Sendero de Sangre

Capítulo 2 : Un pequeño pueblo

Yo no soy mas que un simple trabajador de un pueblito al sur de América .

Tengo un caballo , llamado Rosario , que no es nada más que mí mejor y fiel compañero de vida . También tengo una esposa y 2 hijos , Samir y Julia . Ambos son muy revoltosos , aunque lamentablemente no tengo mucho tiempo para estar con ellos , que va , ni siquiera paso más de 8 horas por día en mí casa . El trabajo en el campo me exige mucho . Nuestro pueblo se encarga de exportar ganado a pueblos vecinos , pero aunque así nuestro pueblo parece ser del todo "legal" nuestra verdadera mina de oro es la fabricación y venta de armas . 

- Uf , que calor que hace hoy día! Esperemos que nos den un descanso pronto- Comenta uno de los hombres que se encontraba trabajando en ese campo conmigo. 

- La verdad que sí , el verano transforma este pueblo en un verdadero infierno - Le respondí .

- ¿Que te parece si cuando terminemos de alimentar a las gallinas nos vamos un rato al bar del pueblo? - 

Era una pregunta muy tentadora , pero no podía aceptar.

- Yo encantado , pero mejor lo dejamos para mañana . Ya se cumplen más de 12 horas sin que pueda ver a mí familia.-

 

Ya se eran eso de las 9 de la noche cuando llegue a casa .

​​​​​​Como uno de mis compañeros de trabajo se enfermó , tuve que cubrir su turno , aunque realmente no tenía muchas esperanzas en qué me pagarán también esas horas extras . El alcaide del pueblo , Wilson  , era alguien realmente tacaño que no estaba dispuesto a dar dinero ni a un necesitado . Y eso era una de las causas por lo que el pueblo tuvo que meterse en el tráfico de armas para poder generar dinero y recursos ,  aunque realemente el 70% de las ganancias iban para el alcaide .

 

Luces apagadas  y camas calientes con gente durmiendo dentro , era todo lo que encontré al llegar a casa . Lo que uno sacrifica a veces por el trabajo .

Como cualquier otra mañana me levanté temprano y recorte un poco mí barba , con este calor puede llegar a ser molesta . Me puse mí abrigo de cuero y mí collar de bronce , y tras enfundar mí cuchillo y ponerlo en el bolsillo interno de mí chaqueta partí hacia otro día de trabajo . 

 

- Ha sido un día largo , ¿no lo crees? - Me dice el mismo hombre de ayer.

- Si , eso creo . La verdad es que he llegado tarde y no he dormido muy bien - 

- Ya ya... ¡No olvides que debemos ir a tomar algo al bar eh!-

- Si claro , te lo debo . Pero pagas tú - Le comenté en tono sarcástico 

- Si es la única manera de hacer que te tomes un tiempo para relajarte , adelante . No tengo problema-

 

​​​​Y así fue como al salir del campo nos fuimos hacia el bar más famoso del pueblo . Aunque no es precisamente "buena" la fama de este bar. Hace unas semanas se lo acusó de vender alcohol a menores y de vender pólvora para la fabricación de armas , pero como al alcaide nada la importa más que el dinero , si podía sacar ganancias de esas movidas ilegales del bar , haría vista gorda y como si nada hubiera pasado sigue con su vida.

 

- Dame un vino , el mejor que tengas - Aclaro él .

- Por cierto ,¿como te llamas? - me atreví a preguntar.

- Llámame Arturo . No necesito preguntar  tu nombre , eres algo famosos por lo bien que trabajas en el campo , Leonardo - Termino diciendo . Y fue justo después cuando comenzamos a beber dejando atrás todas nuestras preocupaciones . Nos divertimos . Algo que no era muy habitual en gente con poco dinero como nosotros.

 



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En el texto hay: guerras, vaqueros y el oeste, soldados

Editado: 09.12.2018

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