6. Basta de ignorar.

«En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber.»

—William Shakespeare.

Intentar complementar a alguien suele convertirnos en personas ignorantes.

Dentro de la ignorancia, cabe destacar que existen las siguientes acciones:

Terquedad, inmadurez, autoestima, dignidad y por último pero no menos importante, el habla.

Terquedad: No escuchar los consejos de tus amigos cuando sabes que tu persona especial no te ama.

Inmadurez: Hacer cualquier gesto posible para llamar su atención, que hasta incluyes a tu best friend para que te ayude mientras tu amado mira a otra.

Autoestima: Llorarle a tu almohada por las noches hasta quedarte dormido, diciéndote a ti mismo que no vales la pena para tu personita especial, y que al otro día te salude y te sientas la persona mas feliz del mundo.

Dignidad: Que te haya mandado mil y un veces a la verga (visto) y le sigas escribiendo por facebook o respondiendo sus historias en instagram.

El habla: Hay veces en que no sabemos como actuar al estar frente al chico o chica que tanto te gusta, te atacan los nervios y te derrites por dentro cuando te da la mano o te saluda con un beso en la mejilla. A casi todos nos pasa, no sabes de que hablar, dices disparates, inventas cualquier cosa para distraerlo o llamas a tu amigo para entablar una conversación. 

Podemos controlar el habla; sólo respira, piensa alguna actividad que harás al llegar a tu casa, sonríe sin que se te salga una carcajada, piensa que hablas con un amigo o con un desconocido que acabas de conocer, si ya tienes conocimiento sobre su vida, vuelve a preguntarle cosas como su edad, cumpleaños y todo lo que se te venga en mente para que pueda notar tu interés de una manera simple. Si te sigue la corriente y un simple "hola" se convierte en una extensa conversación, inténtalo, no te rindas. Si ocurre lo contrario, y el hola termina en un adiós, no sigas intentando, puede que te aburra y termines decepcionado (a).

«Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.» 

—Antoine de Saint-Exupéry.