Scarlet

121

Cuando Israel llegó a la casa de su madre, ella ya lo estaba esperando en la sala.

—Aquí estoy mamá, ¿qué me ibas a decir? —él se quedó de pie junto al sofá donde ella estaba sentada.

—Quiero que me aclares una cosa que me parece horrible. —Israel se preguntaba si tal vez ella había descubierto su secreto, suspiró en silencio y cogió valentía. Con una voz serena le dijo:

—¿De qué se trata?

—Se trata de Scarlet, la esposa de Rodrigo. ¿Cómo es eso que ella y tú se acostaron? —A Israel se le aceleró el corazón.

—¿Quién te dijo eso?

—Elena lo gritó hoy a los cuatro vientos, lo dijo delante de todos en la casa, hasta delante de Braulio.

—¿Pero por qué tía Elena dijo eso de Scarlet y de mí?

—Porque esa mujer está embarazada, y Elena dice que ese hijo puede ser tuyo. —Israel con celeridad se sentó al lado de su madre que tenía cara de preocupación.

—Eso no es verdad, ese niño es de Rodrigo.

—¿Cómo hago para creerte?

—Mamá. —Ella lo miró fijo a los ojos.

—Dime una cosa, ¿Rodrigo sabe que te acostaste con ella?

—¿Por qué preguntas eso?

—Solo respóndeme. —Israel agachó el rostro, ella lo observó por algunos segundos.

—Entonces si te acostaste con ella y él lo sabe.

—No mamá, las cosas no son lo que parecen.

—Todos en la familia ya lo saben, y cuando ese niño nazca, van a clavar sus ojos sobre él para cerciorarse si se parece a ti o si se parece a Rodrigo.

—No mamá eso no… —Ella lo cacheteó.

—Sinvergüenzas, Rodrigo y tú son un par de sinvergüenzas e inmorales, habiendo tantas rameras en el mundo escogieron una sola para revolcarse con ella. Ahora quién sabe lo que sucederá en la familia por culpa de ustedes dos.

—Mamá debes creerme.

—Mejor déjame sola —Ella empezó a llorar—. Cuando tu papá y tus hermanos se enteren de esto. Y Elena, el resto de la vida deberé aguantar sus reproches. —Israel intentó tocarla para consolarla pero ella lo esquivó.

—Déjame sola.

***

A la hora de cenar Rodrigo llegó a la mesa. Como Scarlet no estaba con él Braulio le preguntó:

—¿Y tu esposa por qué no viene a comer con nosotros?

—Se quedó dormida, está muy agotada, estos días no ha dormido bien. —Raiza le dijo a su hermano.

—¿De verdad tenemos que soportar a esa mujer no solo en la casa sino que también comerá con nosotros en la mesa.

—Sí, mi esposa comerá con nosotros Raiza. —Elena agregó:

—A lo mejor ese hijo que espera es tuyo, pero no era necesario casarte con ella y menos aún hacía falta traerla a esta casa.

—Si el que la haya traído a esta casa es el problema lo puedo resolver; mañana mismo me mudo con ella a otra parte y se acabó el problema. —Braulio les dijo:

—Dejen de discutir. Raiza, Elena les exijo que respeten a Rodrigo y a Scarlet, si continúan con la bronca yo mismo los ayudaré a mudarse a su propia casa.

Israel llegó a su apartamento muy deprimido por todo lo que le había dicho su madre, Michael ignorando lo que sucedía con un tono muy animado le habló desde la cocina.

—Preparé de cena una pasta a la carbonara que me quedo de rechupete. —Israel pareció no escuchar lo que le dijo y se sentó en el sofá muy desanimado, Michael lo notó extrañó, entonces se lavó y se secó las manos y fue a la sala. Cuando vio su cara le dijo:

—¿Sucedió algo malo? —Se sentó a su lado y le agarró una mano mientras lo miraba esperando su respuesta, Israel agachó la cabeza.

—¿Le pasó algo malo a tu mamá? —A Israel le empezaron a salir lágrimas.

—Todos en mi familia piensan que el hijo de Scarlet puede ser mío.

—¡¿Qué?!

—No sé quién le habrá dicho a mi tía Elena que Scarlet y yo estuvimos juntos, y ella se lo dijo a todos, mi mamá dice que todos en la familia se están preguntando si yo soy el padre de esa criatura.

—Bueno, pero con un examen de ADN se resuelve.

—Sí, pero Rodrigo es como mi hermano, si él llega a pensar que es mío ¿qué hago? y las consecuencias para Scarlet serían peor. Me siento terrible.

—Debes aclararle a Rodrigo que no estuvieron.

—¿Cómo? Si Scarlet y yo hicimos todo para que él lo creyera.

—Tu primo es un estúpido, y tu un idiota cuando te prestaste para esa porquería, debiste hacerme caso.

—Quiero acostarme. —Israel muy desanimado se fue a su cama y se acostó sin cenar, se puso de medio lado mirando hacia la ventana. A Michael también se le quitó el hambre, entonces preparó un té y se lo llevó.

—Te traje un té que puede ayudarte.

—Gracias. —Dijo el otro sin siquiera voltear a verlo.

Michael lo dejó solo otro rato, después él también se metió a la cama.

—¿Te sientes mejor?

—No, me siento peor... hubieras visto cómo estaba mi mamá de destrozada, dijo que Rodrigo y yo éramos unos sinvergüenzas, que de todas las rameras que existían habíamos contratado a una sola para acostarnos con ella.

—Eso se oye muy feo, pero tu madre no debió hablarte así.

—Ella siempre se ha dejado influenciar por mi tía Elena, ahora le preocupa sus reproches por lo que supuestamente Rodrigo y yo hicimos.

—Perdonadme por volver a decir lo de siempre: pero tu tía Elena es una vieja metiche, cacatúa y mugrosa. Ojalá algún día alguien la ponga en su lugar como debe ser.

***

Antonella habló con su padrino acerca del repentino matrimonio de Rodrigo.

—Padrino, ¿tú lo sabías?

—El viernes lo supe. Lo siento Antonella, en verdad me hubiese gustado que tu fueras la esposa de Rodrigo, pero hay un hijo de por medio, me parece que él hizo bien en formar una familia. Así mi nieto crecerá en su propio hogar.

—Tienes razón padrino, aunque no dejo de preocuparme por Rodrigo, es que he oído cosas de Scarlet.

—No te preocupes, ella es buena persona, a pesar de su pasado que no es nada bueno; pero supongo que deberá rectificar y pensar en ese hijo.

—Eso espero por el bien de Rodrigo y de toda la familia. —Ella pensó dentro de sí:




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.