Si usted es amiga de la señora Elena me imagino que ya debe conocer la mitad de mi vida —Ella miró a Gema y a Juan Carlos—. Supongo que ustedes ya deben saber cuál era mi trabajo antes de llegar aquí.

Juan Carlos y Gema se miraron con cierto lamento. Entonces Gema le dijo:

—Si sabemos, pero no acostumbramos a juzgar a las personas como lo hace Elena y algunos de su familia, cada quien tiene sus razones para lo que hace.

—Yo pienso igual. —Dijo Juan Carlos—. Por nosotros no debes preocuparte ni sentirte avergonzada.

Entre Marina y Gema convencieron a Scarlet de quedarse esa noche en su casa.

—Esta cama es muy reconfortante, estoy segura que mañana amanecerás mucho mejor después de dormir en ella.

—Gracias señora Marina.

—Solo dígame Marina. —Scarlet puso una sonrisa lánguida.

—Está bien, Marina.

—Y trata de dormir muchacha, ya mañana con la mente más clara podrá pensar mejor las cosas.

Cuando Scarlet se acostó, Gema y Marina salieron de la habitación. Estando a solas y un poco más calmada Scarlet recordó a Jr. y sintió que un abismo se le abría en el estómago.

"Dios mío. Jr. ¿Qué va a decir cuándo no vea Ángela? pobre niño va a sufrir por mi culpa. Creo que debería regresar y quedarme con él, pero no me atrevo a volver a esa casa. Tampoco quiero ver a Rodrigo más nunca en mi vida”.

Rodrigo no durmió en toda la noche preocupado por lo sucedido con Scarlet. Al amanecer se alistó como siempre para irse a trabajar, pero tenía en mente solo una cosa, hablar con ella. Sabía que no iba a ser nada fácil enmendar su error, pero debía al menos intentarlo; para entonces la cizaña que sembró Annie había desaparecido.

Jr. fue a saludar a su madre, entró a la habitación y no la vio por ninguna parte, después fue al baño y tampoco. Entonces fue a la habitación de Rodrigo.

—Papi mamá no está.

—Seguro debe estar en el baño.

—No la vi en el baño. —Rodrigo pensó que tal vez había bajado al comedor o al jardín, aunque le pareció extraño. Entonces fue a buscarla con el niño y corroboró que ella no estaba en la habitación. Luego llamó a la cocina por el intercomunicador.

—Paulina has visto a la señorita Scarlet?

—No señor.

—¿No estará en el jardín o en la sala?

—Voy a decirle a Albani que la busque.

Albani buscó a Scarlet y no la encontró, después subió y le avisó a Rodrigo que no estaba por ninguna parte.

—No puede ser, busquen por toda la casa.

—Ya buscamos por todo el jardín, en la sala y la biblioteca.

—Pues sigan buscando. —Braulio escuchó.

—¿Qué sucede, por qué tanto alboroto?

—Parece que Scarlet no está en la casa papá. —Jr. dijo:

—Quién es Scarlet? —Rodrigo y Braulio se miraron.

—Una amiga que está de visita hijo y no sabemos en dónde se metió. Ve abajo a desayunar.

—¿Y dónde está mi mamá?

—Debe haber salido al médico no te preocupes —Cuando Jr. bajó Braulio le dijo:

—¿Cómo es eso que la señorita Scarlet no está en la casa?

—Parece que no papá.

—¿Y por qué se iría sin avisar? —Rodrigo intentó evadir la pregunta—. ¿Qué sucedió con esa muchacha, acaso Elena la echó? porque si es así me va a oír.

—No papá, mi tía no tuvo nada que ver, Scarlet descubrió que todos en la familia saben que ella trabajaba en... ya sabes.

—¿Y cómo se enteró, se supone que nadie haría un comentario al respecto.

—Fue Rolando.

—¿Rolando? pero si solo habla con Lucrecia y conmigo de vez en cuando.

—Es una larga historia, según lo que entendí Scarlet abrió la puerta de la habitación. No sé ni por qué lo hizo, invadió la habitación de Rolando y se dijeron cosas y entre eso... ella lo supo todo.

—Para empezar no debiste decirle a nadie acerca de lo que ella hace.

—Si lo sé papá.

—Ya ves la consecuencias, pero me parece injusto que se vaya sin avisar, peor aún será cuando Jr. se entere que su madre ya no estará con él. —Rodrigo tenía aflicción en su rostro.

—Esto no debería estar pasando, a lo mejor regresará más tarde, ella quiere a Jr. me rehuso a pesar que no siente nada por el niño después de todo el tiempo que han pasado juntos.

Frank no había dormido bien, estaba realmente preocupado por lo que Israel fuera a pensar cuando se enterara de todo y que él no había hecho nada por evitarlo. Esperó hasta las ocho de mañana, Annie ya había llegado a la oficina cuando él le marcó a su celular. Annie levantó la ceja derecha cuando vio su nombre en la pantalla.

"Lo tengo" —Pensó dentro de sí.

—Hola Frank, no esperaba que me llamaras tan temprano.

—Necesito que hablemos. —Ella ergio el cuello y los hombros.

—¿Y eso cómo para qué quieres hablar conmigo?




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