Se compra esposa

Tenías que ser tú

Como siempre, cada vez que se disfruta el tiempo, este avanza demasiado a prisa.

Alexander se encontraba ultimando los detalles de su casa ya que mañana le daría la sorpresa a su esposa y se mudarían al lugar que alguna vez le mostró y donde le prometió que haría una casa para que pudieran vivir con tranquilidad.

Los trabajadores, hace rato que se habían ido y solo quedaba él, mientras tomaba una copa de vino reflexionaba a cerca de todo lo que había vivido desde que Gabriela llegó a esta, al principio claro está que no supo valorarla tal como ella se merecía, pero con el tiempo logro que esa mujer fuera ganando un espacio en su corazón del cual no ha salido, ni siquiera por todos los embustes que su padre había fraguado contra él. Todo lo que hasta ahora parecía casualidad, ahora sabe que detrás estaba la mano del hombre que le dio la vida.

Alexander padre se encontraba tras las rejas en espera de un juicio que claramente no tiene esperanzas para él, nada de lo que diga o haga será suficiente para que un juez lo crea inocente, todo lo que tiene hasta ahora es el fruto del odio que su corazón albergo, la ambición y su egocentrismo lo llevo hasta donde se encuentra hoy.

Alexander hijo, prefiere no pensar en ese hombre y decide concentrarse en su presente, su pequeña Ángela que lo tiene todo embobado, a la que ama con el alma, así como a su esposa. Escucharla balbucear o verla sonreír lo derriten como si fuera chocolate cerca del calor, así es esa niña que llegó por sorpresa, nadie la esperaba y a veces resulta un poco abrumador ya que de la noche a la mañana se convirtieron en padres,  aun resultaba difícil acoplarse a ella, sin embargo ambos ponen todo de su parte para hacer que las cosas vayan bien y si en algo llegaran atener duda tiene a la mano a su madre a quien también se ha acostumbrado a verla seguido, sumándole su suegro ahora tiene una nueva familia en donde reina el amor, sobre todo hacia la pequeña de quien esta consiente que en un futuro le sacara algunas canas verdes, y es precisamente porque sabe lo rápido que el tiempo avanza que se  dedica a disfrutar cada segundo con su familia.

Cuando conoció a su suegro supo que había encontrado a un padre más, vio el amor con el que miraba a su hija y cuando este le contó lo trágico de su historia, más la forma en que se comportaba antes de perderlo todo, mientras escuchaba su relato recordó cuando Emma llego hasta ella y la amenazó con matar a la familia de sus esposa si no se acostaba con ella, por los tiempos y la forma en que sucedieron las cosas entiende demasiado tarde que ellos ya lo sabían y solo utilizaron ese chantaje para hacerlo caer, con esto en mente buscaría la manera de llegar hasta ella y hacerla pagar por lo que hizo. Volviendo al relato de Gabriel, escucho a la perfección sus palabras y en su en su mente se quedaron grabadas.

—Jamás supe lo que tenía hasta que lo perdí, mi familia se marchó y fue en ese momento que me di cuenta de su valor, mismo que no supe ver antes de la tragedia, hora estoy convencido que hay que aprovechar el tiempo que tenemos con nuestros seres queridos, antes de que el tiempo se encargue de separarnos de ello.

Y Alexander también lo sabe, se dio cuenta de la valiosa mujer que tenía cuando comenzó a comportarse indiferente con él, cuando la vio cambiada y se dio cuenta que alguien más podría fijarse en ella, así que solo actuó y ahora no piensa alejarse de ellas por nada del mundo.

Deja la copa en la cocina y después de supervisar que todo está en orden toma su camioneta y lo ponen en marcha hasta su casa, al llegar se escuchan voces en la sala, se dirige hasta ahí y se encuentra con Fabricio, su mamá, Gabriel, su esposa e hija quienes parece que se encuentra en una charla muy intensa.

—Le repito que estoy divorciada y la palabra esposo la uso solo porque así lo considero, pero en realidad nosotros ya no estamos casados.

—¿Cómo es eso posible? —Escucho decir a Gabriel.

—Creo que Alexander debe dar muchas explicaciones —intervino Fabricio y antes de que alguien más pudiera hablar él se acercó hasta ellos.

—¿Puedo saber de qué hablan? —preguntó, aunque en el fondo ya lo sabía solo quería alargar un poco más su explicación.

Nadie responde.

Se acerca hasta Gabriela y deposita un beso en sus labios, enseguida toma entre sus brazos a su pequeña quien ha comenzado a despertar, aun es una bebé que solo duerme y come y seguramente ha despertado para pedir comida.

—Hola mi Angelita, ¿Cómo te has portado? ¿No has dado mucha guerra a mamá?

Como si ella le contestara comenzó a hacer algunos sonidos que al parecer de todos eran muy tiernos porque guardaron silencio y quedaron embelesados escuchando aquellos ruiditos hermosos.

Después comenzó a llorar y claramente era porque tenía hambre así que no le quedo más opción que pasársela a su esposa para que la alimentara, frente a todos comenzó a darle pecho a su hija, no tenía que retirarse a algún lugar alejado por pudor o algo parecido, amaba la conexión que tenía con su hija en estos momentos y mientras la alimentaba le dedicaba sonrisas y algunas palabras de cariño. Era una escena hermosa a los ojos del padre y esposo orgulloso.

—Ya sé de que hablaban —comenzó a decir y cuando todos están prestándole atención continua—. Y déjenme decirle que jamás me divorcie, que ella se lo haya creído es su problema. Pero es que después de saber que nos amábamos no podía dejarla marcar, ella se convirtió en mi razón de vivir, de amar, de querer ser mejor y por supuesto que no la soltaría fácilmente, porque te amo. —Esto último se lo dijo viéndola directamente a ella.




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