Scarlet

67

Lucrecia le llevó el almuerzo a Rolando. Él estaba en el balcón de su casa, se le veía muy triste.

—Le traje su almuerzo. —Con una voz lánguida y sin voltear a mirarla respondió:

—Gracias Lucrecia, pero no tengo ganas de comer. —Ella con preocupación le dijo:

—¿Otra vez perdió el apetito? si sigues así morirás de hambre.

—Tal vez eso es lo que merezco, morir de hambre y encerrado como una rata.

—¿Por qué dice esa cosa tan horrible? —Él volteó a verla, en sus ojos se veía la aflicción que tenía por dentro.

—Porque es así como me siento, como un animal, me merezco este encierro.

—Nadie merece este encierro.

—¿Acaso no notaste lo que hice ayer? el daño que le hice a esa mujer que le daba alegría a mi sobrino?

—Fue un error que cometió.

—Sí, un error que le salió muy caro a Rodrigo y para Jr. además fui muy injusto con Scarlet.

—¿Por qué no internas enmendarlo?

—¿Cómo, qué puedo hacer al respecto?

—Pedirle disculpas a Scarlet.

—Lo hice, y me dijo que soy un hipócrita, estaba muy ofendida, y con toda la razón.

Rodrigo llegó a la casa de Marina, Gema abrió la puerta.

—Hola Gema. —Dijo Rodrigo con un sembraste apagado.

—Cómo este Rodrigo, pasa.

—Disculpe que haya venido a esta hora, es que me enteré que la señorita Scarlet está aquí con ustedes.

—Ella pasó aquí la noche, pero esta mañana Juan Carlos la llevó al aeropuerto, a esta hora ya debe haber llegado a New York. —Rodrigo desesperanzado le dijo:

—¿Pero se fue así, sin siquiera avisar? mi hijo ha estado toda la mañana preguntando por ella.

—Lo siento Rodrigo, ella no quería marcharse, pero no se sentía para nada bien después de lo que Rolando le hizo.

—¿Te dejó algún número o alguna dirección?

—No, tal vez a Juan Carlos le dio esa información.

—¿Dónde está Juan Carlos?

—Supongo que en el bufete, deberías llamarlo, ¿tienes el número de su móvil?

—Me lo das por favor.

—Ya te lo anoto.

Juan Carlos fue a la suite y le llevó almuerzo a Scarlet. También le llevó a una las muchachas que trabajaban en casa de su madre.

—Te traje un almuerzo que hizo mi mamá.

—¿Tu madre cocina?

—¿Te parece extraño?

—Es poco habitual que una señora de alta sociedad como supongo que es tu madre cocine.

—Ella es la excepción. Te presento a rosario, ella te va acompañar y asistir hasta que te quiten el yeso.

Juan Carlos acompañó a Scarlet hasta que llegó la hora de irse al bufete, pero la invitó a salir al parque en la tarde con su hija.

***

Cuando Rodrigo volvió a su casa Braulio le preguntó por Scarlet

—Se fue a New York esta mañana.

—¿Tan rápido consiguió un vuelo?

—Corrió con la suerte.

—Y no dejó alguna dirección o su teléfono.

—No papá, y dudo que quiera que sepamos en dónde está; aun me falta hablar con Juan Carlos, él fue quien la llevó al aeropuerto.

—Qué esperas para llamarlo.

—Ya lo hice pero tiene el teléfono apagado, lo llamaré más tarde.

Por la tarde Juan Carlos pasó con su hija Jenny por la suite buscando a Scarlet y se fueron al parque, la niña compaginó de inmediato con ella.

—Ti hija es una niña encantadora.

—Jenny es la luz de mis ojos.

—¿Qué sucedió con su madre? —Él suspiró, Scarlet le dijo:

—Tú me has hecho preguntas que te he contestado, ahora cuéntame. —Él sonrió.

—Bueno, es que los hombres somos más cerrados para contar esas cosas.

—¿Entonces no me lo piensas decir? —Él aun sonriendo suspiró y le dijo:

—Está bien; la relación se deterioró, no puedo decir que la culpa fue de ella o mía, los dos somos abogados, ella en su firma y yo en la mía, casi nunca coincidíamos en casa, ella viaja mucho. Cuando nos dimos cuenta ya no hacíamos nada de lo que se supone hacen las parejas de casados, llegó un momento que solo éramos mi hija y yo, o ella y nuestra hija, ya no había amor. Decidimos divorciarnos, yo me quedé con la custodia de mi hija, ella le dedica el mayor tiempo posible.

Faltaba poco para la reunión de los accionistas del grupo S&B, casi todos habían llegado.

Rodrigo se dirigió a la sala de conferencias y dejó olvidado su celular en la oficina. Saludó a uno por uno, charló con otros mientras llegaba el momento de iniciar. De pronto se acordó de llamar a Juan Carlos, introdujo la mano en su chaqueta y se percató que había olvidado el teléfono, entonces le dijo a Andrés que le prestara el suyo.

Salió de la sala y se metió en la oficina e Braulio. Buscó en el bolsillo del pantalón el papel donde Gema le había anotado el número, entonces le marcó.

Juan Carlos seguía en el parque con Scarlet y su hija, él sintió que su móvil vibraba, entonces lo sacó, vio que era un número desconocido, Jenny estaba andando con sus patines, Juan Carlos pulsó el botón verde para atender la llamada, justo en ese instante Jenny gritó:

—Scarlet mira lo que puedo hacer. —Rodrigo escuchó con claridad cuando la niña la nombró, se quedó estupefacto detrás del teléfono y no emitió ni una palabra, alcanzó a oír la voz de Scarlet. Después cuando Juan Carlos contestó:

—Aló diga. —Rodrigo lleno de asombro prefirió cortar la llamada y se sentó a pensar:

"¿Por qué Gema me dijo que se había ido a New York? se supone que Juan Carlos la llevó esta mañana al aeropuerto, esto no me gusta nada, ¿Será que me estarán engañando?"

Rodrigo volvió a la sala de conferencias y le entregó el teléfono a Andrés.

—Toma, si llaman preguntando de quien es en número di que se e marcó solo.

—¿Y eso?

—Descubrí que Scarlet está aquí.

—¿Y cómo lo descubriste?

—Le marqué a Juan Carlos Ibáñez a su móvil, oí a su hija llamando a Scarlet. Después alcancé a oírla a ella.

—¡O sea que te dejó por el abogado!

—No lo sé Andrés, me rehusó a creerlo.

—¿Y qué piensas hacer ahora?

—Si decidió irse con él ¿qué se supone que debo hacer?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.