Se Busca Mamá

CAPÍTULO 34

La gente aplaude de pie. Es una ovación. Sostengo mi último libro publicado en alto mientras observo el auditorio lleno tras haber escucho mi speech de presentación del último título “Poder y Pensar” el cual ha sido prácticamente guía espiritual de muchos líderes y autoridades de la contemporaneidad. Tengo vigencia en el mercado actual, mi rostro está en las vidrieras de las principales librerías de todo el mundo en occidente, los derechos de traducción llegan a más de quince idiomas y dondequiera que voy hay una persona con un libro mío en la mano o que lo compra en una tienda exprés cercana para acercarlo a mi poder para que lo pueda firmar. Hay notas de mis libros en diarios de todo el mundo, tengo una agenda super apretada y por fin comienzo a vivir un sueño a base de trabajar en la escritura de tiempo completo, constantemente ávidos de más.

Mi tiempo se va agotando, los días se van demasiado rápido y me encuentro con gente maravillosa en cada lugar donde voy. Gente que me trata de maravilla aunque en más de una ocasión me lleva a preguntarme si me seguirían queriendo si no fuera porque tengo tantos lectores y seguidores, es como si todos quisieran un pedacito de ti cuando estás en la cúspide, es como si cada quien tuviera algún motivo para hacerte brillar a cambio de que le des un poquito de tu atención.

Lejos de que el agotamiento pueda dejarme sin energías para escribir, consigue darme mayor relevancia aún, consigue hacerme sentir privilegiado y digno de elevar al cien por ciento mi potencial y mi estímulo con la escritura. Antes si no era en mi biblioteca o en la cocina de mi casa no escribía; hoy donde menos estoy es en casa y posiblemente vaya a comprar algo mucho mejor y más grande también en Varsovia. He pensado la opción de irme a los Estados Unidos a vivir ya que el inglés se ha convertido en mi mercado número uno, sin embargo, opté por lo seguro y no convertir mi vida laboral en mi vida personal así que el hogar seguirá llamando en mis tierras queridas.

Durante mi regreso a Polonia, amigos de mi carrera universitaria en negocios me esperan para una celebración por el éxito de mi primera gira tan grande en el ámbito de la industrial editorial.

Saben que siempre amé escribir y lo prioricé poniendo en práctica mis propios preceptos de visualización.

En mi vuelta, los medios locales de TV, radio y gráficos colapsan mi agenda y siento que la expectativa es cada vez mayor.

Mi mail revienta de mensajes de editoriales con propuestas y de plataformas digitales con contratos que quieren hacer para mis próximos títulos.

Todo es una locura

Admito que no fue mala idea el no haber firmado la exclusividad de autor en una primera instancia porque las oportunidades que esto puede desplegar son asombrosas. Huyo de mi mail a mi whatsapp viendo un mensaje que me llama la atención.

Es de Krysta, mi editora.

Quiere que esta noche cenemos para conversar de un asunto importante. Acepto, pero le cuento que he quedado también en cenar con amigos, por lo que convenimos juntarla con mis amigos para discutir los asuntos importantes.

Optamos por sushi.

Antes de la cena, ella me aparta en dirección a otra mesa para dejar en claro los asuntos de buenas a primeras.

—Escucha, el tema es simple, no voy a robarte más tiempo esta noche y debo marcharme pronto porque ya he quedado en otra cita.

—Vaya, no pierdes el tiempo.

—El asunto es el siguiente: hemos recibido propuestas de inversión a la editorial de parte de productores importantísimos y firmas de inversión que trabajan con ellos que buscan hacer de tu carrera una suerte de estrella de rock.

—¿De qué hablas? Ni siquiera trabajo en la música.

—Ya lo sé. Pero tus presentaciones estuvieron repletas de gente con muchos que quedaron fuera y lo siguieron online. ¿No viste tus redes? Está estalladas de gente. Resulta que figuras super importantes están recomendado tu libro Poder y Pensar. Hasta la vicepresidenta de los Estados Unidos ha subido una imagen a sus historias de instagram confesando que siempre quiso leer algo como eso, pero hasta ahora no lo había encontrado en el mercado. Un coach político de los demócratas también ha hablado de tu libro en TV por lo que espera a que muchos otros reconocidas figuras sigan haciéndote popular.

—Tengo otra idea en mente para mi carrera escribiendo…

—Todas, todas tus ideas. Publicaríamos hasta tu lista de compras, querido. Sabes que la gente lo consideraría un mandamiento superior.

—Yo…

—Piénsalo. Nuestros inversionistas están ansiosos.

Ella lo que ansía es ver crecer a la editorial, lo entiendo, pero no sé a qué costo. No es esto lo que deseo para mí ya que es mucho el estrés de dar conferencias.

Amo hacerlo, pero ¿planificar tantas tan seguido y cumplir con expectativas altísimas? ¿Qué sucedería luego?

Tras un largo suspiro, alguien se acerca a nuestra mesa de dos en la que hemos decidido apartarnos para conversar con Krysta.

Estoy a punto de decirle que ya hemos sido atendidos y venimos con otra mesa que está atrás junto a amigos, pero quedo pasmado observando el rostro de la chica que ha venido a atendernos.

Es hermosa.

Una suerte de semblante angelical y provocador en partes iguales.

Se me traba la lengua en cuanto quiero hablarle, pero solo la escucho:

—Buenas noches. Mi nombre es Sabrina. ¿Puedo tomarles el pedido?

 




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