Scarlet

113

Cuando Scarlet fue dada de alta, Juan Carlos estaba con ella y quería ayudarla con el traslado.
—Juan Carlos, acepté ir a la casa del Conde.
—Me parece que haces bien, allá es un lugar seguro, estarás bien protegida.
—Me voy a casar con Rodrigo.
—¡¿Hablas en serio?!
—Sí, los dos tomamos esa decisión.
—Perdóname Scarlet, ¿pero cómo te vas a casar con él después de todas las canalladas que te ha hecho?
—Él quiere que formemos un hogar para nuestro hijo, y queremos dejar atrás todos nuestros problemas.
—¿De verdad estas segura de querer casarte con él? —Ella no mostró entusiasmo, Juan Carlos se acercó y le agarró la mano, la miró a los ojos de una forma que no lo había hecho antes y le dijo:
—Scarlet, si te vas a casar con él para que no te quite al niño no lo hagas; te aseguro que puedo ayudarte a conservar a tu hijo contigo. —Ella agachó el rostro.
—No es por eso que me caso.
—Estoy seguro que él te tiene amenazada; tú no te mereces a un hombre como Rodrigo. Eres una buena mujer, y mereces que te quieran y te respeten. Dudo que Rodrigo pueda hacerlo.
—¿Qué no podré hacer? —Preguntó Rodrigo con enfado. Juan Carlos le dijo sin pelos en la lengua.
—No puedes hacerla feliz.
—¿Y tú quién diablos te crees para decirlo?
—Soy amigo de Scarlet, y sé que tu solo la vas a maltratar y la harás la mujer más infeliz de todo México.
—Lo que suceda entre Scarlet y yo no es de tu incumbencia, ella será mi esposa, no te permito acercarte a ella de ahora en adelante. —Scarlet intervino y dijo enérgicamente:
—Basta ya de discutir. —Ella miró a Juan Carlos y bajó la voz—. Rodrigo y yo pensamos que casarnos es lo mejor. Y tu Rodrigo, te pido que dejes de reñir con él. Juan Carlos y yo somos amigos, y lo seguiremos siendo, así que quiero que se respeten.
—Pues no pienso permitir que este imbécil se te acerque. —Ella miró a Juan Carlos.
—Por favor déjame a solas con Rodrigo un momento, pero no te vayas, solo debo aclarar algunas cosas con él. —Juan Carlos miró con recelo a Rodrigo:
—Está bien Scarlet, estaré cerca por si este neandertal te hace algo.
Juan Carlos con la mirada amenazó a Rodrigo mientras se dio vuelta y se marchó dejándolos solos. Scarlet lo miró fijo a los ojos y le habló en un tono áspero:
—Quedamos en que solo será un matrimonio de parapeto.
—Por supuesto que así será, jamás podré verte como a mi mujer.
—Y yo jamás podré verte como a mi esposo, así que desde ya te digo que comiences a respetar a mis amistades, empezando por Juan Carlos, y no se te ocurra volver a decirle que se vaya, porque él siempre estará cerca de mí.
—Claro, piensas tenerlo de amante.
—Eso no te incumbe.
—Nuestro matrimonio será solo una farsa, pero nadie tiene porqué enterase que andas con otros.
—Por supuesto que nadie debe enterase; mientras tú o andes montando escenitas de esposo celoso nadie tiene por qué saberlo.
—Ja, esposo celoso, ya quisieras.
—Ahora te pido que te vayas, Juan Carlos me llevará a la casa del Conde, no es necesario que sigas aquí.
***
Scarlet regresó a la casa del Conde y al atardecer la fue a visitar Michael.
—Cómo has estado Scarlet. —Le dijo dándole un abrazo y beso en la mejilla.
—He estado un poco quebrantada de salud.
—Me enteré de tu embarazo, y también de la propuesta de matrimonio que te hizo Rodrigo. Lo cuál te digo que a Israel y a mí nos parece una total locura, hiciste bien en negarte.
