―Acaso no escuchó cuando le dije que no bajara del auto, ¿qué yo iría hacia usted? ―espeto cuando ya nos hemos subido.
―Solo constataba que fuera cierto lo que dijo.
―¿Por qué mentiría acerca de mi familia? Y para más aclaración, esa es la familia dueña de la tienda que le vendió todo lo que está utilizando Sarah.
―Dije que quería constatarlo.
―Sí, pero no sabe el lío en el que acaba de meterme por presentarse así. ¿Acaso no teme que le reconozcan?
―Me he curado de eso, ahora dígame: ¿Qué clase de problema es para que esté tan molesta? ―pregunta y yo me rasco la cabeza.
Largo un suspiro.
―Olvídelo, igual puedo solucionarlo.
―¿Qué. Clase. De. Problema? ―inquiere enfatizando cada palabra.
―Dije que no le incumbe ―repito manteniéndome en mi postura, pero él no pone el auto en marcha.
―No me diga, ¿tengo que decírselo?
―Podría ser un problema que afecte su trabajo.
¡Diablos!
¡Qué hombre tan chantajista!
¿Pero ahora como lo digo?
¡Qué cuernos!
¿Por qué tengo que decírselo?, y pensándolo bien, es una locura.
―Sea sincera, tal vez pueda entenderlo.
―¿Lo dice en serio señor indulgente?
―Tengo algo de eso, así que hable de una buena vez.
―Primero salgamos de aquí y se lo diré en el camino ―propongo.
Evan por fin hace caso observando todos los ojos fijos en nosotros desde las ventanas de casa, y enciende el auto.
―A ver, ¿de qué se trata?
―Le he dicho a mi madre que estoy saliendo con alguien.
―¿Y?
―No es cierto.
―¿Y por qué le echa mentiras a su madre? ―pregunta cuando nos detenemos en un semáforo en rojo.
―Es una historia que no voy a contarle, así que conténtese con saber que me he inventado una mentira y usted ha aparecido para hacerles creer que es la persona de la que le estuve hablando.
―¿Por qué ella se haría esas ideas? ¿Acaso mencionó algo que me involucre?
―¡Por supuesto que no! Ni Dios lo quiera ―reacciono a sus palabras, y por su expresión creo que he sonado algo exagerada.
Pero es así, no tiene que ver con… él.
―¿Entonces? Explíquelo bien porque no puedo entenderlo.
―Bien, ahora mismo con su aparición se están haciendo una idea errónea de que es la persona con la que estoy saliendo.
―Debe ser una broma.
―No, pero no se preocupe, ya lo aclararé cuando encuentre a esa persona.
―¿De casualidad les va a presentar a su supuesto amigo?
―Claro que no, lo he hecho porque mi madre odiaría que me ennoviara con Daine.
―¿Así que busca ocultarlo con otro?
―¡No! Y parece que usted es igual de terco que mi madre al no entender que no tengo nada más allá de una buena amistad con él. ¿Ya ve por qué tengo que decir mentiras?
―¿No cree que sea una tontería? ―pregunta volviendo a poner el auto en marcha de nuevo cuando cambia a verde.
―Tal vez, pero no creo que me cueste encontrar a alguien que quiera fingir ser mi novio. De todos modos, es solo una medida extrema para quitarme sus acusaciones de encima.
―Definitivamente, es una tontería, pero haga lo que quiera mientras no descuide a Sarah ―masculla.
Pensé que diría algo más cruel, pero a la final es obvio que le importa lo que yo haga con mi vida mientras esto no perjudique el cuidado de su sobrina. Y ni me tiento a preguntar el porqué de tanto énfasis en ello, porque ya sé su respuesta.
Si no la entendiera, es probable que no me hubiera preocupado por ello y me habría ido corriendo como pensaba hacer en el principio. Después de eso ambos hacemos silencio hasta que llegamos a la tienda de productos de aseo para bebés, porque en efecto parece que lo de comprar pañales es cierto.
Como siempre, la tienda Happy Babys está cerrada y solo disponible para él. Un encargado nos recibe con una sonrisa bastante amigable.
―Bienvenido señor Hawthorne, estamos encantados de poder ayudarle. Sígame, le mostraré la sección de pañales.
―Seguro que le costó bastante cerrar este local solo para comprar pañales, ¿no cree que sea un despilfarro? ―murmuro hacia él mientras somos guiados por el hombre.
―¿Le preocupa que gaste mi dinero?
―Para nada, despilfárrelo como quiera ―digo apartándome y pensando que este hombre siempre sale ganándome en todo.
¿Por qué será?
Llegamos al ala donde los estantes están repletos de todas las clases de tallas de pañal, además de las muestras en cantidades. Mi teléfono vibra en ese momento y me disculpo para contestar en lo que el encargado habla con Evan.