Ya había pasado un año desde que Marie dejo Castella para ir junto a Richard al extranjero, un año durante el cual su abuelo solo había recibido una llamada de ella, una llamada muy breve, la cual fue al poco tiempo de su partida de Castella, una llamada a través de la cuál le informo de su llegada a su nuevo destino y también que ya estaba instalada en la que sería durante ese año su nueva casa, después que aquella llamada no volvió a contactarlo más. Lo poco que supo su abuelo de Marie durante ese año, fue por el padre de Richard, quién mantenía contacto con su hijo cada fin de semana, quien le comento que Marie estaba muy involucrada en sus prácticas finales y en los trámites de su titulación, tanto así, que ni siquiera tenía tiempo para salir con él, a las justas la veía una vez a la semana y de manera muy breve, y aunque Richard estaba acostumbrado a los desplantes de ella, no podía negar que estos le dolían mucho, pues él creyó que la cercanía con ella, ya que estaban alojados en departamentos contiguos, haría justo ello, acercarlos más, paso todo lo contrario; y ello había hecho que el padre de Richard tome una decisión, hacer que el compromiso de Richard y Marie quede cancelado y ello justo era lo que ese día estaba informándole al señor Portman.
—Lamento decirle esto, pero como ya le dije, yo pensé que su nieta quería a mi hijo, por ello acepte su relación a pesar de que cuando la iniciaron ella lo único que tenía aparte de su belleza e inteligencia, era la clase, sin embargo, me pareció la pareja perfecta para mi hijo, incluso la apoye para que recuperen lo que perdieron, le enseñe de los negocios, y pude notar que no me equivoque, ella era una chica inteligente pero además muy hábil, justo el tipo de mujer que yo veía junto a mi hijo, solo había un pequeño defecto en ella, que yo pensé que con más cercanía se terminaría arreglando, pues yo no soy ningún tonto, siempre supe que su nieta no amaba a mi Richard como lo profesaba, tal vez lo quería por todo el apoyo que él le estaba dando, pero no lo amaba, entonces me dije, esto puede cambiar, si ambos pasan más tiempo juntos, entonces se me ocurrió de que ellos terminen sus estudios en el extranjero y hagan sus prácticas allá, pues esa cercanía, convertiría a ese cariño que Marie tenía por mi hijo en amor, pero no fue así, ella aprovecho la distancia para hacer justo lo que no le pedí, alejarse de mi hijo y hacerlo sufrir ….
—Hamilton, lo lamento, yo pensé que mi nieta…— decía el señor Portman.
—No te disculpes por ella, yo no me arrepiento de haberlos ayudado a recuperar lo que perdieron, pero creo que seguir adelante con una relación que no es recíproca, no sería justo para mi hijo, yo sé que Richard sufrirá con la decisión que tomé, pero sé que es lo mejor para él, y el tiempo hará que él comprenda ello, en cuanto a Marie, creo que será lo mejor para ella, no sé cuáles sean sus planes futuros, si en ellos considera el matrimonio o no, pero si lo está considerándolo espero que lo haga por amor y no por ambición, porque ello también lo hará desdichada a ella — respondió el señor Hamilton, haciendo una pausa para agregar — Ellos retornan este fin de semana, yo iré a recibirlos al aeropuerto y me encargaré de hablar con los dos para dar por terminada su relación, en cuanto a lo que me pediste, no le diré nada, creo que tú eres el llamado a informárselo.
—¡Gracias por todo el apoyo! y creo que es la mejor decisión, yo sé que Richard podrá ser feliz, en cuanto a mi nieta, yo le informare lo que me está pasando y todo lo que ha pasado en su ausencia — dijo el señor Portman con nostalgia.
—Seguirás contando con mi apoyo, y Marie también a pesar de no ser ya parte de mi familia, yo la seguiré apoyando, no te preocupes más — añadió Hamilton.
—Gracias amigo — expreso el señor Portman.
Mientras ello acontecía en la casa del señor Portman, en un pasillo de la Universidad de Castella, una rubia y un joven de lentes se encontraban.
—¿Viniste hacer los trámites para tu titulación? — decía una rubia de ojos azules.
—Sí señorita Susu, me imagino que usted también — respondía el joven de lentes.
—Rodri, creí haber sido clara contigo la última vez que nos encontramos, nada de señorita, solo Susu, y si vine a ver lo de mi titulación — expresaba la joven, con una ligera sonrisa en su rostro.
—Me da gusto verte más tranquila — dijo Rodri con calma.
—Fue difícil pero como me dijo Gerald, con el tiempo llega la aceptación y ello paso — respondió la rubia.
—Sí, es cierto, ayer se cumplió un año — pronunció Rodri.
—¿Fuiste a verlo? — dijo Susu con voz quebrada.
—Sí —contesto Rodri, al tiempo que llegaba tras de ellos otro joven.
—Aquí estabas hermana — expreso Gerald, posando su mirada en el joven de lentes.
—Joven Rubtson, ¡buen día! — dijo Rodri.
—Hola Rodri — contesto Gerald, haciendo una pausa para añadir — Tu último año fue más tranquilo que el anterior aquí en la universidad, ¿verdad?
—Sí, gracias al benefactor, que apoyo mis estudios y de otros jóvenes becados de la facultad, este último año solo me aboque a los estudios — dijo Rodri.
—¿Quién será ese benefactor que apoyo a todos los becados de tu facultad hasta que obtengan su título? — pronunció Susu en tono intrigado.
—Ello es algo secreto, lo único que si supe, era que ese benefactor tenía interés especial en apoyar incluso cuando acabe la carrera a Castinger, pero lamentablemente ello no pudo darse, lo extraño es que se ha intentado contactar con el benefactor para decirle que debemos hacer con el dinero que le aporto a una cuenta para los estudios de Castinger, pero no se ha podido ubicarlo….
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Editado: 09.08.2024