—Michael, Rodrigo y yo decidimos casarnos este fin de semana. —Michael se quedó anonadado.
—Pero vas a sufrir con ese matrimonio, Rodrigo piensa que tú eres... ya sabes.
—Rodrigo usará mi pasado de bailarina para quitarme a mi hijo.
—Pero él no debería hacer eso, tú eres su madre.
—Tu qué lo conoces desde hace tiempo, ¿crees que él sería capaz de quitarme mi hijo? —Michael se quedó mirándola, arrugando la cara le dijo:
—Yo si lo creo capaz, si le quitó la mujer a su mejor amigo, me imagino que también te quitará a tu hijo.
—¿Por qué dices eso? ¿Acaso Ángela era novia de un amigo de Rodrigo?
—Si te contara, Ángela prácticamente era la mujer de Alejandro —Michael le contó toda la historia—. Lo peor fue el día de la boda, la muy sinvergüenza lo dejó plantado en el altar porque estaba preñada de Rodrigo. A Alejandro le tuvieron que poner curas de sueño varias semanas y hasta lo sacaron el país por varios años para que se recuperara. ¿Te imaginas que "tu” mejor amigo y la mujer que amas te traicione de esa manera?
Ahora Alejandro se está vengando de Rodrigo y está arruinando a toda la familia y a los socios del grupo S&B, mejor dicho, todo el mundo está pagando por lo que ese par le hicieron. —Scarlet se llenó de indignación contra Rodrigo.
—Cada día descubro más cosas de Rodrigo que me hacen aborrecerlo.
—Israel me mataría si se entera que te lo conté; él justifica a Ángela porque supuestamente Alejandro la golpeaba y la maltrataba, la verdad yo lo dudo, Alejandro no parece mala persona, su hermana estudio conmigo y jamás escuché a decir nada malo de él, solo los Salvatierra, y por supuesto los pares de Ángela.
—Bueno, los padres de Ángela parecen personas muy correctas.
—Sí, pero ellos le creyeron a su hija. Bueno, si te casas con él puedes hacerle la vida imposible y vengarte de todo lo que te ha hecho.
—Tengo un plan, permaneceré casada con él hasta que mi hijo tenga la capacidad de elegir ante un juez con quien quedarse, ahí le pediré el divorcio. Además estoy segura que tendrá otras mujeres, y reuniré muchas pruebas durante años. Rodrigo me amenazó con mostrarle fotos mías bailando desnuda a un juez para quitarme a mi hijo; yo le haré exactamente lo mismo, le haré beber de su propia medicina. Por favor ni una palabra de esto a Israel, sé que es mi amigo, pero Rodrigo es como su hermano.
—Tienes razón, pero Israel no quiere que sufras casándote con Rodrigo.
—Dile que soy fuerte y no dejaré que Rodrigo me doblegue.
En la noche Rodrigo llegó a la casa del Conde para hablar con ella, esta vez estaba acompañándola Rosario, la empleada de la madre de Juan Carlos.
—Señorita Scarlet, abajo en la sala está el señor Rodrigo.
—Dile que suba. —Scarlet se recostó en el espaldar de la cama y lo esperó.
Rodrigo entró a la habitación.
—¿Cómo sigues? —preguntó con tono frio y distante.
—Bastante mejor. —Respondió ella por educación.
—¿Ya hablaste con tu familia?
—Sí, ya les dije que viajáremos en cuanto antes para casarnos allá. —Scarlet agachó su cabeza—. Ellos quieren celebrarnos una fiesta.
—¿No se te ocurrió inventar algo para evitar la "fiesta"?
—Lo intenté, pero mi papá no aceptó.
—¿Entonces?
—Debemos estar con ellos al menos dos días.
—Entonces nos iremos mañana mismo, pasaremos con ellos el fin de semana, y regresáremos el domingo por la tarde.




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