Seis Fragmentos y Un Recipiente

Prologo

***

El olor de la fritura podía sentirse desde su oficina, o como ella le decía su "Baticueva". Una pequeña habitación en donde habían dos mesas de escritorio, con sus respectivos asientos, y un pequeño estante a la entrada.

Estirándose abrió la ventana, dejando que el olor pudiera salir de la casa. Los perros 2 ya estaban sintiendo el aroma, que solo esperaban un pedazo sentados en la puerta.

—¡La comida ya está servida! —exclamo su madre . Su voz se escuchaba ya irritada.

De mala gana la joven cerro la puerta, y camino cruzando el cuarto compartido de su hermana y ella, llegando a la cocina.

—¿Me siento nomás? —pregunto en un bostezo.

—¿Quieres invitación acaso? —le cuestiono su madre de mala gana.

La joven soltó un bufido, dejando caer su cuerpo en su asiento con una gracia de alguien que no tiene prisa por nada. La mesa, vieja pero firme, estaba puesta con cinco platos en cada puesto, un pan fresco junto a rodajas de tomate acomodadas en una fuente, la mantequilla lista para untar y unas humeantes tazas de té.

Sus ojos vagaron por la cocina, fijándose en su hermana mayor a su lado, su padre sentado al frente, y su madre a su derecha, con el ceño fruncido y un gesto cansado. Desde la sala se escuchaba a su hermanita menor riendo, perdida en su propio mundo de fantasía.

Por un momento solo había silencio. Se escuchaba solamente el tintineo de las cucharas chocando contra la porcelana de cada taza, y el leve susurro del viento colándose por la ventana, con las ramas golpeando el cristal, recordando como ya era casi de noche.

Fue en ese entonces cuando sintió la mirada critica de su madre sobre ella. Algo que la hizo fruncir el ceño.

—¿Que?

Su madre se demoro en responder, sus dedos se movieron sobre el mantel, antes de soltar un suspiro.

—Te pareces tanto a la Eulogia —sonrió levemente, mientras que una sombra de melancolía se posaba sobre su rostro—. Cuando te escucho hablar, es como escucharla a ella. Esos comentarios, son los mismos que decía ella, esa misma forma de hablar y de criticar. Todo eso, lo tienes tú.

Observo por un momento su reflejo en la superficie oscura del té, tratando de no pensar en eso.

Aquel comentario era distinto a los que ya le había dicho antes, y notaba que no seria la primera vez, ni la última que volvería a escuchar esas palabras.



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En el texto hay: misterio, pasado, suspenso

Editado: 04.04.2025

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