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26. Negociación

—Madalina, escucha con atención—dice Aldrich, iniciando con sus indicaciones a las que intento prestar más atención de la que realmente puedo con el torbellino que me invade—. Ander Lewandowski, el candidato presidencial por la oposición, vendrá a verte. Esto no es solo una visita de cortesía, es mucho más importante que eso. Puede que sea una promesa cumplida de su parte.

Me inclino hacia adelante, mis manos apoyadas en la mesa fría que nos separa donde nos han permitido reunirnos. Siento una mezcla de curiosidad y ansiedad al oír el nombre de Lewandowski. Conozco su reputación, sé que es una figura influyente y que está en contra del sistema corrupto que protege a personas como Pawel. O bien, simplemente él y los suyos les odian por motivos que les son particulares. Pero ¿qué puede querer de mí?

—¿Por qué vendría a verme si no estoy vinculada a la política?—pregunto con sorpresa, sin poder evitar el escepticismo en mi tono—. ¿Si me vinculo a ellos, no perdería credibilidad mi causa? Además, Ivo no puede volver a manos de Pawel, por todos los cielos.

Aldrich entrelaza sus manos al evaluar mis palabras, mirando a su alrededor brevemente antes de responder.

—Ivo está con Nikodem, hemos conseguido que así sea mientras estés en esta celda de manera provisoria. Lewandowski está buscando alianzas con personas que puedan fortalecer su plataforma y tu eres una personalidad destacada que quiere tener de su lado; desde el primer momento que buscamos su apoyo tuvimos su visto bueno y ahora parece que tenemos también su compromiso. Tu caso es muy mediático, y todo lo que has expuesto sobre Pawel y su familia ha captado la atención de la opinión pública. Ya hay funcionarios que se están queriendo despegar de ellos. Lewandowski quiere tu apoyo, y está dispuesto a ofrecerte su respaldo a cambio.

Siento un nudo formarse en mi estómago. Esto es más grande de lo que imaginaba. No solo se trata de mi libertad o de exponer a Pawel, sino que ahora estoy en medio de un juego político en el que mi voz tiene un valor inmenso. Pero a mí todo lo que me interesa realmente es Ivo y Nikodem, no tengo otra prioridad en el mundo más que ellos dos.

—¿Y qué se supone que tengo que hacer? —pregunto, sintiendo la presión aumentar con cada palabra.

Aldrich me mira fijamente, evaluando al detalle su respuesta.

—Cuando te ofrezca el trato, debes asegurarte de que lo que recibes a cambio es sólido. No te dejes llevar por las promesas vacías que te hagan sino que todo se debe contrastar en plazos, Madalina: cierran el arreglo y hoy mismo sales de aquí. Él te defenderá públicamente y tú le darás respaldo. Tendrás la tenencia absoluta de Ivo y él te felicitará, pero tu elevarás esa salutación y la harás pública. Quién sabe, quizá si gana las elecciones consigamos que Pawel vaya preso. Que él esté preso y no tu, como debería ser en realidad.

Si me hubieran preguntado hace una semana si quería que el padre de mi hija vaya preso literalmente, hubiera dicho que no.

Que ni loca.

Que mi hijo no podía crecer yendo a ver a su papá biológico a la cárcel aunque este sea una lacra y aunque Nikodem sea su verdadero padre.

Pero ahora que estoy aquí encerrada, sé lo peligroso que es en realidad y me da igual quererlo preso o muerto. Solo lo quiero fuera de la vida de mi hijo total y definitivamente, de mi hijo, mía, de Niko y de todos los que me importan.

Aldrich prosigue:

—Lewandowski es astuto, sabe cómo jugar este juego. Te ofrecerá su apoyo, pero lo que realmente quiere es que te conviertas en la imagen de su campaña contra la corrupción. Si él se posiciona contra los que son de turno y los cataloga de corrupto, le hará parecer una persona seria. Tienes que negociar. Pídele garantías, asegúrate de que sus palabras no se queden en promesas. Este es el momento de consolidar tu posición con aquellos que valen la pena tener de nuestro lado.

Asiento, aunque mi mente está dando vueltas. ¿Ser usada como la imagen de una campaña? ¿Negociar con un candidato presidencial? Todo esto me parece tan fuera de la realidad, no puedo creer que he logrado todo esto.

Hace apenas unos días estaba luchando por mantenerme a flote, y ahora estoy a punto de entrar en un juego político que nunca imaginé, pero en el que estoy decidida a jugar todas mis cartas con tal de conseguir cierta redención.

Aldrich se inclina hacia adelante, su expresión se observa más seria que nunca antes. —Lewandowski necesita que le des legitimidad. Tu historia lo hará parecer un salvador en medio de esta batalla de causas nobles. A cambio, exigiremos no solo tu libertad, sino una campaña activa de apoyo a todas las mujeres que han sido víctimas de abusos como el tuyo y tu irás a la cabeza. Exige protección, exige justicia. No solo para ti, sino para las demás, Madalina. Aprovecha la oportunidad para salvarles.




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