Scarlet

71

Rodrigo se percató de la fiebre de Jr. le dio el medicamento y se quedó con él toda la noche.

Juan Carlos llegó a la casa de Marina muy noche, ya todos estaban durmiendo. Por la mañana se alistó para irse a la firma y bajó a desayunar. Él pasó al comedor muy tranquilo y saludó.

—Buenos días lindas damas. —Le dio un beso en la mejilla a la tía.

—Huy pero anda perfumado y bien peinadito, ya como que tiene novia. —Le dijo Marina con tono jocoso, él de rió.

—Ay tía no exageres, ando como siempre.

—Pues yo creo que pasó el fin de semana con una mujer que me lo tiene ilusionado.

—Eso sería estupendo, pero si supieras que lo pasé trabajando.

Ella y Gema se miraron con complicidad, pensaban que en verdad él tenía un romance con Scarlet.

—Por aquí estuvo Rodrigo buscándote. —Dijo Gema.

—¿Sí, y qué quería?

—Saber el número o dirección de Scarlet.

—¿Y cuando vino?

—El jueves en la tarde vino y me preguntó a mí. Yo le di tu número.

—Pero no me llamó.

—Si te llamó el jueves después de las seis de la tarde. —Dijo Marina—. Y escuchó la voz de Scarlet, y no lo puedes negar, tu hija me dijo que la tienes en un hotel.

—Tía yo no tengo a Scarlet en un hotel, ella alquiló una suite con su propio dinero que es muy distinto.

—Ah pero si reconoces que esa muchacha sigue aquí, pero el jueves nos hiciste creer que ella se había ido a New York. Los Salvatierra piensan que Scarlet se fue contigo.

—Scarlet no se fue conmigo, yo solo la ayudé a conseguir el hotel donde se está hospedando.

—Pues ellos están pensando muy mal de ella y de ti.

—Bueno, me tiene sin cuidado lo que ellos piensen de Scarlet y de mí.

—¿Y por qué nos mentiste a nosotras?

—No les mentí, eso asunto de Scarlet, no creí que fuera necesario contarles.

—Bueno, ¿y qué sucedió con Scarlet? ¿Por qué no se fue a New York?

—Le aconsejé que se quedara unos días y pensara bien las cosas tía, me parece que Jr. va a sufrir si ella se va en definitiva.

—Mi primo tiene razón mamá.

—Le aconsejé que fuera a la iglesia y rezara, y que luego si decida si se queda o se va.

Rodrigo desayunó y salió para la oficina, subió al coche y de allí le marcó a Juan Carlos a su móvil, este repicó varias veces pero él no contestó. A Rodrigo le causó molestia, pensó que Juan Carlos no quería dar la cara. Pese a que intentaban estar en calma y hacer de cuenta que no le afectaba lo que Scarlet había decidido hacer, por dentro lo carcomía la rabia que le daba de pensar que ella estaba con otro; los celos lo estaban matando. Entonces decidió ir a la casa de Marina y buscarlo.

Llamó a la puerta. Le abrió una de las empleadas.

—¿Está Juan Carlos?

—Sí señor, pase, ya le aviso al señor.

Juan Carlos se dirigió a la sala, Rodrigo cuando lo vio sintió ganas de abalanzarse contra él y golpearle la cara.

—¿Cómo estás Rodrigo? —Preguntó Juan Carlos con serenidad.

—Como yo esté no te importa, solo vine a pedirte que me digas ahora mismo en dónde tienes a Scarlet.

—Lo siento Rodrigo, ni puedo darte esa información.

—¿Por qué no puedes?

—Porque Scarlet no desea que tu conozcas su paradero en este momento. —Por dentro Rodrigo sintió que se enardecía, no podía creer lo que Scarlet le estaba haciendo y cómo lo había cambiado por otro. Con la voz ronca le dijo:

—No me interesa si Scarlet se está acostando contigo, pero ella tiene un compromiso con mi hijo, dile que debe cumplir, y que si no regresa por su propia voluntad la haré regresar a la fuerza.

—Entre Scarlet y yo no existe ese tipo de relación que tú estás pensando.

—Ya te dije que no me interesa, solo quiero que cumpla con mi hijo, así que dile que regrese o se las verá con mis abogados.

—Si quieres que Scarlet vuelva a tu casa no creo que debas amenazarla, debes hablar con ella de forma civilizada.

—Como yo haga las cosas no es de tu incumbencia, solo dile que regrese hoy mismo, que para eso le pagué mucho dinero, más de lo que cualquier hombre pagaría por acostarse con ella un fin de semana. —Juan Carlos se enfadó y le dijo:

—No me agrada tu tono.

—Puedes quedártela, ella no me interesa, pero debe cumplir con mi hijo los horarios del contrato, en sus días libres pueden salir a revolcarse todo lo que se les dé la gana. —Juan Carlos lo miró con enfado.

—Eres un imbécil.

—El imbécil eres tú. —Juan Carlos sintió que la sangre se le subía de la rabia y su cara se puso roja; de pronto se abalanzó contra Rodrigo, lo agarró de las solapas de la chaqueta y lo empujó con fuerza contra una cómoda de la sala, “eres un idiota Rodrigo”. Rodrigo respondió dándole un golpe en la cara, Juan Carlos casi se cae, rápidamente se repuso y volvió hacia él como un toro y lo empujó con todo lo que sus fuerzas le daban, este cayó sobre la una poltrona, Juan Carlos muy furioso lo agarró de la corbata, lo levantó y le devolvió el golpe en la cara, Rodrigo volvió a caer en la silla, por el dolor le subió aún más la adrenalina y en un santiamén se levantó y le devolvió el golpe.

Rodaron a punta de golpes y empujones por toda la sala, parecían un par de cavernícolas dándose golpes e insultándose. Marina y Gema llegaron a ver qué sucedía.

—Pero qué pasa con ustedes. —Ellos no las escuchaban. Gema corrió a llamar al jardinero y al chofer. Ellos llegaron y los separaron.

—Basta. —Dijo Marina—. ¿No les da vergüenza? Parecen perros callejeros. Los dos tenían la boca reventada, Juan Carlos tenía un ojo golpeado y Rodrigo tenía rota la chaqueta, además estaba mojado porque cayó encima de un florero con agua.

—Rodrigo vete. —Le dijo Gema—. Ya fue suficiente.

Rodrigo salió de la casa de Marina y regresó a la suya. Cuando entró Elena y Lucrecia lo vieron como estaba.

—¿Qué te sucedió? —Rodrigo le dijo con la voz ronca:

—Nada tía, y no haga preguntas.

—Pero…

—Ya te dije que nada. —Rodrigo subió a su habitación a cambiarse de traje, entró y cerró la puerta con seguro. Después se acercó a la cómoda y se vio en el espejo, luego pensó en Scarlet y dijo:




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.