Señor perfección✓

38. Una mujer insistente

Evan

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Sarah ha pronunciado la palabra “Ma” frente a todos y eso, al igual que verla de pie junto a la cama, no es algo que me esperaba. No, que nunca sucediera, solo que no tan rápido. El pediatra y el psicólogo estuvieron de acuerdo en que los retrocesos de Sarah eran normales, y que tomarían su tiempo; pero ella parece reponerse a sí misma bastante rápido.

Sé que lo hace porque los recuerdos de su madre están bloqueados. Es su mecanismo de defensa contra lo traumático que sería que la estuviese recordando todo el día. Como ocurría al principio. Ella solo lloraba de forma inconsolable y me enojaba conmigo mismo por no encontrar la manera de sanarla.

De alguna forma, me hacía sentir inútil y aún pensar que no sería capaz de conseguir cumplir con la voluntad de Eloise, porque lo cierto es que días antes de que llegara el momento de comparecer a la citación por la custodia de Sarah, había pensado en la posibilidad de dejársela a Veronica.

Más que bien, ella tiene experiencia con los bebés, sabe cómo cuidarlos y, pese a su hosquedad, no creo que maltratara a Sarah, sin embargo, en el mismo momento en que lo medité, a mi mente vino una imagen de Loise regañándome y amenazándome con no dejarme dormir si rechazaba su pedido. Por lo que tuve que amarrarme los pantalones y aceptar lo que se había designado, aunque con ello Veronica se empeñara en apelar.

Luego de todo ello no estaba tan convencido de lo que había decidido, pero luego de ver a Sarah detener su llanto y mostrarse dócil con una desconocida que apenas y había visto, me obligué a pensar diferente, aunque estaba enojado con esa persona que yo si conocía y muy bien.

Mi rollo de una noche. Era una completa locura, pero quién iba a pensar que se acoplaría muy bien con mi sobrina. Me resistí al principio, pero al ver que ella le daba un poco de calma y aún se alegró mucho cuando la traje de vuelta, estuve seguro de que no había hecho una mala elección, porque después de tontear noches con mujeres diferentes, ella resultó única y muy particular, que hasta yo creo que he caído en el mismo embrujo de Sarah.

―¿En serio vas a dejar que ella se haga cargo de Sarah? ―Danna pregunta mientras observamos desde el balcón cómo Madison y Veronica se adentran en el parque de la finca.

―¿No es obvio?

―Como puedes permitir eso.

―¿Y qué esperas que haga? ¿Qué te escoja a ti? ―la increpo.

―¿Por qué no? Estoy segura de que Sarah se acostumbraría a mí si la dejaras a mi cargo.

―Debes considerarte muy excepcional para ello, para que siquiera me lo sugieras.

―Evan, el pasado es pasado, ahora solo miro al presente.

―Perfecto, sigue mirándolo, pero lejos de mí.

―Dices eso, pero sé que solo lo haces porque sigues dolido. Yo reconozco que lo que te hice fue cruel, pero deberías entenderme, en ese momento él podía ofrecerme todo y tú no.

Danna me hace suspirar con desaliento, porque sus palabras, lejos de animarme a remover alguna fibra de eso que sentía por ella, solo me causa repulsión, y después de lo que ha pasado con Maddie, no creo que sea algo que quiera cambiar tan pronto.

Ella de alguna manera ha sabido ablandar el enojo que llevaba enconado por muchos años y hacer que vuelva a sentir que estoy vivo, que el mundo nunca se detuvo y siguió girando como una muestra de que el pasado si puede quedar atrás y las heridas pueden sanar, porque en ese punto, Dana me había dejado podrido y amargado.

Madison con sus locuras ha conseguido que vuelva a sonreír y cuando veo hacerlo a Sarah, creo que no puedo soportarlo. Demasiada ternura provoca que me sienta raro. Extraño.

―¿Te estás escuchando Danna? ―le pregunto y ella me mira poniendo cara de incertidumbre―, lo que has dicho, y la verdad es que tengo que reconocer que por primera vez aceptas que hiciste mal.

―Lo sé y me arrepiento.

―Pero ya es tarde.

―Evan dame una oportunidad, te prometo que no voy a defraudarte ―Danna dice y sus palabras suenan como un ruego.

Lo único que le falta es tirarse al suelo y arrodillarse y reparándola bien, no dudo que lo haga.

―Basta, ya no hay tiempo para eso.

―Por favor, Evan.

―¿Qué ganarías diciéndote que todo está olvidado? Si no voy a volver a intentar nada contigo.

―Todo, porque sé que me perdonarás y sé que hay una oportunidad, solo debemos buscarla.

―Danna.

―Prometo no molestarte y tampoco meterme más con tu niñera.

―Deja a Madison en paz, ella solo está al cuidado de Sarah.

―Lo sé, pero admito que a veces la veo y me dan muchos celos porque no solo está cerca de Sarah sino de ti. Pero ya sé que solo es una chica sin importancia a la que Sarah se ha apegado y nada más.

Vaya que Danna es muy aguda y astuta. Debería decirle que no es tan simple y ordinario como lo piensa, pero no quiero que tenga a Madison entre ceja y ceja, algo me dice que la Danna Martin que ha regresado del pasado tiene un plan fijo y no le importará pasar por encima de quien sea para lograrlo.




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