Seis meses para decir no

Capítulo 1

 "No te emborraches en una exposición de arte"

Aisha:

Mareo.

Deseo de vomitar.

Resequedad en la garganta.

Ríes sin motivo.

Te cuesta hablar

Todo se mueve a tu alrededor.

Estos son los claros síntomas de una persona ebria.

¿Cómo terminé así? No lo recuerdo.

Mi mente solo piensa en que todo a mi alrededor está dando vueltas. Como si estuviera en un carrusel, pero en es tan confuso ya que me encuentro en una exposición de arte.

Y no es para nada divertido ver tantos colores a la vez.

Consejo del día : No se emborrachen en una exposición de arte.

—Señorita, está pasada de copas es mejor que la lleve a su casa.

El pesado que me esta hablando es James, uno de los trabajadores de la exposición.

—Y....yo essstoy bien.

Vale, puede que no esté muuuuuuy bien. Pero ¿a él qué le importa?

—Señorita Aisha, es mejor que vuelva a su casa. Llamaré a su hermano.

Ese estas otro pesado. Mi hermano, Jack, por el fue que empecé a beber esta noche. Quería demostrarle que era lo suficiente madura para cuidarme por mi misma, aunque creo que se me fue de las manos un poco.

—Noooooooo, ni se te ocuuuurra llamar a Jackie Chan. —demando volviendo a tomar la copa de Champán y llevándola a mis labios.

Sí, me emborraché con champán.

¿Quién se emborracha con champán?

Al parecer yo.

—Señorita deje de beber —me quita la copa llevándose en el proceso una mirada matadora de mi parte—. Espere aquí que iré a buscar a su hermano.

Y se va.

Mi mente borracha tarda unos minutos en darse cuenta de que vendrán a buscarme, lo que significa, adios diversión.

Así que salgo de allí y comienzo a caminar rápido -lo que me permite mi cuerpo borracho-. En el camino le quito un copa a un camarero y la llevo a mis labios con una sonrisa.

Todo a mi alrededor sigue dando vueltas así que me tengo que detener y recostarme a una pared.

Esperen ¿Por qué la pared está suave y caliente?

Un poco patosa me separo de la "pared" y la miro.

Mi boca se abre al ver que la "pared" es un hombre extraño.

Uno muy sexy, cabe aclarar.

—Lo ssssiento, lo confundí con una pared. —me disculpo, o eso creo que dicen mis labios porque mi mente esta enfrascada mirando al hombre frente a mi.

Sin esperar un respuesta de su parte me decido ir de ahí pero cuando comienzo a caminar choco con otro hombre vertiendo el contenido de la copa sobre su ropa.

—¡Ay! —se queja llamando la atención de varias personas a nuestro alrededor— ¡¿Qué hiciste inepta?!

—L...lo sssiento, déjeme ayudarlo —me acerco con un pañuelo.

—¡Ni se te ocurra acercarte a mi! —pierdo el equilibrio y por un segundo creo que me voy a caer pero unos brazos me sujetan.

—Tenga cuidado.

Oh jodidos dioses del olimpo, acabo de morir y renacer al escuchar la voz del sexy extraño.

—¡Usted no se meta! —exclama el hombre enojado, me mira fijamente y su rostro expresa confusión—. Espera, yo a ti te conozco —me señala—. Le diré esto a tus padres, su hija es una borracha que se viste como ramera. Que poca clase.

—Callese ya —interviene el sexy extraño cuando ve mis ojos cristalizados—. Aprenda a respetar a una dama.

—¿Dama? ¿Respeto? —bufa riendo—. Primero se tiene que dar a respetar a ella y vistiendo así no lo hará nunca. Escúchame bien jovencita —se dirije a mi—. Prepárate para no encontrar esposo. Porque así, nadie te va a querer.

Y se va dejándome pensando en las consecuencias de mi ebriedad.

—¿Estás bien? —cuestiona el sexy extraño.

Tengo que dejar de llamarlo así.

—Si. —musito.

—¿Segura? —por un momento me enfrasco tanto en su voz que evado por completo su pregunta.

—S...si —respondo volviendo a la realidad.

Nuestra conversación continua hasta que me voy con él a su casa y...

¡Esperen un momento! Ya perdí el hilo de el relato.

Mejor rebobinemos hasta el inicio de la noche. Cuando me reencontré con Abby y Jack.

—Gracias Jack, pero sabes que es mí único cuadro que no esta en venta. —le aclara mi amiga a mi hermano.

Lo sé Abby, pero de todas formas es mi deber como tú representante y amigo decirte. —mi hermano sonrió en respuesta.

¿Y tu deber como chismoso? —dice mi amiga y decido interrumpir.

No despiertes al monstruo Abby. —digo a la espalda de mi hermano y este se gira para mirarme de frente.

Llegó la que faltaba. —se queja mi hermano bufando.

Pero no le crean, en el fondo se que me quiere.

Yo también te extrañe Jackie Chan. —apreté sus mejillas para molestarlo, ya que odia que haga ese gesto.

¡Respetáme Aisha que soy tu hermano mayor! —huy, ya se enojó.

Esta bien anger, pero no te enojes. —y ese es otro apodo que odia.

¡Abby ayúdame! —pidió Jack.

Lo siento, pero no me meto en líos entre hermanos. —dijo mi amiga levantando ambas manos en señal de rendición.

Mala amiga. —esta todo rojo.

Ven el porque del apodo anger.

¡Ya!, no te enfades con nosotras —musito y mi mirada se traslada a un lugar atrás de los chicos —. Oh por Dios, chicos miren a su derecha disimuladamente.

Detrás de nosotros se encontraban tres chicos, parados como estatuas mirando un cuadro. Abby y Jack miraron rápido a la dirección que les decía así que el efecto "disimulado" se fue por el caño.

¡Oh por Dios! a esos hombres si que me encantaría plasmarlos para siempre en un lienzo —Jack y yo la miramos con una ceja alzada— ¿Lo dije en voz alta verdad?

Ambos asentimos.

Pero has dicho una verdad amiga —dijo Jack sin apartar la vista de esos chicos—, ser así de guapo debería ser ilegal.



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En el texto hay: drama, amor, casamientos

Editado: 05.03.2022

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