Israel llegó al apartamento y Michael no estaba. Entonces esperó en la sala; a ratos estaba sentado y a ratos de pie dando vueltas o se paraba en la ventana a mirar el panorama nocturno de la ciudad.
Michael no tardó mucho en llegar pero a él le pareció una eternidad. Premeditando la reacción que este iba a tener le provocaba escalofrío, sus manos estaban frías y su corazón estaba que se le infartaba de la impresión.
Pero algo tenía Israel, y era que cuando tomaba una decisión, nada lo detenía; como cuando decidió dejar en definitiva a Frank tras 8 años de una tortuosa relación llena de infidelidades de parte del otro.
Un día Israel terminó con él y le dijo ‹‹Me voy y no pienso regresar›› Frank creyó que era el mismo gimoteo de siempre, y se sorprendió ese mismo día en la noche cuando regresó a casa y no encontró ni una prenda de ropa de Israel en el armario.
No volvió a saber de él hasta que dos años más tarde este regresó de Europa con una nueva pareja; rápido se supo de su regreso.
Frank brincó como un grillo a reconquistar a su viejo amor; muy rápido saltó creyendo que iba a aterrizar sobre el corazón de Israel como siempre lo había hecho, pero resultó que se estrelló en Michael como lo haría un insecto sobre el parabrisas de un auto.
Michael llegó sonriente. Había ido a cine con dos amigas, estaba feliz y relajado. Saludó con cariño a su esposo.
—¿Cómo estuvo la reunión con los socios del grupo? —Israel tenía cara de velorio, a Michael le cambió su sonrisa por preocupación.
—¿Pasó algo grave?
—Sigue sucediendo lo mismo con el grupo Alcázar. Solo que mucho peor, todo el mundo se está cambiando, está comenzando loa rumores de que nos iremos a la quiebra, a Rodrigo lo están desprestigiando y las acciones comenzaron a caer.
—Lo siento. En un caso así es bueno atraer nuevos inversionistas.
—Eso nos ayudaría, pero con el desprestigio que está construyendo sobre Rodrigo y el resto de los altos ejecutivos se hace casi imposible, sabes que eso aleja a la gente.
—Tienes razón. —Israel agregó:
—Michael quiero hablar algo contigo.
—No me gusta cómo me lo dices.
—Vamos a sentarnos. —Por la actitud de Israel, una preocupación que colindaba con un mal presentimiento se apoderó de Michael, sus párpados se pusieron tensos e incapaces de parpadear por varios segundos; conocía a Israel y sabía que algo muy grabe debía estar pasando para que su esposo actuara de esa manera.
—Bueno ya dime que me estas empezando a poner nervioso. —Israel lo agarró de las dos manos y cerró los ojos dando un suspiro.
—¿Qué pasa? —Preguntó Michael con voz asustada, entonces Israel soltó lo que tenía que decir:
—Mañana quedé de verme con Frank a las 7 de la noche. —Michael se quedó estupefacto como por diez segundos mirándolo a los ojos. Su expresión cambió de asustado a enojado
—Y me lo dices así tan fresco, no puedo creer que te hayas vuelto tan cara lavada.
—Michael no es lo que piensas. —El comenzó a sollozar.
—¿Entonces qué es?
—Frank me puede dar la información que necesitamos para enfrentar al grupo alcázar.
Michael se puso de pie y se veía inquieto chasqueando con los pulgares.
—¿Pero por qué tienes que ser tú el que se ruina con él?
—Es un capricho de Frank, pero tú intenta comprender mi amor.
—¿No será que en realidad tú también deseas verlo?
—Claro que no, a mi Frank no me interesa, pero me preocupa la fortuna de mi familia. ¿Tú qué harías en mi lugar?
—Sé que es una difícil situación, pero no me gusta lo que Frank pretende, estoy seguro que tiene malas intenciones.
—Pero puedes confiar en mí. —Michael escondió el rostro y entrelazó los dedos, después con achante agregó:
—No lo sé, sabes que soy muy inseguro. —Israel lo volvió agarrar de las manos y se sentaron en el sofá.
—Debemos estar unidos ¿no crees?
—Pues sí.
—¿Y qué otra cosa podríamos hacer para sacarle esa información? —Michael se rió aun sollozando; en broma le dijo:
—Podemos ponernos una capuchas, lo secuestramos y lo amenazamos con un revolver para que no dé la información. —Israel se carcajeó.
—Ya Michael, en serio, necesito que me ayudes.
—Está bien; podrás ir a verlo, pero yo también voy.
—Su condición es que vaya yo solo.
—Yo me quedaré afuera del edificio, y solo podrás estar con él 10 minutos, en el minuto 12 tú ya debes estar fuera del edificio.
—Diez minutos es poco, sé que él pondrá trabas para decirme lo que están haciendo.
—Bueno, que sean 20, no más, porque si te pasas más tiempo arriba me voy a imaginar cosas y voy a subir hasta su apartamento a armarles un escándalo.
—Está bien. Le hablaré a Annie para que ella nos acompañe.
***
Scarlet invitó a Juan Carlos, a Marina y a Gema a almorzar en su nueva casa, era una forma de agradecerles por todo el apoyo que le habían brindado.
—Pero qué suerte tienes, vives en una casa espectacular. —Dijo Marina.
—Aunque es demasiado grande para mi sola.
—Pero está precioso el jardín.
—Me alegra mucho Scarlet —Dijo Gema—. Que estés bien.
Después que almorzaron Gema la ayudó a recoger los platos y se fueron a la cocina, ella le preguntó:
—¿Y cómo te has sentido Scarlet? pregunto por lo Rodrigo. —Scarlet aspiró bastante aire casi en forma silenciosa, luego sonrió con cierta nostalgia.
—No puedo negar que aún me duelen muchas cosas, sobre todo lo que Rodrigo piensa de mí y yo sin poder siquiera defenderme, no tengo forma de hacerlo, él está seguro que medicaba a la prostitución, y no lo culpo por rechazarme. Lo extraño, pero debo continuar mi vida sin él.
—Sabes, yo creo que le gustas a mi primo.
—¿Por qué piensas eso?
—Es digamos… demasiado atento contigo, yo que tú le clavaria el ojo.
—No inventes, Juan Carlos no siquiera me ha insinuado nada.
—Estará esperando que pases el duelo por Rodrigo. —Scarlet se rió.