CAPÍTULO 21
Narrado por ALENKA
Tiempo atrás…
—¿Mamá?
Ella está en su cama, parece desmayada. No lo sé. ¿Así se ve una persona muerta? Me acerco un poquito más, con un dolor en el pecho muy raro, como si unas manos me apretasen fuerte desde el pecho y la espalda y tuvieran toda intención de romperme como en los dibujitos de la TV cuando hay una pelea.
Pero acá nadie ha peleado.
O eso creo.
Hubo gritos anoche.
Ulises se levantó en un instante y mamá lo mandó de regreso a la cama. Hay noches peores, algunas donde hay gritos, enojo y gente que entra y sale de la casa, aunque no tenemos idea con Ulises de quiénes son o qué pueden querer con mamá. Algunos vienen enojados pidiendo cosas, en otras ocasiones nos escondemos bajo la cama o en el armario cuando intentan meterse en la habitación donde dormimos con mi hermano.
Pero esta vez es diferente.
Esta vez no hemos podido dormir nada en toda la noche y he decidido ir a ver qué está haciendo mamá.
Me voy hasta su cuarto y la veo en la cama, boca abajo, cubierta con una manta hasta la cintura aunque no se ha puesto la pijama para dormir.
—¿M…ma…mamá?—me acerco nuevamente a ella y me doy cuenta de que estoy llorando. Intento moverla, pero no lo hace.
Hay olor feo.
Anoche la gente se ha quedado hasta muy tarde, de hecho, hace poquito nomás que escuché que se fue el último señor. No iba muy parecía, parecía exaltado, de hecho cuando arrancó el motor de su coche salió rugiendo por la calle a toda velocidad.
Muevo a mamá y me acerco hasta verle el rostro.
Está boca abajo, con algo blanco saliendo de su boca.
Me asusto y retrocedo un poco.
¿Se ha…se ha vomitado?
—¡U…Ulises!—grito, alterada, yendo hasta la puerta de la habitación de mamá. Las lágrimas me saltan para todas partes al igual que los mocos—. ¡Ulises, ven!
—¿Qué sucede?
Él se aparece luego de un rato con cara de soñoliento. Parece que él si ha podido dormir, pero yo no, yo he estado preocupada toda la noche por mamá.
Y ahora también en el día.
—¡Es mamá!—le digo, tratando de limpiarme los mocos con la mano y el brazo—. Creo que…creo que está…
Ulises la mira en la cama.
Camina hacia adelante y se queda de piedra.
Una vez que avanzo, le pregunto:
—¿Hay que llamar a la ambulancia?
—No sé cuál es el número.
—Fíjate en Internet.
—¿Y cómo? Llama al 911, es el número de las películas.
Él intenta acercarse a ella mientras yo busco el móvil entre las pertenencias de mamá. Se me ensucian las manos con azúcar y algunas cosas que ella tiene en los bolsillos. Aún estoy llorando mientras marco los números con los dedos que me tiemblan. Trato de recordar en la escuela cuando nos enseñaron los números y creo que he colocado los correctos.
—¿Mamá? Mami, por favor… Mami…
Ulises también está llorando.
Finalmente alguien atiende al otro lado.
—Policía. ¿Cuál es su emergencia?
En la actualidad...
—Mamá llegó. Mamá está aquí, mis amores. Vengan a darle un abrazo a su madre que les ha extrañado tanto en todo este tiempo.
Ella está aquí.
Está bien.
Durante algunas ocasiones imaginé que ella ya estaría en el cielo, brillando como una estrellita, luego de las últimas oportunidades que tuvimos de verla tan enferma, tan mal, con tantos problemas y gente que la iba a buscar a casa.
La mayoría de esos recuerdos parecen haberse escondido en mi cabeza, pensando solo en las cosas buenas de ella, como nos dice papá.
Ella está delante de nosotros.
Por suerte, parece verse mejor: ha ganado un poco de peso, se ha cortado el cabello y viste ropa bonita.
Ella está mejor.
Está bien.
Está aquí.
Para nosotros.
—Oh, mamá—digo, con la voz llena de emoción y corro hasta ella para abrazarla, sintiendo su perfume, su olor, el olor de su cabello tan rico.
No cabe duda que sí. Que es ella.
—Mami—lloro contra su pecho
—Mi vida. Qué alegría tenerte conmigo. Me hicieron mucha falta.
—Tú… Tú también, mami…
Ella se vuelve a Ulises y le tiende la mano.
—V…ven, bobo—le digo.
—Vamos, cielo. Ven. Dale un abrazo a tu madre.
Papá parece haberse congelado en el lugar mientras observa la situación. Ulises camina hasta papá y se oculta detrás de él mientras dice:
—No. Que se vaya. No quiero ver a esa mujer.